Martes, 10 de enero, 2022.
Ha pasado exactamente una semana desde la “segunda advertencia” que le regaló Alex a la madre primeriza. Cada uno ha puesto de su parte para que nada más pase. Ionel junto con Andru han aceptado ayudar para saber quién es Alexandrum, tal y como había dicho Giuliana Ion no pudo negarse si la familia está involucrada.
Sin embargo, el gran pero en todo esto es que en realidad Ion en vez de ayudar lo único que hacía era despistar a Nandru y aparte de eso mantenía informado a Alex de cada movimiento de la familia real. Es por eso que en la reunión organizada para hablar sobre el tema Nandru no tiene información nueva para aportar.
— ¿Me estás queriendo decir que no hay nada?—pregunta Max sin poder creerlo. Está caminado de derecha a izquierda por todo el despacho tratando de calmarse.
—Buscamos en todos lados y no hay nada, absolutamente nada sobre algún Alexandrum Balan— responde Nandru. Ion se mantiene apoyado en una esquina, en silencio, observando cada reacción que pudieran tener todos.
— ¿Y qué tal van con el espía?— pregunta Gabriela.
—Nada aún, todo está en orden, revisamos antecedentes, fechas, horarios, todo lo que nos pueda indicar quién puede estar ayudando a Alexandrum, pero no hay nada—respondió Giuliana.
—Esto está verdaderamente bien planeado— dice Trevor.
—No, no es simplemente eso— contesta Max, inmediatamente las miradas se dirigieron a él. Este había dejado por fin de dar vueltas por la habitación como un lunático y procedió a sentarse en su silla frente al escritorio negro. Tiene su cabeza apoyada en sus manos que están entrelazadas.
— ¿Qué quieres decir?— pregunta Nandru.
—Hay algo raro en todo esto, algo no me cuadra pero no logro descifrar qué es.
—Eso no nos sirve de mucho, Max.
—Lo sé, lo sé, estoy pensando.
—Déjalo, es una tarea difícil para él— interviene Giuliana. Max la mira ofendido y sorprendido a la vez. Las otras cuatro personas, exceptuando a Ion, sonríen. A Giuliana no se le ha pasado del todo el enojo de la última vez. Todavía hay momentos en los que lanza comentarios ofensivos contra su marido, mientras tanto este simplemente se digna a mirarla y a guardar silencio.
—Esto es una pérdida de tiempo— resopla Ionel llamando la atención de todos— si no tenemos información nueva ¿Para qué reunirnos? No entiendo, hacen gastar mi tiempo.
—Tienes todo el tiempo del mundo, Ion, un par de minutos no afectará tu eterna vida— responde Trevor.
—La eternidad está sobre valorada, primo, es mucho mejor creer que tengo un final no muy lejano, así que cada minuto es valioso— Trevor enarca su ceja y posa en sus labios una sonrisa de incredulidad.
— ¿Es en serio?— preguntó burlesco. Ion lo miró seriamente.
— ¿Tengo cara de ser alguien que haga bromas?
—No tienes cara de nada, aparte de ser un maldito idiota.
—Gracias.
—Muy bien, es suficiente— interviene Max, luego suelta un suspiro mientras pasa ambas manos por su cara— está bien, no sabemos quién es ese tal Alexandrum, pero al menos sabemos lo que quiere.
—Sí, a mí y a mi hijo— contesta Gabriela.
—Pero ¿Por qué?
— ¿Acaso no es obvio?— dice Ion— Odia a…— se calla al momento de sentir todas las miradas en él. Hace una pausa, medita sus palabras y luego vuelve a hablar—los licántropos— una palabra mal dicha, un movimiento en falso, una mala jugada le costaría la confianza que ha ganado y eso no es bueno, él sabe que es los oídos y los ojos de Alex dentro de este lugar, también sabe que no está solo, pero es el único que logra ser parte de estar reuniones. Tiene que portarse bien o todo el plan se irá al carajo.
—Supongo que tienes razón— dice Nandru— no se detendrá hasta que Gabriela se vaya junto con su hijo y deje todo como estaba antes de su llegada.
—Nada volverá a ser como estaba, con o sin Gabriela esto seguirá igual— responde Giuliana empuñando sus manos algo molesta— ¿Cómo pretende que todo se arruine con solo su ida de aquí? Esto es decisión de nosotros.
—A menos que intente algo posteriormente a la ida de Gabriela.
—De todas formas Gabriela no se va a ir de aquí. Esa no es una opción.