Contienda De Amor (lord Vengativo) || Trilogia Prohibido #3

IX PARTE 1

“Y cae el telón.

El hecho principal hace acto de presencia.

Ese que dejara a los implicados en el meollo estáticos, aprovechando la leve ventaja que le otorga ser para el mundo un fantasma.

El resucitado.

El Lázaro de esta historia, que de humano no posee ni el apellido en el que sustentaba todas sus artimañas.

Puesto que un evento tan esperando no podía solo quedarse, por lo menos para parte del público en simples cotilleos a costillas de las almas, que poco a poco se daban a conocer al mundo como una pareja formada desde antes de siquiera debutar las arpías más venenosas de la temporada en curso.

Solo restando el saber que deparara ese acontecimiento.

Como afectaría al tablero, y si en realidad el lunático que no es ni Rey ni lacayo se alzara esa vez con un movimiento, creyendo que tiene a todos comiendo de su mano, cuando es el que se ubica peor parado”.

 

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«Los Duques de Beaumont

Lord Alexandre Allard y Lady Luisa Allard.

Gozan con el placer de invitarlos a la celebración de su décimo cuarto aniversario de bodas, que se llevará a cabo el día 28 de diciembre de 1807 en su residencia de Londres.

Esperando la pronta respuesta con una conformación de asistencia previa»

 

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El acontecimiento de vísperas de año nuevo.

Así era denominado lo que seguramente sería el evento más concurrido del año, pese a que la temporada estaba en el receso por las festividades navideñas.

Confirmándolo las calles repletas de coches que regresaban de un efímero descanso en el campo, solo para ese evento.

Uno que pese a ser avisado tan solo con una semana larga de antelación, habían obtenido para ese momento el afirmativo de que toda la sociedad asistiría a tan flamante acontecimiento.

Pues era un hecho que nadie se perdería la presentación al mundo de la familia Allard al completo.

Solo por el morbo que ocasionaba poder ver de primera mano a los pequeños herederos, que tanta intriga habían causado.

Por eso es por lo que aquella noche, la mansión de los Duques de Beaumont en Londres habría sus puertas para dar de que hablar, para ser del todo señalados, y de alguna manera obtener lo que se plantearon cuando Lady Chatty los puso en el ojo de huracán.

Agradeciéndolo la ama del lugar por dos simples razones:

La primera, porque ese día por fin seria celebrado como se debía.

Un acto más que merecido tras innumerables 28 de diciembres con un sabor amargo en el paladar, compaginando con la desazón entre pecho y espalda que resultaba imposible de mitigar.

Convirtiéndose en una maldición, que en esa fecha recaía sobre sus hombros una y otra vez.

Principiando con el no poder disfrutar como se debía del sí acepto, al igual que la pertenencia por entero cuando ya lo estaba defraudando, haciéndole creer que no era de él.

Siendo la misma fecha posterior a ese suceso, en la que firmaría casi en sus narices aquello que los pondrían tan cerca a la vez de lejos.

Una palabra.

Nada a favor en cuanto a su relación.

Algo que la desquició.

Su cabeza como aliciente de aceptación. Llenándose de manera amarga por primera vez de resignación.

Percibiendo de lleno el miedo que se apoderó de su cuerpo, las ganas de arrancarse la piel para que en este acto se erradicara de su sistema su única aprensión.

Pasando de esa remembranza a cuando en el mismo día años después, decidió dar ese salto de fe, esa que no tenía, creyendo que por fin pese a sus días contados podía encontrar la forma de que fueran felices.

Siendo un sentir precario, cuando no solo el amor era el importante.

Enseñándole a los golpes que ese tampoco resultaba su momento, quebrándolos de una forma colosal.

De una manera que no pensaba que se pudiese curar.

Así, pues, con el prontuario señalado, nada ni nadie les impediría tirar la casa por la ventana incluyendo a sus hijos en el festejo, ya que Lady Chatty en algo poseía razón.

Todos merecían una remuneración.

Y de esta venia entrelazada el segundo motivo.

Ese que le daría a la chismosa más repudiada de Londres el regocijo para continuar satisfaciendo la lengua, de alguna manera beneficiando a todas las partes involucradas a conciencia.

Pues esa noche sería más determinante de lo que muchos especulaban, siendo tan contundente como el primer movimiento dado por el Rey resucitado que pretendía manejar vidas, cuando ni los años le habían otorgado la capacidad de trazar planes macabros imposibles de reconstruir.




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