Contigo Yo Quiero...

SIETE

Varios días después..

Siempre me ha sorprendido la capacidad que tenemos de poder regenerar, sanar y cerrar las heridas. Yo no soy científica y mucho menos una especialista sobre el tema, pero neta que estamos hechos de forma increíble.  

Que un vaso de cristal se cae al suelo y se hace pedazos. ¿Dónde quedo su vida? ¡Obvio que nunca tuvo vida! Pero nosotros somos distintos. Que nos rompen el corazón, lloramos muchísimo y luego hasta dolemos con toda la intensidad de la mala vida; el tiempo pasa y nosotros comenzamos a olvidar. Que sentimos con menos intensidad y al final, somos capaces de volver a florecer por montones. 

—¿Como te sientes? —le pregunté. 

Estábamos de camino a su casa y parecía que había nervios en su interior. 

—Me siento bien. 

—¿Seguro que quieres hacer esto? 

—Si, yo…bueno quiero cumplir con mi palabra. Te dije que algún día te invitaría a mi casa. 

Estábamos justo enfrente de la una puerta de madera. Su mano derecha estaba aferrada al metal de la chapa y lo más seguro es que su respiración estuviera agitada. Había pasado una semana desde el incidente. Las costras cambiaron su tono a una tonalidad oscura, la sangre se secó de forma perfecta hasta formar la costra que le daría una nueva piel. 

Ligeramente hizo girar la chapa, una mezcla de aroma a tabaco con aromatizante de pino fue lo primero que mi olfato percibió. ¡Era un olor interesante! 

—¿Tu mamá…? 

—Ella no está en casa. Desde lo que paso regularmente suele ir a casa de mi abuela y se la pasa bebiendo. 

—¿Suele hacer eso…? 

—Todos los días, es muy raro que ella este en casa. Si no está con mi abuela, entonces anda por ahí en las tiendas bebiendo alcohol. Se que ella es buena, muy en el fondo tiene bondad, pero por todo lo que nos pasó, creo que ella no es capaz de olvidar que mi padre la engaño. 

Seguramente que la madre de Armin tenía depresión, su mundo se debió derrumbar por completo ante la idea de vivir traicionada. 

¿Qué sentirá una mujer al vivir con el pensamiento de que su esposo le fue infiel? ¡Una montaña de sentimientos incomprendidos! Que es cierto que el cuerpo humano es una maravilla, pero muchas veces nosotros mismos nos negamos a ver lo increíble de sanar las heridas. Nos olvidamos de los cuidados que requiere una cortada o de cómo se debe manejar correctamente alguna torcedura. ¿Por qué? Papá dice que muchas veces las personas mismas no somos capaces de permitir que nuestro cuerpo cicatrice. 

—¿Tienes hambre? —me preguntó. 

—¡Hum! No, estoy bien. Gracias. 

—¿Se te antoja alguna fritura?  

Abrió una alacena de la cocina y mis pupilas se encogieron al ver la gran variedad de comida chatarra que se almacenaba en ese mueble. 

—¿Tienes Cheetos de la bolsa amarilla? 

—Si, de los que pican mucho. ¿Quieres? 

—Bueno sí. 

Es común que a nuestra edad prefiramos comer comida chatarra en lugar de comer cosas nutritivas como las verduras y así. 

—Va. ¿Te parece si vamos a mi habitación? 

La casa de Armin era un lugar pequeño. Un sofá, una mesa acompañada de dos sillas, una mini cocina, el sanitario y dos recamaras.  

—Si, a donde tú me quieras llevar, yo te acompaño. 

—¿Y si nos aventamos de un pozo? ¿De verdad irías conmigo? 

—¿Hablas de suicidarnos juntos? 

—Ajá. 

—Pues sí. Creo que es una buena idea. ¿Por qué no se me había ocurrido algo así antes? ¡Me dan ganas de matarme contigo! 

Por supuesto que estábamos bromeando.  

Nuestro sentido del humor era un poco crudo y demasiado único. Lo mejor es que cuando eres adolescente sientes que nadie te entiende, que todo es una basura y quieres que todos se jodan por completo. ¡Así es la realidad de muchos! Pero bueno, en mi caso las cosas eran diferentes. Mis padres me habían educado de la forma en que me inculcaron madurez y cordura. ¡Se que también hay jóvenes que son como yo! Que no todos somos inseguros o triviales. Si te pones a pensar, hay muchos adultos que se comportan de una forma tan inmadura que neta, hasta parecen peor que adolescentes o niños chiquitos. 

Ahora, ¿que se supone que debe pasar si juntas a un adolescente con pensamientos suicidas demasiado negativos con una adolescente que tiene madurez? Armin y yo nos convertimos en aquellos sentimientos que se comprendían de forma compleja. Que tal vez era una amistad extraña porque siempre estamos acostumbrados que ver que la chica es frágil o débil. ¡Pero el mundo siempre ha tenido de todo! Esta vez y desde que entre a la escuela; me toco a mí ser la defensora de los sentimientos quebrados del chico reservado. 

—¡Estamos bien locos! Ya no me hagas caso, que al menos tú tienes muchas cosas por las cuales mereces vivir.  

—¿Y tú? ¿Que no tienes razones para vivir? 

—¡Pues…! 

—¡Me tienes a mí! No seas un bobo. 

Le provoque una sonrisa. Mi chico emo también tenía la capacidad de sonreír. 

—¿Te tengo? 

—¡Ahora estoy contigo! ¿No te gusta mi compañía? 

Asintió. 

Nos acostamos en su cama, mirando el techo de su habitación escuchando una playlist de Chillwave–Retrowave de un canal de YouTube. 

—Y a ver Armin, cuéntame más de ti. 

—¿Qué quieres que te cuente? 

Pensé detenidamente en algunas cosas que yo quería que él me dijera. Porque neta que, aunque parezca extraño, Armin me hacía sentir con mucha confianza y ganas de proteger. ¿Una chica de quince años protegiendo a un chico de diecisiete? ¡El mundo está cambiando constantemente y la juventud también! 

Mi corazón se comenzó a encariñar mucho de él. 

—Siempre me ha causado curiosidad el querer verte sin el suéter del uniforme.  

—¿Por qué quieres verme sin suéter? 

La cama era muy cómoda, el aroma de aquí adentro era casi idéntico al chocolate líquido, de ese que luego escurre en las fuentes de chocolate. Luego estaban los Cheetos, que sabían súper deliciosos para pasar el rato y nosotros, con muchas ganas de pasar un buen rato. 




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