Caminaron hasta sentirse lejos de la puerta y aunque aún se oían los golpes, comenzaron a leer algunos documentos de un estante.
—Estos archivos también narran una evolución física.—Comentaba Daniela mientras revisaba cada página.—Son fotos de ratas, experimentaron con todas ellas hasta convertirlas en una como la que nos atacó en el patio.
—Ósea, ¿Hay más de esas cosas?—preguntó Roberto asustado.
—Por lo que dicen estos reportes, fueron 50 ratas.—Respondió Daniela.—Desarrollaron una fuerza física sobrenatural logrando incluso romper las jaulas.
—Las ratas están aún en estas habitaciones.—Dedujo Carlos muy activo.
—No creo…—respondió Roberto.—Sí vimos una afuera, todas debieron salir.
—Estoy seguro que están aquí.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque tres de ellas están caminando en el techo…
Todos voltearon con terror a corroborar las palabras de su amigo y más temor sintieron cuando vieron que los tres fenómenos se acercaban a ellos.
Intentaron correr a otra habitación pero la puerta estaba obstruida por un par más de ellas.
Con la presión encima, César recordó la debilidad de estas y rápidamente buscó alguna fuente de agua pero no tuvo éxito. Solo había un fregadero pero con la mínima cantidad de agua que este daba acabarían devorados antes de poder defenderse.
En tal situación se tomaron de las manos esperando lo peor y en un último intento desesperado, Daniela tomó una cruz que tenía en su cuello y comenzó a rezar pidiendo a Dios por sus amigos y que los salvara. Increíblemente la oración tuvo efecto en las ratas haciéndolas sucumbir. Se revolcaban en el piso como si sintieran mucho dolor.
Quedaron asombrados ante ello así que pidieron a Daniela que no se detuviera y lo hiciera con más fuerza provocando un aumento de dolor en las ratas.
Sabían que esto no sería suficiente, no podrían orar por siempre y tenían unos minutos antes que las ratas se repusieran y los atacaran.
César retomó la idea del agua y fue por un poco de ella, La arrojó sobre los cuerpos adoloridos y estas sufrieron el mismo efecto que la anterior en el laboratorio.
Al presenciarlo, decidieron salir de esa habitación antes de que aparecieran más.
Se equiparon con un bote que había llenándolo de agua. Daniela se retiró del cuello el crucifijo reteniéndolo en sus manos y ahora colocándose por delante de sus amigos.
Al salir tardaron en definir un rumbo debido a que los pasillos lucían iguales pero encontraron un objeto que les indico que en esa dirección no habían pasado; un libro color café tirado y con la pasta en mal estado que en su primera página podía leerse “Diario de Raúl”.
Lo tomaron e intentaron buscar un lugar con mayor luz caminado lentamente hasta que no pudieron avanzar más porque Abram estaba justo enfrente de ellos, pero a diferencia del evento anterior, él estaba muy tranquilo, parecía normal y estaba buscando algo en el suelo.
Retrocedieron sin hacer movimientos bruscos para evitar hacer ruido y llamar la atención del ahora siniestro individuo. Pero los esfuerzos del equipo fueron en vano ya que Carlos tiró un libro accidentalmente al caminar hacia atrás y ese ruido bastó para que Abram volteara, los viera y se transformara nuevamente a su estado agresivo caminando rápidamente por el pasillo para atacarlos.
Todos se asustaron aún más de lo que estaban y no era para menos. Él había perdido casi todo rasgo de humanidad, sus uñas crecieron, la piel cambió de color a gris obscuro y algunas zonas de su piel comenzaba a descarapelarse.
Su rostro y fisonomía también cambiaron en exceso. Ya no se veía la cara de un chico sino de una bestia salvaje con deseos de saciarse en sus instintos. Las pupilas en sus ojos habían crecido demasiado y los ojos mismos ahora eran muy redondos. Las pestañas abandonaron la zona para caer al piso. Las cejas cambiaron de textura a una más gruesa pero no se les encontraba forma debido a las expresiones tan deformadas que hacía al caminar.
Su cuerpo se volvió ligeramente más grande, los músculos brotaban pero no de una forma agradable. Estaban disparejos de manera que un brazo se veía más voluptuoso que el otro. Lo mismo pasó con el resto de su cuerpo, era una deformidad en todos los aspectos.
