Contigo para siempre

Capítulo # 3

Capítulo # 3

En la mansión Milano Vitale.

Gaia observa como Bruce y Luna están platicando tranquilamente, ve como su hija está realmente feliz con su embarazo, necesita jalarla y saber quién es el padre de su hijo, no piensa permitir que su hija sea madre soltera.

—No se siente nada —comenta Bruce tocando su vientre, porque ella se lo pidió—. Es muy pronto.

—Sí, estoy apenas de cuatro semanas de gestación y estas semanas son peligrosas —comenta con suavidad y ve su preocupación—. Todo estará bien, estoy evitando hacer movimientos bruscos.

—Tienes que cuidarte mucho Luna, no puedes estar sola en tu departamento —dijo realmente preocupado por su salud y por la del bebé.

—Tranquilo, veré que hacer —asegura ella.

—Hija, puedes venir un momento —pidió Gaia seriamente.

—Sí, vamos —dijo ella levantándose y caminando hacia el despacho, atrás de ellas la sigue Ellis con disimulo, es extraño ese apego tan repentino de Luna con su nieto, ella siempre es tan solitaria y verla tan emocionada, dejando que Bruce la toqué es demasiado extraño.

—Dime madre —dijo antes de que su madre abra la puerta del despacho—. Puedes decírmelo aquí.

—Luna. ¿Quién es el padre? —pregunta sin rodeos.

—Es un donador, elegí al padre de mi bebé y punto, es algo que no tienes que preocuparte, sigo siendo virgen, embarazada y virgen —dijo con ironía.

—¿Te hiciste una inseminación? —soltó Gaia muy sorprendida.

—Sí.

—Ser madre es una responsabilidad muy importante hija, no es tan fácil ser madre soltera —dijo seriamente.

—Tengo un trabajo estable, tengo mi propio hogar y quiero tener a este bebé, ¿Qué más tengo que esperar?

—No, hija, de verdad me has dejado con la boca abierta —dijo seriamente.

Ellis escucho la conversación y salió de ahí, será que Luna está embarazada de su nieto Bruce, eso no puede ser posible, Bruce se quedará con el niño y Luna quiere ser madre soltera, todo le parece realmente raro.

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En otro lugar de la mansión.

Derek se encontraba realmente confundido, no entiende por qué Luna anuncio el embarazo, se supone que le dará el niño a su primo cuando nazca o será capaz de quedárselo y exigir que ambos lo críen, sería una locura, se supone que acepto que tendría al bebé por agradecimiento.

—Hola, cuñado —dijo Luna al encontrarlo en el jardín.

—Luna, dime la verdad. ¿Qué vas a hacer con el bebé?

—No lo sé, en el momento que comencé a sentirme extraña cuando fue la inseminación, empecé amar a este bebé y le pedí a Dios que se diera y ahora que está creciendo dentro de mí, solo pienso en mi bebé y lo que deseo de tenerlo entre mis brazos.

—Bruce, también sueña con ser padre y tú, accediste en darle esa alegría y ahora se lo quieres quitar —dijo realmente sorprendido.

—Podemos decir, que no se dio y que la mujer perdió al bebé —dice mirándolo y observa su negación—. Derek, si Bruce se entera me lo quitará.

—Escúchame, vamos a tomar las cosas con calma y cuando te sientas preparada, le diremos la verdad a Bruce —dice con calma.

—Pero.

—Luna escúchame, yo no pienso traicionar a mi primo de esta manera y ahora menos de lo que sufrió él al saber que no caminara más, podía tener mis diferencias hace unos años, todo es diferente.

Luna hizo puchero y quiso llorar, pero Derek no se lo permitió.

—Por favor, deja de comportarte como una niña Luna, creía que estabas clara con lo de entregar al bebé al momento que nazca —dijo con seriedad y arrepentido en dejarse llevar por las emociones, se supone que las mujeres que ven esto como trabajo, no mezclan sus sentimientos porque están conscientes de que el bebé no es suyo, aquí es que ese bebé que crece en el vientre de su cuñada, es tanto de ella como de su primo—. Deja que tu mente se aclare y podrás decirle a mi primo la verdad.

—Está bien.

Derek y Luna regresaron a la mansión y están disfrutando de la buena música, ven entrar a una mujer preciosa, despampanante y Ayla salió corriendo a recibirla.

—¡Bienvenida Isabella! —exclama con emoción y abrazándola con fuerza.

Isabella sonríe, tiene algunos años que se mudó a Francia porque abrió su propia empresa de maquillaje, siempre sintió pasión por los cosméticos y su madre no estaba muy de acuerdo, su padre mucho menos porque prefería que su princesa estudiara abogacía o medicina, lo sorprendente que su hija hizo un imperio en menos de dos años y sus marcas son reconocidas mundialmente.

—Bienvenida hija —habla Adolfo abrazándola y apretándola sin quererla soltar.

Dylan está intrigado, esa flaquita sin gracia que nunca salía de la habitación cuando venían a jugar, es realmente ella, no parece, está realmente preciosa y tiene un cuerpo increíble.

—¿Hasta qué te operaste? —le pregunta Luna para hacerla enojar.

—Todo natural, cariño y tú ven a adarme un abrazo —dijo extendiéndole los brazos y sonríe.

Luna la abrazo cariñosamente y estuvieron un rato, abrazadas.

—Te extrañé muchísimo —habla su hermano abrazándola—. ¿Y eso qué regresaste?

—Voy a abrir una sucursal en Italia, es el único país que me hace falta —dice con suavidad.

—Es un gusto verte —saludo Derek.

—Gracias —y mira a los pequeños—. La tía Isa les trajo muchos regalos.

Melia salió corriendo hacia ella y la carga.

—Qué cosita tan linda, me reconoció y eso que solo me conoce por videollamadas —dijo apretándola y Dylan asombrado como su sobrina está apegada con ella—. Hola, Dylan, tantos años que no nos vemos.

—Asombrado de lo cambiada que estás —dijo realmente atónito.

—¿Y los novios? —pregunta Axel, feliz de tenerla de nuevo en su hogar.

—Novios, no, eso no va conmigo, quiero ser profesional y después casarme —asegura y comienza a bailar con la niña en brazos.




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