El trabajo para Sandra estaba más ligero que antes. El libro de "Mi versión" había generado unas ventas altísimas, más que cualquier libro. Fue un éxito rotundo en su totalidad. Le ofrecían contratos para películas, series, documentales, todo tipo de producciones en las que actores muy famosos y de todas las nacionalidades querían interpretar al protagonista. Un éxito sin explotar completamente como la industria lo exigía.
Pero a Sandra lo único que le preocupaba y a lo cual seguía mostrando empeño era seguir contando historias al diablo.
Una noche más había pasado y una persona probaba sus talentos como escritora.
Cristal la asistente de Sandra deseaba empezar por su cuenta y lo había hecho a escondidas.
No abandonó del todo su proyecto. Había una voz en su interior que le pedía que lo hiciera. Por eso optó a realizarlo a escondidas, sin descuidar su trabajo.
Todos los días cuando salía del trabajo perfeccionaba esta disciplina siempre con la idea de superar a su jefa. Aunque tardó en darse cuenta que lo mejor que podía hacer era seguir su propio estilo y no imitar el de ella.
Práctico con múltiples historias y solo se las mostraba a personas que nada tuvieran que ver con lo laboral.
Después de varios intentos se quedó satisfecha con el resultado final.
Ese día su humor era otro, la alegría por la escritura le provocó ese cambio y no tardaría en emprender en ese sendero.
Cristal viajo a la ciudad de Tijuana en México. Ahí tenía unos conocidos de cuando ella había empezado en el camino de la publicación. Sus contactos sabían que ella odiaba su trabajo en la empresa actual de su tan odiada y rival Sandra.
Sabían que deseaba independizarse y como buena competencia que eran querían saberlo todo para lograr superarla y quitarla de la lista de enemigos.
Cristal llevaba una información muy valiosa para atacarla con la prensa. A cambio sería recibida como una escritora de élite para la empresa "Gestión" Y así comenzaría su gran sueño de ser la líder de su trabajo y una gran escritora.
Desde ese día ella jugó una doble vida en la que por una parte seguía su sueño y en otra seguía siendo la asistente de Sandra.
Pasaron varios días con este proceso. Muchos en los que no sintió ningún remordimiento por venderla a su jefa con la prensa para ella ascender. Pero algunos otros, su mente se veía perturbada por dicha situación. Principalmente porque su jefa estaba cambiando notoriamente hacia ella. Ya no era aquella jefa odiosa, comenzaba incluso a ser agradable.
El tiempo pasó para Cristal. Se acercaba el día que la prensa haría sus movimientos contra Sandra con ayuda de su asistente, la cual tendría un gran ascenso.
—Es todo por hoy.—Informaba Cristal a Sandra.—Me iré a descansar, nos vemos mañana jefa.
—Espera, no te vayas.—La detenía Sandra con una voz dulce.—Quédate conmigo un rato más.
—No puedo, es muy tarde.—Respondía un poco desconcertada por la petición y por el tono de voz que usaba con ella.—Mañana será un día difícil y debo descansar.
—Efectivamente, como bien dices, mañana será un día muy pesado pero también grandioso para ti.—Le dió una sonrisa como si se tratara de una gran amiga.—Aún así te pido que te quedes conmigo un rato más.
Cristal seguía desconcertada, nunca habían tenido una conversación fuera de lo laboral, además que todo mundo sabía que se odiaban pero se necesitaban. Era como un amor apache.
—Solo me quedaré un momento más.—Le dijo dejando su bolsa en el escritorio.—¿Qué necesitas que haga?
—No quiero que te quedes a trabajar, solo a hacerme compañía.
—¿De qué estás hablando?—Preguntó con un tono molesto.—¿A qué otra cosa podría quedarme si no es trabajo?
—Sientate por favor.—Pedía amablemente Sandra.—Toma una copa de vino conmigo y relájate, no pienses mal, quiero pedirte algo.
Cristal bajó a su furia y accedió a sentarse. Amablemente recibió la copa de vino y le dió un trago mientras observaba a Sandra que revisaba unos papeles al otro lado del escritorio.
—¿Qué haces exactamente?—Intentaba hacer tema de conversación.—Ha sido un día largo ¿No?
—Totalmente.—Respondía Sandra aún revisando los papeles.—Pero como bien dicen, si uno lo hace con amor las horas parecen minutos y el cansancio no se siente.
Cristal mostró una pequeña sonrisa en señal de aprobación y bebió un poco más de vino.
—En este tiempo de trabajar juntas nunca tuvimos una buena conversación.—Le dijo Sandra quien ya había soltado los papeles para verla por fin a los ojos.—Eres una gran persona y yo me he dado cuenta de tus talentos, creo que deberías sobresalir en ello.
—¿A qué te refieres?—Preguntó Cristal sonrojada pues era obvio que se sentía halagada por tales palabras.—Yo solo cumplo mi trabajo.
