Contigo aprendi a vivir

Capítulo 3

 

 

 

Salimos juntos del salón, quedamos en ir a mi apartamento, porque mencionó que su casa, estaba demasiado lejos. Aunque después lo vi un poco dudoso, no le di importancia.

Una vez que estábamos en el bus me preguntó:

-¿Tu novio no va a tener problema en que vaya?- así que, eso era.

-Primero, él no está y segundo, aunque estuviera no tiene por qué molestarse, es un trabajo de la universidad, nada más - le conteste.

-Ya veo, eres de esas chicas que le da igual lo que piense el novio y hacen lo que le da en gana- entrecierra los ojos y por alguna razón me fascinó su mirada.

-En realidad, no hay motivos para molestarse si fuera por otra situación, si lo entendiera y no te llevaría- desvía la mirada de sus hermosos ojos verdes.

-¿Por ejemplo? - pregunta.

-¡Por ejemplo! si tuvieras otras intenciones o cosas por el estilo, sabes a lo que me refiero - respondí a su pregunta. Solo se rio y asintió.

-No creí, que tenías novio cuando lo viste tu rostro cambió de inmediato, radiabas de la felicidad, lo quieres mucho, ¿no es así?- porque hace tantas preguntas de ese tema particular. Aunque esta me ofendió.

-Por supuesto y me duele que no esté aquí conmigo. Y no soy tan fea para que te hayas sorprendido que tenga novio- exclamo molesta al final.

-No quise decir eso, me refería... -se quedó pensando como si buscara las palabras correctas para arreglarlo. Continuó - es que eres demasiado callada y muy tímida por lo que he visto. También un poco grosera- agrega.

-Ya no importa- le interrumpo.

No volvimos hablar de ese tema, ni de otro particular. Llegamos al edificio y nos dirigimos hacia el ascensor, de repente se acerca Alex detrás de nosotros, llevaba un par de bolsas, al parecer fue de compras.

-Hola- nos saluda. Abrió los ojos como plato cuando vio a Robert y sonrió.

-Vaya así que ¿ahora vives aquí?- le pregunto Robert, mientras Alex dejó sus bolsas al suelo para abrazarlo.

-¿Son amigos?- decidí ir por la palabra amigos que conocidos ya que era obvio que si se conocían primero, porque estábamos en la misma universidad y segundo, ellos viven aquí en la capital.

"Tu eres la intrusa" habla mi subconsciente.

-si, de hecho, lo conocí, porque un tiempo salió con mi hermana que también estudia Arquitectura como él, durante su relación nos hicimos grandes amigos- contestó Robert. "Jamás pensé que ese era el motivo por el cual se conocieron, me imaginé cualquier otra cosa, excepto eso. Con el término "Salió" dio más que entendido que ya habían roto, pero aun así su amistad seguía firme".

-¿Ustedes son compañeros?- preguntó esta vez Alex.

-Si – contestó Robert.

Entramos al ascensor, Alex recogió sus bolsas y siguieron, intercambiando unas cuantas palabras, cuando de repente se quedan en silencio y Alex se aproxima hacia Robert, "ella es de quien te hablé". Eso me pareció escuchar ("espero haber escuchado mal"). Lo que menos deseo es un admirador secreto.

-Ah- exclamó Robert, se abrieron las puertas del ascensor, nos despedimos y nos dirigimos hacia a mi apartamento.

Coloqué la llave en la cerradura, la giré y abrí la puerta.

-Pasa -entra detrás de mí y observa cuidadosamente el apartamento.

-Está muy bonito, ¿pagas mucho?- dice sin dejar de observar.

-Gracias y no pago mucho tuve suerte de encontrar uno no tan caro. Aunque es mi padre quien lo paga- no hablo mucho de él. Será por que no estuvo en toda mi infancia y adolescencia a mi lado físicamente si no a través de un celular.

No dijo nada más, sólo observaba el apartamento no sé por qué, pero se lo veía gracioso intenté no reírme.

-Bueno, mejor empecemos de una vez – anuncié. Asiente.

Nos acomodamos en mi pequeña sala. Nos sentamos en el suelo en vez del sofá, porque así estábamos cerca de la mesa de vidrio que estaba en el centro. A la mitad del trabajo, preparé algo de comida. Conversamos de nuestra infancia, reímos demasiado, incluso, en una ocasión por poco me atraganto y eso hizo provoco que soltara unas carcajadas. Su risa me pareció hermosa, terminamos de comer y continuamos con nuestro trabajo después de que casi muriera con mi propia comida.

-Hemos terminado - avise algo agotada.

-Lo bueno es que hicimos todas las tareas y no solo nuestra actividad grupal. Ahora si podemos descansar de esta tarde tan exhausta- se estira Robert.




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