Robert
Comienzo a sentir que Kristen se mueve y me golpea en las piernas, me levanto y ella esta gritando "No quiero, sueltame, noo, no quiero" es lo único que repite, detesto que tenga esas pesadillas, enciendo la lámpara, está dando manotones en el aire, agarro sus manos pero aún no se levanta y vuelve a gritar "no quiero, noooo", debajo de sus párpados empiezan a caer las lágrimas. Odio a ese tipo mas que a nadie en este mundo, por su culpa Kriss ha quedado traumada y por eso no quiero dejarla sola, sé que es fuerte y muchas veces trata de serlo para que no me preocupe.
-Kriss, despierta- le digo, se levanta de golpe, con cara de espanto; se hace hacia atrás hasta llegar al borde de la cama. Su mirada es de miedo, me tiene miedo aún no me reconoce, esta en shock.
-¡Alejate de mí!- grita, me observa unos segundos y luego se lanza hacia mis brazos. -lo siento tanto, no quise... - dice entre sollozos. Kriss esta tan lástimada.
-Tranquila, se que reaccionaste así, por la maldita pesadilla- le acaricio la espalda de arriba hacia abajo- tranquila.
-Lo siento - se vuelve a disculpar.
-Ssshhh no pasa nada- la hago hacia atrás con delicadeza y seco sus lagrimas. Detesto que ese momento la siga persiguiendo y aún la torture.
¿Qué puedo hacer? Pedir ayuda profesional, pero ella no querrá la conozco lo suficiente para saber que no aceptará y mucho menos que me ocupe de los gastos. No me importa hacerlo con tal que Kriss este bien y supere esto.
-Ya estas mejor- digo al cabo de unos minutos. Ha dejado de llorar.
-Sí - susurra triste.
-¿Quieres agua o algo?
-No, estoy bien pero gracias- dice cortante.
Ahora no se que decirle, dejo que el silencio reine en la habitación y que eso la ayude a relajarse. Y así fue, luego quiso comer un poco y nos dirigimos a la cocina, aunque le insistí que se quedara en la cama ella se negó, supongo que no quería estar sola. Kriss se apoya en la encimera, sin decir ninguna palabra lo cual es muy raro porque ella siempre habla por una u otra cosa, detesta el silencio pero por el momento le está agradando.
-¿Ya tienes sueño?- pregunto mientras ella se acuesta a mi lado.
-No ¿y tú?- ahora ella pregunta.
-Primero quiero que tú duermas y luego yo lo haré- espeto.
-Si quieres dormir hazlo, no tengo problemas- me asegura.
-Está bien- apago la luz y me acomodo.
-Descansa- murmura. Como es que lo no pilla. Ya debería de conocerme para saber que no me atrevería dejarla sola en ese estado.
-Es broma- enciendo la luz, me pega en el hombro con gesto molesto, tiene un poco de ánimo. Se me ocurre distraerla.
-Volvimos a los golpes- musito.
-Siempre- apenas sonríe, pero es buena señal.
-También encontraré una costumbre- hablo con gesto pensativo.
-¿Comó cual?- me desafía.
-Como esto- le muerdo en el cuello y empieza a reírse muy alto, inunda cada centímetro de la habitación con sus carcajadas. El sonido de su risa es magnífico.
- De...ten...te- casi no puede hablar por la risa.
-Así que tienes cosquillas- vuelvo a morderla.
-No, ya bas...ta por favor - intenta apartarme pero fracasa.
-Si tu me golpeas en el hombro, yo te morderé- le advierto.
-Te ira peor- contraataca.
-Ya estas advertida.
-Y tu tambien. Bueno, ya hay que dormir- anuncia y su respiración sigue entrecortada.
-Está bien- apago de nuevo la luz al ver que está mejor de ánimo e hice que olvidara su pesadilla.
Me despierto por una alarma extraña, siento mi cama diferente, abro la puerta del baño aún sonámbulo pero parece que mi habitación se ha hecho pequeña, la puerta está un poco más cerca de la cama. Escucho la ducha "creo que deje abierta la llave", de repente caigo en cuenta en donde estoy "mierda", veo una silueta y abro los ojos como platos. Kriss se esta bañando, no se percata de mi presencia, está de espaldas a mí, enjabonando su escultural cuerpo, tiene una figura hermosa, de modo inconsciente me encuentro a unos centímetros de ella; el agua caliente moja el calentador y mi cuerpo, intento acariciar sus brazos desnudos pero brinca y se aparta.
La veo de pie a cabeza.
-¡Qué haces aquí!- exclama molesta, un color rosa empieza a notarse en sus mejillas, no lo pienso ni dos veces, la beso y la pongo contra la pared, ahora toda el agua caliente cae en mi cuerpo. Ella intenta apartarme, pero sus labios no dejan de moverse en mi boca, me sigue besando, su respiración ha cambiado igual que la mía, mis manos empiezan a descender, siento sus curvos y me caliento pero ella me detiene en sus caderas.
-Vete- gime, la vuelvo besar, está claro que la pasión nos empieza a invadir Kristen está luchando pero esta perdiendo la batalla, la ganas pueden más y no me equivoco; coloca sus manos en mi nuca luego asciende a mi cabello y empieza a tirar de el provocando que me encienda más y empiezo a tocarla hasta los muslos. Siento su pecho contra el mío, sube y baja demasiado rápido, beso su cuello. Vuelve a gemir. Quiero unirme a ella, sentir su interior.
-Por favor detente- me ruega que yo lo haga, creo que no tiene fuerza para detenerme y yo tampoco, solo quiero seguir; hacerla mía y probar todo de ella. Quiero sentirla por completo.
-No quiero detenerme- gimo, ahora tira de mi cabello con más fuerza y con la otra mano me clava las uñas en mi espalda, ese dolor me excita. Intento sacarme el calentador pero Kriss vuelve a poner su mano para detenerme.
-Por favor, vete- exclama casi sin aliento y a la vez muy nerviosa.
-No quiero- intento besarla, ella se aparta logra alejarse de mi y se envuelve con la toalla.
-Entonces yo me iré- desaparece del baño, la sigo.
-No te acerques- extiende su mano para impedirlo, está temblando e intenta controlar su respiración. Su tono y en la forma que me dijo que no me acerque fue fría y casi un grito.