¿contigo? ¡al infierno!

Capítulo 14

Nunca pensó que al entrar al edificio caminando detrás de Andrés despertara tanto la curiosidad de quienes trabajan en el lugar. Las miradas de todos se detuvieron de inmediato detrás de la mujer que camina tan cerca del gerente. Es extraño que él permita eso. Todos saben que no tolera a una mujer cerca y es por eso que les despierta curiosidad la delgada figura y aspecto frágil de quien camina a tan poca distancia.

 

Ailén no pudo evitar sentir angustia al darse cuenta de la atención que están poniendo sobre ella. Ya una vez fue así y solo fue para que la señalaran con el dedo culpándola cuando era inocente.

 

En medio del camino, un hombre, que ya había visto antes, en aquella ocasión donde la hicieron subir al auto de Andrés, apareció frente a ella deteniéndola.

 

—Buenos días, señorita Villanueva, sígame, debe firmar su contrato y otros anexos —le dijo seriamente, Hugo, el secretario de Andrés.

 

Luce tan serio y severo como todos quienes rodean a su ahora, nuevo jefe. Lo siguió en silencio notando que Andrés en cambio sigue su camino sin siquiera voltear hacia ellos. Arrugó el ceño ¡¿Qué más esperaba?! Si para él solo es el nuevo “juguete” que su padre le ha comprado. Seguir tontamente esperando algo, es estúpido.

 

Firmó su contrato laboral para luego recibir los típicos regalos iniciales. Luego siguió al hombre hasta su escritorio. Este se encuentra más cerca de lo que el puesto de secretario esta de la oficina del gerente. No es muy grande y eso lo agradece.

 

—Esta es su lista de tareas —le dijo el secretario apenas acababan de llegar.

 

Tomó el documento, aun sorprendida de que ya estuviera definido todas sus tareas a realizar, pero apenas comenzó a leerlo sintió que el mundo, literalmente, se le venía encima. La lista partía desde las siete de la mañana, hasta casi las 9 de la noche, es más extenso que un horario de trabajo habitual.

 

Con fecha 01 de diciembre del presente año, entre Don Andrés Almendares en adelante Empleador, y Doña Ailén Villanueva en adelante el Trabajador, quienes celebraran el siguiente contrato:

1.- El trabajador se compromete a llamar todos los días al Empleador, a las seis de la mañana para asegurarse que ha despertado, debido a la distancia a esas horas, deberá llamarlo por teléfono, en caso extraordinario en que se encuentren en el mismo lugar deberá ir a buscarlo a su habitación.

2.- Siete de la mañana el trabajador debe preparar la comodidad del gerente dentro del auto, saludándolo con cortesía y una amplia sonrisa. Ser lo más dulce y carismática de lo que requiera la situación.

3.- A las ocho en punto el trabajador debe tener preparado el desayuno del “Fondae Azul” en la mesa del escritorio del gerente, este consistirá en medialunas frescas, rellenas de crema pastelera, café molido de Brasil, con un toque de naranja, un jugo de fruta natural sin azúcar, y un par de tostadas.  Si el empleador lo solicita deberá acompañarlo manteniéndose a cierta distancia para no importunar su comida.

4.- El trabajador deberá procurar siempre la felicidad del empleador, si él está molesto esta compañía no funcionará, debe hacer posible poner todo su empeño en hacerlo feliz. Esto incluye contactos físicos a solicitud del empleador.

5.- El trabajador deberá cenar junto al empleador cuando este se lo indique, y este lugar físico puede ser tanto en este lugar como otro.

6.- El trabajador no puede tener intimidad con otros, esto para evitar contagiar a su empleador con enfermedades venéreas.

7.- La intimidad se realizará siempre a petición del empleador, en condiciones estables. No drogas, alcohol, ni ningún otro elemento que afecte la capacidad mental de ambas partes.

8.- El empleador tiene derecho a exigir todo tipo de caricias y besos, además de lo propio que incluye una relación sexual sin sentimientos.

9.- Obediencia completa, la asistente entregara su sumisión a su gerente, en cambió él le entregará la posibilidad de extender su horario laboral, así como la extensión de su contrato.

 

El rencor que había querido mantener dormido, por lo menos a estas horas en la mañana, se encendió como fuego en su interior ¡¿Qué tonterías son estas?! ¿Se esta burlando de ella? ¡Busca humillarla de alguna forma! Eso es claro.

 

No dudó en tomar el documento y dirigirse a la oficina de Andrés entrando sin siquiera golpear la puerta. El secretario quiso detenerla, pero no lo logró.

 

—¡¿Qué tipo de contrato de mierda es este?! —gritó lanzando el documento al aire mientras Andrés la mira sorprendido para luego sonreír divertido— ¿Así que quiere sumisión, señor Gerente?

 

—¿Acaso no te has vendido para mí? —señaló con una sonrisa de satisfacción que para Ailén fue un golpe directo en el pecho—. ¿Te entregaste como un juguete barato a cambio de unos cuantos billetes y ahora tienes dignidad para venir a reclamarme?

 

Ailén se mordió los labios. No puede decirle que fue por su hijo, porque si se lo dice va a cuestionar el interés de su padre por el niño, y si llega a descubrir que es su hijo es seguro que se lo quitara. La familia Almendares tiene esa obsesión de tener un heredo de sangre propia y al ser Ignacio su único hijo, el único que podrá tener debido a su infertilidad, querrá tenerlo bajo su custodia que a manos de la mujer que tanto odia creyendo que lo engañó.

 

Se levantó de su asiento acercándose a Ailén mientras el secretario había recogido las hojas del documento que estaban esparcidas en el piso.

 

Ailén no retrocedió. Solo desvió la mirada cuando Andrés la tomó de la barbilla con poca delicadeza notando como ella se muerde los labios ante la impotencia que siente, sus ojos lucen llorosos y su expresión es como si quisiera decir algo, pero no se atreve.




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