Para Alfredo los días se hicieron semanas y las semanas meses. Ya nunca más volvió a tener contacto con Natalia y el amor que un día sintió por ella, se fue esfumando de a poco hasta quedar tan solo en un lejano y triste recuerdo.
Miró en retrospectiva, con el corazón ya sanando, y se dio cuenta de que si Marina nunca lo hubiese llevado a aquel lugar, jamás hubiera conocido a Natalia ni hubiera sufrido tal pena de amor como aquella que había padecido.
Marina……
De pronto su nombre surgió entre los recuerdos. Después de esa fallida cita nunca más supo de ella. Y no era que se hubiera ido de la universidad, pero es que después de ese último encuentro, ella jamás se le volvió a acercar.
Su mente comenzó a recordar todas aquellas cosas que ella hacía con tal de verlo o acercarse a él. Fingía tener clases en la sala siguiente a donde a él le correspondía, solo para verlo. En el casino de la facultad se sentaba en la mesa de al lado con tal de tenerlo cerca y escuchar su voz. Averiguaba sus horarios para siempre estar paseándose por enfrente de él y así capturar su mirada. Cuando tuvo el coraje, comenzó a hablarle y a intentar que él la invitara a salir vez tras vez. Y cuando eso no dio resultado, fue ella quien tomó la iniciativa para invitarlo. Tristemente luego de ese fatídico día ya no hubo más nada.
Fue entonces que Alfredo se dio cuenta de lo mucho que él debía de haberle gustado a Marina ya que estuvo dispuesta a hacer cuanta cosa se le ocurría solo con el simple propósito de llamar su atención.
“Psicópata”, pensó de ella en más de una vez, sin pensar que él mismo actuaría de la misma forma con una mujer. ¿Y si ella sufrió por él como él lo había hecho por Natalia? ¡Cuán culpable se sentía ahora! Si tan solo se hubiera dado una oportunidad de conocerla, quizás su vida ahora sería distinta. Quizás se hubiera enamorado de ella y hoy su corazón estaría lleno de felicidad y plenitud.
¿Sería demasiado tarde para empezar de nuevo?
“No”, se dijo. Ya una vez dejó pasar el tiempo por temor, esta vez las cosas serían distintas. Esta vez lucharía contra viento y marea si fuese necesario. Había una mujer que alguna vez lo amó y rogaba porque aún fuera así, porque esta vez él también la amaría de vuelta.
Corrió por toda la universidad, buscándola sin cesar. Recorrió los pasillos, el casino, la biblioteca, la administración, el auditórium, los jardines ……hasta que la vio.
Estaba sentada junto a un par de compañeras estudiando en una banca bajo un enorme roble. Estaba concentrada en aquello que leía y no se dio cuenta de que él estaba frente a ella hasta que escuchó su voz.
- Quiero salir contigo. – le dijo sin rodeos, sin temor y con un corazón lleno de anhelo.
Marina levantó la vista mirándolo fijamente a los ojos sin creer lo que veía y lo que escuchaba.
- ¿Co ……conmigo? – preguntó con timidez y con temor de que aquella pregunta no fuese para ella.
- Sí ……contigo.
A Marina se le nublaron los ojos y solo pudo asentir con una dulce sonrisa en sus labios.
❤FIN❤