—Lo sé y sinceramente no sé qué hubiera sido de esta compañía sin ti —Era ahora Sandra la que bebía vino.—Pero se que escribes y eres muy buena, deberías confiar en ti para salir adelante en ese proyecto.
—¡Oh no! Solo es un pasatiempo.—Le respondió más apenada aún.
Sandra solo la miró y le regaló una pequeña sonrisa dejándole ver más que con palabras su sentir.
—Esta noche estoy planeando algo. Ya he terminado de poner al corriente todo, solo espero que salga como lo estoy planeando.—Se levantó de su asiento para caminar. —No te haré perder mucho tiempo, empezaré por contarte ya que casi es hora
—No entiendo.—Respondía Cristal ahora un poco más desconcertada.—¿Está todo bien? Estás actuando muy rara.
—Si, todo está bien solo déjame contarte lo que me ha estado pasando para que entiendas mi decisión.—Respondió mientras miraba por la ventana.—Hace unos meses yo realicé un pacto con el demonio, me sentía desesperada porque las cosas no fluían como yo quería. Una mala situación económica, un vacío interno, sentía que no encajaba en ningún lado. Todo eso me orilló a hacerlo y aquí estoy. Gozando de fama y dinero sin escatimar, aunque el vacío y soledad no han salido de mi.
—Espera, espera.—Interrumpió Cristal.—Oficialmente reitero que algo te sucede, estás delirando y diciendo cosas sin sentido. Te llevaré a un doctor
—Jaja—comenzó a reir con gracia.—Se como debe sonar pero a falta de tiempo lo tuve que resumir. Por favor siéntate y déjame terminar.
Con un poco de trabajo e incomidad Cristal se sentó nuevamente para terminar de oír lo que tenía que decir su jefa.
—El pacto expiró y yo debí morir desde hace tiempo atrás, pero renové ese pacto y ahora cada noche le tengo que contar una de mis historias al diablo para ganar un día de vida. Han sido muchas historias y casi todas las he disfrutado. De hecho, me sentí como nunca.—Hizo una pausa mientras miraba a lo lejos.—Pero hoy quiero dar un cambio en esto y es por eso que quiero que te quedes para que veas que no miento. Él está por llegar para escuchar la historia de hoy.
—Esto que dices es algo muy intenso, yo no sé si puedo creerte y ¿Por qué me lo dices?, es una venganza y ¿Quieres atemorizarme o amenazarme?
—No lo tomes todo como agresión. Se que no fuimos las mejores amigas ni compañeras pero hoy pretendo sea diferente.—La alegría llegó a ella.—Te mostraré, él ya ha llegado.
El ambiente hizo su cambio como siempre y aunque Cristal lo notó no podía ver al diablo como ella lo hacía.
—Hola Sandra, veo que estás con alguien, dile que se vaya porque vengo por mi historia.
—Te estaba esperando para volver a hacerte la petición.
—¿Cuál petición?, ¿Quieres modificar el pacto nuevamente?, ¿Te has rendido ya?
—Primero quiero que te muestres para que Cristal pueda verte por favor.
—¿En serio? Deseas asustarla, al fin descubriste lo que está chica piensa de ti y quieres venganza.
—No, es parte de mi petición.
El diablo accedió y se volvió visible para Cristal quien ya estaba tomando de loca a su jefa. Pero al verlo se paralizó de miedo y empezó a creer en sus palabras.
—¡Por favor no me hagas daño! ¿Por qué haces esto Sandra?
El pánico se estaba apoderando de ella hasta que sintió las manos relajantes de la escritora calmándola.
—Tranquila, no te sucederá nada.
—¿Ahora qué Sandra? Estoy perdiendo mi tiempo.
—Quiero que la historia de hoy la escuchen tus colegas demonios y sean ellos los que determinen si les gusta o no.
—Sigues con eso, ellos no dejarán de odiarme solo porque tu voz los alcance.
—Dejame intentar por favor, ¿Puedes hacerlo?
El diablo, un poco esperanzado abrió un portal a donde sus amigos demonios estaban. Parecía un círculo de fuego enorme que se asomaba por fuera de la ventana de la oficina. En su interior podía verse un mundo nuevo, un lugar donde los demás demonios estaban y miraron hacia ellos.
Desconcertados se preguntaban el por qué de esa intromisión a lo que él respondió.
—Esta humana me ha entretenido demasiado, es muy buena contando historias y hoy quiere que ustedes la escuchen también. Por favor háganlo solo un momento y si les gusta ella lo seguirá haciendo.
Los demonios no comprendían del todo pero sonaba divertido para pasar el rato, así que se acomodaron del otro lado del portal para escuchar a la cuenta historias.
Cristal por otro lado, se quedó paralizada sin poder moverse al ver a esos seres y lo que Sandra les decía.
—Muy bien, empezaré ya.—Anunciaba Sandra a todos los presentes.—Espero les guste esta historia.
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Editado: 25.03.2025