Contigo aprendi a vivir

Capítulo 14

Kristen

No tengo noticias de él, supongo que aún deben de estar hablando con sus padres pero estoy angustiada, he recorrido mi departamento más de cinco veces, limpie la cocina dos veces. No puedo dejar de ver mi móvil cada cinco segundos, no hay de mensajes y tampoco llamadas, lo coloco sobre la mesa de noche y me acuesto en la cama, me da muchas vueltas las opciones de cada posible situación: la primera es, que su padre tuvo el valor en confesarlo y así Robert no se sintiera culpable por hablar; la segunda, que no lo hizo y Robert tampoco para evitarle ese sufrimiento a su mamá, pero lo conozco, no se quedara callado; la tercera opción, él decide decírselo, pero cualquiera de esas posibles opciones tienen el mismo resultado, su madre sufrirá; no conozco lo suficiente a la señora Ashley para saber si es capaz de perdonarlo, quizás lo haga por sus hijos y porque han estado tantos años casados, muchos lo hacen. Si estuviera en su lugar no lo haría, mi móvil vibra, me incorporo de inmediato y contestó sin verificar en mi pantalla.

-¡Hola!- exclamo.

-Hola- me desinflo.

-¿Cómo estás, mamá?- contesto sin entusiasmo.

-Se nota que no esperabas mi llamada- acierta.

-¿Cómo te va?- evado su confirmación.

-Bien, sabes que me despidieron- ahora estoy confundida cómo puede decirme que está bien y luego darme la noticia que la despidieron, con toda la serenidad del mundo.

-¿Por qué?- digo con negatividad.

-Recortaron personal y salí beneficiada- dice con ironía pero a la vez alegre. No la entiendo.

¿Estará bien? Cada vez que hablaba de la posibilidad de perder su empleo, lo decía como si ese día fuese el fin del mundo para ella. Ya que a su edad, es complicado conseguir trabajo. Tampoco es que mi madre sea tan vieja.

-¿Cómo que "beneficiada"?- pregunto sin entender su actitud, cuando debería de estar mal y preocupada. No lo opuesto.

-Tengo un nuevo empleo, me pagarán mejor y tendré más días libres- me asegura. Arqueo las cejas por un segundo de la sorpresa.

-Vaya, es bueno entonces- entiendo su tranquilidad.

-Sí y este fin de semana viajaré con tus hermanos a la playa- exclama feliz.

-Que bueno, espero que la pasen bien- no menciono que planeaba visitarla este fin de semana con Robert.

-¿Y dime, te gusto la ropa?- me había olvidado por completo de eso.

-Ahora que mencionas ese tema ¿Por qué lo hiciste? Fue suficiente con que te haya comprado a ti, por eso no acepte que gastara en mí- de nada sirve regañarla. Suspiro- y si me gusto la ropa- digo al final.

-Supongo que el vestido blanco, te encantó- chilla.

-¡Qué!

-El vestido- vuelve a decirlo.

-¿No se que vestido?- le aseguro, "genial" me ha comprado mas ropa, solo espero que sea el vestido y nada más.

-Aún no has visto todas las demás prendas- no es cierto.

-¿Cómo que todas? ¿cuantas prendas fueron?- escucho otra voz en el otro lado de la línea. Tal vez es mi hermano.

-Me tengo que ir, te quiero- se escapa.

-No, espera, dime cuan...- cuelga. Ahora si estoy molesta.

La pantalla principal, notifica llamadas perdidas y son de Robert, ha llamado justo cuando estaba hablando con mi madre, presiono el botón de llamar y empieza a timbrar, a la tercera me contesta.

-Hola- hay muchas voces en la línea.

¡No está en casa!

-Hola ¿Qué pasó? Me tenías preocupada.

-Ya lo sabe, pero eso no importa- ¿cómo puede decir que no importa?, su madre debe de estar devastada y llorando- mi abuelo tuvo un accidente y está grave en el hospital- ahora sé porque no importaba.

-Como lo siento, tu mamá debe de estar muy desesperada- pobre señora.

-Si lo está y me da mucha tristeza verla así.

-Me imagino y en ¿dónde estás?- pregunto al seguir oyendo demasiado ruido.

-Estoy en el aeropuerto con mi madre y mi hermana...

-¿Te vas?- me pongo de pie, de un salto.

-No, yo no, solo ellas- me tranquiliza pero ahora me siento culpable, no quiero que su familia piense que lo estoy alejando de ellos.

-¿Y tu papá?- pregunto ya que no menciono nada de él.

-Obvio que no irá, mi madre no lo quiere ver- se lo dijo, por lo menos tuvo el valor de confesar su engaño.

-Sí, era de suponerse- aseguro.

-Quería preguntarte si podría quedarme contigo, es que no quiero estar solo con mi padre en la casa- explica.

-Claro que puedes.

-Bueno, entonces nos vemos luego.

-Esta bien pero ¿vas a tardar?

-Un poco.

-Entonces te dejaré abierta la puerta en caso de que me quede dormida- le aviso.

-No creo que sea seguro.

-Por favor nadie ha intentado abrirla.

-Puede que no te hayas dado cuenta porque eres bien distraída- se burla.

-Estará abierta, nos vemos- me despido.

-Chao, te quiero- musita.

-Yo te quiero más- cuelgo.

Es increíble que a pesar de no ser la primera vez que se queda a dormir conmigo, me guste tanto y me ponga demasiado nerviosa tal vez porque con él pierdo mucho el control, sé que no se ha dado cuenta que lo miro cuando esta dormido, me fascina verlo dormir.

Ojalá no tarde demasiado, me invadió el pánico cuando me dijo que estaba en el areopuerto, no es que no comprenda lo que sucede con su familia en este momento, si no el hecho de que no se hubiera despedido de mi; sentí gran alivio al saber que no era así. Siento lastima por la mamá de Robert, no me imagino como se debe de sentir su madre, con lo de su padre y la traición de su esposo; si yo estuviera en su lugar no tendría ni fuerzas para estar de pie y espero que su padre se recupere pronto.

Ha pasado más de una hora y no llega aún, me acuesto en mi cama conecto los auriculares en mi móvil, abro la carpeta de música, elijo:

"Para que no me olvides" de JUAN FERNANDO VELASCO y luego sigue mi otra de mis canciones favoritas "Hoy que no estas".




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