Contra Todo

Capítulo 24 "Previa: Parte uno"

LA TARÁNTULA

 

Sábado, 23 de abril, 2022.

 

10:00 AM

 

El día partió normal, como cualquier otro, la familia real está reunida en la mesa del comedor principal para el desayuno, como de costumbre. Max y Trevor mantienen el ambiente animado y con ruido mientras cuentan historias graciosas de sus vidas. Giuliana se une a ellos de vez en cuando refutando una que otra parte de las anécdotas contadas diciendo cosas como “No, así no fue como pasó”, “Que yo recuerde no hiciste eso”, “¿Cuándo pasó eso que yo no estaba?” o “¡Yo no dije eso!”, lo que mantenía la diversión en la conversación, sobre todo por las caras que ponen los dos hombres cuando Giuliana les corta totalmente la inspiración. Gabriela se dedica simplemente a escuchar con atención, a burlarse de ambos hombres y a menear despacio el coche de Spencer, donde este yace dormido después de haber tomado leche. Por su parte el pequeño Dracul solo atina a sonreír de vez en cuando. El pobre niño desde la vez que estuvo tan cerca de la muerte que casi pudo tocar el cielo, no ha vuelto a hablar, se mantiene en silencio y pegado como una chapa a la falda de su madre.

Nadie lo culpa, de hecho, nadie le dice nada, todos lo entienden, es solo un niño. Sin embargo sus padres están totalmente preocupados, temen a que Dracul nunca vuelva a ser el niño alegre y juguetón que un día fue, tienen la esperanza de que a medida que Spencer crezca, Dracul pueda ir desarrollándose con él y así pueda volver a ser el de antes. Pero por ahora, solo pueden darle su espacio, su tiempo y su apoyo.

—Recuerdo que Nandru no paraba de reír— dijo Trevor.

—Y no sé de qué, no fue nada gracioso— respondió Max apoyando los codos en la mesa con una expresión indignada.

—Claro que lo fue, gritabas como una niña— contestó Trevor divertido— decías “¡Ay, no! ¡Quítamela, quítamela!”, movías los brazos de un lado a otro y dabas saltitos mientras corrías— soltó una carcajada— nunca creí que te vería así— Gabriela y Giuliana rieron.

—Pagaría por ver eso— bromeó Gabriela.

—Debiste haberlo visto— rio Giuliana— estaba totalmente vuelto loco.

—Búrlense todo lo que quieran, pero no me pueden negar que las tarántulas dan mucho miedo— contestó Max haciendo un puchero.

—Luego de eso Nandru estuvo riendo por casi veinte minutos sin parar—dijo Giuliana.

— ¡Eso fue lo otro! No sé qué fue más gracioso, si ver a Max correr y gritar como una nena o ver a Nandru convulsionar en el suelo muerto de la risa y diciendo “¡Para, para! ¡Mi abdomen duele!” mientras reía como loco— sonrió Trevor contagiando a los demás, incluyendo a Dracul quien parecía aguantarse la risa. Trevor lo miró disimuladamente junto con Giuliana, ambos sonrieron aliviados de que al menos al niño no se le haya olvidad como sonreír. No contaban esas historias con esa intención en particular, simplemente querían que el ambiente estuviera ligero y agradable, últimamente todo ha estado muy tenso y un poco de risa no hace daño.

—Definitivamente fue ver a Max correr— irrumpió Ionel en la conversación con una pequeña sonrisa en sus labios.

—No lo sé, está difícil la decisión— contestó Trevor haciendo su expresión divertida de estar pensando. Ionel se sentó a un lado de Dracul al tiempo de que una de las sirvientas le servía una copa de sangre y otra le servía café.

Luego del último ataque Max decidió que cada uno de los vampiros del lugar tendría que tomar al menos un litro de sangre humana al día para tener fuerzas. Fue un gran cambio, la sangre humana había sido restringida desde que el siglo XXI comenzó y los vampiros comenzaron a mezclarse con los humanos con mayor frecuencia. Sin embargo, al igual que las proteínas lo son para el cuerpo humano, la sangre fresca y humana es la que les da mucha más fuerza y vitalidad a los vampiros, es por eso que en estos casos de Estado de Sitio o Estado de Guerra, se les permite a los vampiros ya sea cazar a los humanos bajo ciertas causales o buscar un donante.

— ¡Vamos! A mi hermano podremos verlo reírse de esa manera muchas veces, incluso de las necesarias, pero volver a ver correr así a Max será un milagro— Trevor asintió con la cabeza encontrándole razón a las palabras de Ion.

—Eso es verdad, tienes toda la razón, entonces lo más gracioso fue ver a Max reaccionar de esa forma— finalmente suspiró sonriendo, se quedó en silencio por unos pequeños segundos, miró a Max, apretó los labios y nuevamente estalló en risas.




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