Martes, 03 de enero, 2022.
Ha pasado exactamente una hora desde que un visitante extraño llegó a la habitación, causo terror y se fue dejando más terror. Gabriela no ha soltado a su hijo desde lo sucedido, y no es que el niño esté en contra del calor maternal que le proporciona el pecho de su madre, sin embargo a Trevor no le parece muy buena la idea, sabe que si lo ha tenido en sus brazos todo este tiempo es única y exclusivamente porque tiene miedo de que alguien se lo lleve de su lado. Y no es por nada, pero él está igual de asustado, si bien Spencer no es su hijo biológico sabe perfectamente que será como si lo fuera en un futuro, incluso ahora ya se siente así.
La policía había llegado hace al menos cuarenta y cinco minutos seguidos por los reyes, han revisado la clínica de arriba abajo buscando alguna huella dactilar o de zapato, algo que les indique quién ha desobedecido el mandato del rey, sin embargo no hay éxito. Los electricistas dicen que el apagón fue intencional, alguien quemó un fusible y averió los generadores. En resumen el ataque fue premeditado ¿Por quién? Gabriela y Trevor saben la respuesta y están obligados a decirles a los policías y a una pareja mucho peor, los reyes.
—A ver, déjame ver si lo entendí— dijo Max suspirando y tratando de guardar la calma para no explotar— Un sujeto llamado Alexandrum irrumpió en tu cuarto el día de año nuevo, habló un poco contigo y te amenazó con pagarla con todos nosotros y tu hijo, del que sabía su género antes que tú, si no dejabas todo como era antes de que llegaras y si no te ibas— Gabriela asintió— luego viene esto, un sujeto, que al parecer no es Alexandrum, provoca un apagón, te a una segunda amenaza, pinta en la pared esa detestable frase y luego se va— volvió a asintir— ahora mi pregunta es ¿Por qué mierda no me lo dijeron en cuanto esto pasó?— preguntó perdiendo la poca paciencia que le quedaba— ¿Se dan cuenta que esto los involucra a todos y que acaban de romper un decreto real?
— ¡Te íbamos a decir, de verás!— se defiende Trevor— pero luego pasó lo del bebé y sinceramente esto pasó a segundo plano.
—Bueno, ya no está en segundo plano, por si no te has dado cuenta ¡Alguien pintó la puta pared con una amenazante frase!
—Está bien, Max, cálmate—le pide Giuliana tratando, ella misma, de mantener la calma— hay que meditar bien el tema.
—Oh, por su puesto, meditarlo con calma ¿Qué te parce esto cariño? Este par de idiotas no nos contaron que Alexandrum, alias Loco de remate, amenazó a nuestra puta familia, a la condenada manada Noche Blanca, hasta al maldito primogénito de la manada Night Moon, por no mencionar de que al parecer hay un desgraciado espía en el puto castillo ¿Te parece bien? ¿Es suficiente calma para ti?— inmediatamente Giuliana lo mira enojada ante su tono burlesco de voz. Recarga su peso en su pierna derecha y se cruza de brazos. Max cierra su boca, abre los ojos en grande y traga duro.
—A ver, dejemos algo en claro ¿Sí? Esta es primera y última vez que me hablas de ese modo Maximiliano Alin Sans ¿Quedó claro?— Max asintió con la cabeza mirando hacia el suelo. Más que un rey enojado parece un niño siendo reprochado— Si digo que conserves la calma, conservas la puta calma y listo—volvió a asentir— ¿Te calmarás?— asintió— ¿Volverás a comportarte como un niño en medio de una rabieta?— él negó— bien, ahora, volviendo al tema, tenemos que pensar muy bien en lo que vamos a hacer desde ahora en adelante, sobre todo en quién vamos a confiar— finalizó retomando el tema de inicio, desviando la mirada a la pareja que hasta ese momento se había mantenido en silencio e ignoró por completo a su esposo al pasar por su lado y acercarse a la camilla. Trevor y Gabriela se miraron por un segundo, desconcertados, finalmente Trevor fue el que habló.
—Bueno, primero que nada yo tendré que mantenerme aquí con Gabriela hasta que le den de alta, seguramente le darán el alta en unas horas.
—Estoy de acuerdo— dijo Max.
—Nadie pidió tu opinión, Sans— dijo elevando su mano y mostrándole el dorso de su mano a Max, eso y la mención de su apellido en vez de su nombre o apodo son una clara señal de que debía dejar de hablar, de que está completa y absolutamente enojada. Max se calló y aunque la escena le hace mucha gracia a Trevor no dijo nada, ni si quiera sonrió— Me parece bien, con la condición tan vulnerable en la que está Grabriela en este momento no creo que sea capaz de resguardar por mucho tiempo a Spencer, creo que alguien debe estar a su lado permanentemente para cuidarlos a ambos y me parece que es mucho mejor que seas tú a que sea otro.
—Bueno, no creo que eso le resulte difícil, si antes no se separaba de Gabriela imagínate ahora, será como si Gabriela fuera un inmenso imán y Trevor fuera todo el metal del mundo— trató de bromear Max, sin embargo se calló inmediatamente cuando su esposa se gira a mirarlo totalmente seria.