Domingo, 24 de abril, 2022.
Hay momentos en la vida en que solo hay dos opciones, quedarse o huir, y ninguna tiene un lado positivo. Con una puedes morir y con la otra pierdes tu dignidad y orgullo. Sin embargo hay que decidir y si al menos con una sigues vivo entonces esa será la decisión que tomarás.
— ¡Retirada!— gritó Alex, quien fue el primero en salir por la puerta por la que entraron. Inmediatamente todos sus seguidores, Ionel y Mihai lo siguieron.
—Majestad ¿Qué hacemos ahora?— preguntó uno de los guardias con mucha cautela en su tono de voz y en las palabras emitidas. Max no lo miró, pero sí contestó.
—Ellos mataron a Giuliana—escupió con odio. El soldado agachó la cabeza—Ya tuvieron su venganza— prosiguió— ahora nos toca a nosotros— el soldado lo miró y asintió con la cabeza.
—A su orden, majestad— se giró, miró a todos los presentes y alzó el puño— ¡No los dejen escapar! ¡Venguemos a la reina Giuliana!— gritó.
— ¡Sí!—gritaron de vuelta e inmediatamente persiguieron a los vampiros fugitivos.
Nandru se acercó a Max quien aún no despegaba la vista del frente.
—Déjenme a Ionel a mí, tenemos cosas que resolver.
—Yo me encargaré de Mihai— dijo Trevor.
—Hagan lo que quieran, pero Alexandrum es mío— dijo Max. Los tres lo miraron, su actitud había cambiado por completo, daba terror con solo verlo y escucharlo, hablaba entre dientes, te miraba con ojos enojados y mantenía su rostro serio.
Ninguno dijo nada cuando Max salió corriendo, simplemente lo siguieron, pero definitivamente había un cambio en él y ninguno estaba seguro de que si se le pasaría o seguiría así por el resto de su larga vida.
Para cuando Max alcanzó al enemigo este ya se había internado en el bosque y dispersado por este, sin embargo Max corrió, se abrió paso por entre los demás, esquivando vampiros y ramas, su objetivo es uno y en este preciso momento lo tiene en la mira.
Alex se desestabilizó en cuanto sintió la mirada de Max encima de él. Aceleró el pasó pero bien sabía que sería inútil, Max lo alcanzaría costara lo que costara. De pronto lo sopesó, es cierto, él lo atraparía de una forma u otra entonces ¿Para qué escapar? Y se detuvo, justo a tiempo para que Max lo tomara del cuello de la camisa. De un momento a otro los pies de Alex dejaron de tocar el suelo y el mundo se le movió rápidamente.
Max lo había lanzado hacia un dirección cualquiera. Al aterrizar llevó al suelo consigo a dos vampiros más, Un quejido salió de los labios de los tres, Alex abrió los ojos por completo, pero simplemente alcanzó a ver la mano de Max acercándose rápidamente hasta su cuello. Este lo alzó, ambos se miraron a los ojos y por segunda vez Max lo lanzó lo más lejos posible.
Alexandrum esta vez pudo ponerse de pie rápidamente después de chocar contra el suelo. Alcanzó a esquivar un golpe directo contra él, pero la patada en su abdomen fue sorpresa para él.
Max lo golpeaba sin contenerse, desquitó su furia y frustración con la persona que empezó todo. Uno, dos, tres puñetazos. Cuatro, cinco patadas y nuevamente Alexandrum voló por los aires y aterrizaba en el suelo.
Esta vez se quedó ahí, sentado en el suelo con la espalda apoyada en el tronco de un árbol, no abrió los ojos y esperó los golpes posteriores que vendrían a él, pero lo único que llegó fue una bala en su hombro izquierdo.
—Esto fue por las amenazas— le dijo Max apuntándolo con el arma. Alex no se movió, solo se quejó en silencio. Otro balazo en su pectoral lo hizo gritar— esto fue por casi matar a mi hijo— el vampiro escupió sangre por la boca, tosió y volvió a quedarse en silencio comiéndose el dolor. La siguiente bala se incrustó justo en su abdomen— esto fue por Giuliana— en este punto Alex se había debilitado casi por completo y sin embargo las palabras posteriores del rey lo hicieron sonreír— esta va por iniciar todo esto— dijo. Apuntó directamente a su corazón, sin embargo no disparó. Alexandrum lo interrumpió con su risa y sus palabras.
— ¿Yo? ¿Iniciarlo?— dijo sin levantar la cabeza— No, en eso te equivocas— dijo. De pronto levantó la cabeza y con una rabia potente en sus ojos casi igual a la de Max gritó— ¡Esto lo empezaron ellos en cuanto me quitaron a Jenica!— Max no dejó de apuntarlo, sin embargo tampoco disparaba, le interesaba escuchar lo que tenía para decir. Jenica fue la esposa de Alexandrum cuando trabaja aun en el castillo. Un día después de salir de viaje desapareció, no volvió más, nadie nunca supo lo que había pasado, nadie supo si sequía viva o no, pero desde ese momento Alex cambió radicalmente, renunció a su trabajo y se aisló.