Esperaba ansiosa y a la vez nerviosa el primer día de clases:
¿Cómo me iría?- Espero no tener problemas con nadie y que no haya ningún jodido maestro,aunque siempre hay uno que fastidia más que todos.
Aquel lunes ya estaba lista, me puse un enterizo largo y sencillo, de color vino para ir a la universidad, gracias a Dios me aceptaron mi beca, tuve mucha suerte. El edificio era enorme de un color gris con muchas ventanas en algunas de ellas estaban varios estudiantes asomados y saludaban a los demás compañeros que iban ingresando.
-¿Esa tipa no es de aquí?- una voz femenina decía detrás de mi
-No lo sé supongo que es nueva- le contestó otra voz femenina - decidí no voltear y tampoco darle importancia a como se refiero a mi "tipa" y no "chica". Caminé más deprisa a mi edificio ya que detrás del primero había otro, en medio de los edificios había una cafetería y demasiadas mesas. Me volví a concentrar en donde me dirigía, en el edificio había un cartel grande que indicaba los números de las siguientes aulas. De la 100 a la 130.
Increíble, no había ascensor y mi aula se encontraba en el quinto piso, me preocupaba en llegar tarde, pero supongo que como, es el primer día de clases no habrá problema con eso tal vez también, los profesores lleguen un poco atrasados.
Afuera de mi salón, ahí algunos estudiantes, pero la puerta esta cerrada, me coloco cerca de la entrada, para estar adelante o por lo menos no muy atrás. Me fijaba en cada uno de mis compañeros cuando llegaban y se sentaban en el suelo ya que las pocas sillas que habían, estaban ocupadas, aquel piso se divide en 4 aulas. Mientras seguía observando, me pareció ver a alguien conocido y me asusté; relajé mis hombros cuando supe que no era esa persona que no me agradaba, solo se parecen un poco (los recuerdos de aquella persona desagradable aún me afecta y verlo a él, me los recuerda).
Viéndolo bien, no se parece en nada "¿como pude haberlo confundido?", este chico es alto, contextura delgada con un buen físico, cabello castaño dorado, ojos verdes claro, piel blanca y bastante simpático; tiene buen gusto en su vestimenta, llevaba unos pantalones negros y una camisa formal de cuadros rojo con negro. Me miro y desvíe la mirada.
En ese momento, llegó el encargado de nuestro piso para abrir la puerta del aula, tenía una apariencia nada agradable y el uniforme del trabajo es horrenda color verde opaco, como si estuviera muy desgastados llevaba consigo un carnet que colgaba de su cuello de color blanco "conserje".
-El profesor estará en unos minutos, por favor esperen adentro en silencio- asentí y me sentí como una tonta.
Me dirigí a la primera fila del lado izquierdo, me senté en la segunda columna. Los demás corrieron para sentarse atrás y se llenó de inmediato, algunos estaban pensativos sin saber dónde colocarse, otros se quejaban que no querían ir adelante "cómo es posible que prefieran estar, últimos" -pensé.
Al llegar el profesor se sentaron todos de inmediato.
-Hola a todos soy el profesor Carlos Matamoros como sabrán les daré la clase bioquímica, primero, quiero que se presenten uno por uno, dirán su nombre y apellido y por qué escogieron la rama de la medicina. Empecemos de derecha a izquierda- anunció.
Maldición detesto hablar en público, ojalá no haga preguntas", mientras se presentaban, me debatía en escoger las palabras adecuadas , así que no presté atención a mis compañeros. Una vez que pasó el martirio, el profesor nos indicó como estarían dividas nuestras notas y nos mandó la primera investigación.
En la hora de almuerzo, Kelly mi compañera, se me apegó y nos dirigimos hacia la cafetería que estaba llena de estudiantes. El lugar estaba lleno y todas las mesas ocupadas, así que nos tocó comer de pie hasta que luego de unos minutos se desocuparon unos asientos.

Al sentarme no me había percatado, quien era el que estaba a mi lado.
-¿Ustedes están en nuestra clase, verdad? - es una voz hermosa y suave. Volteé y es el chico de la camisa de cuadros.
Es muy guapo.
-¿Tú eres Robert no es así? - Kelly contestó a su pregunta. Ni siquiera me di cuenta cuando él se presentó, estaba tan nerviosa.
-Ustedes son Rodríguez- me mira y luego a mi nueva amiga- y tu Marín- Kelly soltó una risita.
-Lo dijiste al revés- añade, corrigiéndolo de su error. Robert me mira.
-¿Qué no hablas o te comió la lengua los ratones?- me pilló de sorpresa su pregunta sarcástica y lo tomé a mal, su cometario.
-Sólo que no me apetece hablar- le dije de forma enojada. No se esperaba esa reacción de mi parte y la verdad, es que yo tampoco.
-No era mi intención molestarte, solo lo dije de broma- me retiré de la mesa y me dirigí al salón, aunque faltaban 20 minutos para que empezara la clase. Decidí llamar a mi novio, demoró en contestar.
-Hola cielo, ¿Cómo te va en clases?- contesta en la cuarta llamada.
-Nos hicieron presentarnos y tú sabes cuánto detesto eso- me quejo. Miguel se ríe y recordamos cuando estábamos en el colegio y se me burlaba cada vez que me ponía nerviosa y ruborizada- ya cambiemos de tema- le avisé.
-Te hablo en la noche, no quiero que me pongan una multa en el trabajo- lo olvidé.
-Oh... claro. Adiós- colgué.
Creo que exagere en la cafetería, ahora que el coraje se ha ido, lo único que siento es culpa y arrepentimiento por haber actuado así. Supongo que hoy no es unos de mis excelentes días.
En ese momento entró mi nueva amiga
-¿Qué te ha pasado?- pregunta Kelly.
-Nada.
-Pues eso no parecía allí abajo... No entiendo por qué cambiaste de humor en un instante.
-Sí, ahora que lo pienso, no tenía que haber reaccionado tan grosera.
Entra Robert al salón con su nuevo amigo, se acercó hacia nosotras, le dio a billetera a Kelly que se le había olvidado en la cafetería.