Al lanzarse al ataque, fue tras el que estaba primero aunque a gran velocidad tenía intención de atacar a todos al mismo tiempo.
Los amigos Intentaron detenerlo entre todos pero con gran facilidad los superó en fuerza. Cayeron uno por uno al suelo hasta que solo quedó Roberto forcejeando intensamente con él.
—¡Rápido Daniela reza!—Pedía desesperado mientras intentaba safarse de la monstruosidad.
—Padre nuestro…—Comenzó muy nerviosa y apenas entendible—que estás en el cielo…
Abram se detuvo de su agresión y con ambas manos sujetó su cabeza fuertemente en señal de dolor, como si intentara sentir alivio al presionar. Pero no lo consiguió y al desesperarse, su agresión se multiplicó intentando lanzarse al ataque nuevamente
—¡Arrojemosle el agua!—gritó César a sus amigos.—Carlos rápido ayúdame.
—No podemos.-Dijo él aún espantado pero coherente.—Era un alumno como nosotros, ¡No podemos matarlo!
—Pero matará a Roberto entonces si no lo detenemos.—replicaba con furia.
Ambos detuvieron los gritos al observar una acción desesperada de su amiga Daniela; agarró el sedante que le había quitado a la bibliotecaria, el mismo que ella había intentado rociarles como le hizo a su amigo en la biblioteca. Se lo roció intentando no acercarse demasiado y lo hizo hasta que se terminó.
Abram se mostró inquieto pero poco a poco detuvo su ataque y soltó a Roberto quien apenas podía respirar.
Abram, después de algunos momentos, cayó dormido en posición fetal sin moverse de esa posición durante un buen rato.
—¿Qué hacemos con él?—Preguntó César mientras ayudaba a levantar a Roberto.
—Vamos a dejarlo aquí.—Le respondió Carlos.—el sedente durará mínimo una hora, buscaremos una salida y vendremos por él.
Sus amigos aceptaron la propuesta y le hicieron caso. Se incorporaron y lo más rápido que pudieron se programaron mental y emocionalmente para continuar el camino.
Pusieron rumbo y decidieron cruzar una enorme puerta color café, muy desgastada que resaltaba en el fondo de la habitación,
Cruzaron pero lo hicieron con el temor de no saber ¿Qué había del otro lado?
Pero más aún, con la esperanza de encontrar una salida para irse a sus casas y nunca más volver ahí.
Al entrar al nuevo lugar notaron que era la habitación más grande de las que habían estado anteriormente y tambien la más impactante pues aparte de ser muy obscura y sin ventilación, la decoración era como de un laboratorio militar antiguo.
La única iluminación la proporcionaban unas enormes cápsulas que estaba en el extremo lateral del lugar. Era una luz azúl fosforescente que emanaba un brillo el cual permitía ver en la habitación. Se acercaron lentamente dando pasos descontrolados pero rectos por el centro de la habitación.
Solo se acercaron lo suficiente a las cápsulas para poder ver por el camino. En su andar no pudieron evitar la curiosidad y mirar lo que había dentro de esas enormes cápsulas transparentes.
Con terror, contemplaron unos cuerpos en descomposición que habían en ellas.
Cápsulas grandes que los conservaban con un líquido azul en su interior y un fuerte vidrio protegiéndolas.
Eran cuerpos deformes, aún más que el Abram, estos estaban desintegrándose dentro las urnas. Tambien había ratas más grandes que las que habían visto en el patio de la escuela. Algunas ya sin extremidades en sus cuerpos flotando en el líquido, otras más de color obscuro pues la desintegración ya se mezclaba.Las figuras, a pesar de estar incompletas eran claramente enormes y espantosas.Daniela intentó no observar y distrajo su mente leyendo el libro que había encontrado recientemente en habitaciones anteriores. Redactaba día a día los experimentos que hacían con humanos y ratas, productos administrados, tiempo de reacción, características de reclutamiento. Todo era una locura. Al seguir hojeando cayó una nota que estaba en el libro, Daniela la recogió y pudo ver que pertenecía al mismo Raúl quien había sido profesor en ese colegio y escribió esa nota en sus últimos días. La recogió del suelo y sin esperar le dió lectura.
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Editado: 25.03.2025