Capitulo 27

La reunión

—Apresúrate o llegaremos tarde.—Decía el hada mientras corría por el bosque.
—Ya voy—Respondía el Troll—Esta vez seguro ganamos.
—Si, en esta ocasión al fin derrotaremos al demonio.
Los 2 elementales seguían corriendo sin parar adentrándose en el bosque. El hada vestía un hermoso vestido azul que brillaba aún a kilómetros de distancia. Mientras el troll llevaba su traje gris de una tela tan fina y suave que el mismo aire se regocijaba cuando chocaban.
Ambos se dirigían al centro del bosque, ahí donde ningún humano podría llegar. Iban a la gran reunión la cual ocurría una vez cada milenio. En este se reunían todos los elementales para exponer sus aportaciones con la humanidad, para hacerlos felices y prósperos. Pero cada milenio competían contra el demonio cuya tarea era hacer a los humanos infelices y verlos fracasar.
Hasta el momento casi todos los milenios los había ganado el demonio y los elementales pretendían que este fuera la excepción.
La reunión había empezado y todos estaban muy felices sentados rodeando una mesa redonda dorada con símbolos muy llamativos.
—Muy bien, empezemos.—Tomó la palabra el hada.—Diremos nuestras contribuciones con la humanidad y los beneficios que hemos logrado darles con esos.—Levitó un poco.—Empezaré yo.—Soltó sus alas para volar más.—Yo les di el lenguaje, con esto los humanos pudieron comunicarse entre ellos, relacionarse y así crecer juntos.
—Yo les di el dinero.—Se unía el duende con su hermoso gorro verde.—Con esto pudieron comprar cosas, alimentarse y ayudarse unos con otros.
La emoción se hacia presente en esa reunión.
—Yo les di la creatividad.—dijo el ogro sin levantarse.—Con esta lograron construir sus casas para refugiarse. Hicieron arte y muchos instrumentos para sus hogares.
La alegría creció más pues creían que con estas contribuciones habían ganado y los humanos serían felices y prósperos. Pero una voz muy profunda interrumpió la felicidad.
—Ustedes no han ganado… yo si.—Era el demonio que por primera vez hablaba en la reunión.—Tu hada les diste el lenguaje y con él encontraron una forma de ofenderse, discriminarse y unirse unos contra otros.—Miró al duende.—Con tu maravilloso dinero crearon las clases sociales, el esclavismo y una forma de sentirse superiores a otros humanos.—Pausó mientras caminaba hacia el ogro.—Con tu creatividad inventaron armas para matarse, formas de robarse y métodos de torturarse.—Sacó sus alas y habló fuerte.—Los humanos son infelices y no prosperan, en otras palabras, yo he ganado y lo mejor de todo es que no tuve que hacer nada, con sus acciones fue suficiente.
El demonio reía de una forma tan tenebrosa que más hundía a los otros elementales en su aparente derrota.
Pero una voz dulce que había permanecido en silencio en toda la reunión dijo.
—Tú no has ganado.—Todos miraron de quien se trataba.—No contemplaste mi regalo.—Era el ángel quien ahora era la atracción de todo con su hermosura y brillo.—Yo les di el amor, con este regalo son capaces de perdonarse, apreciarse por encima de cualquier otra cosa y sobre todo, de ser felices y mejores. Has perdido porque el amor prevalece en los humanos.

Sandra terminó de leer su escrito y con una lágrima en su ojo izquierdo lo cerró. Lo abrazó en su pecho como un gran tesoro y tras sus recuerdos pensaba.
—Seguramente esta historia no le hubiera gustado, sería mi condena.—Sonrió un poco.—Pero ami me encanta, tal vez en esos momentos que la escribí hubiera valido la pena conocer el infierno con tal que las personas conocieran esta reflexión que salió totalmente de mi alma. Me gustaría regresar a ese estilo algún dia y reencontrarme conmigo misma y esa linda etapa con esos sueños que me motivaron desde niña.
Se levantó para seguir caminando por los pasillos, el reloj marcaba las 10:15 p.m. Y ella seguía gozando de vida.
Decidió entonces irse a su casa a descansar y que el destino corriera su destino en el transcurso de la noche y saber si despertaría o no al siguiente día.