Contra Todo

Capítulo 32 "Perdiendo las esperanzas"

Lunes, 27 de mayo, 2026.

 

Trevor

 

Los meses han pasado mucho más lento de lo que me gustaría. La noticia de que Gabriela estaba embarazada de mi heredero fue tomada muy bien por todos, incluidos mis padres, sin embargo los únicos con conocimiento del verdadero estado de Gabriela son Max, Nandru, nuestros padres y…Jason.

Cuando lo llamé, el chucho al enterarse del embarazado de Gabriela tardó al menos diez minutos en contestarme. Lo esperé, no esperaba otra respuesta de su parte, sabía que le dolía, sabía que era algo muy difícil de procesar, yo mismo había estado en sus zapatos, no lo forcé y simplemente esperé en línea por si tenía algo más que decir. La verdad esperaba que me colgara, pero no lo hizo, simplemente suspiró y comiéndose todos sus sentimientos dejó salir un “Felicidades”.

No quiero admitirlo en voz alta, de hecho, ni en mi mente me gusta admitirlo, pero Jason Night, independiente del error que cometió, es un gran hombre, mucho mejor de lo que muchos han sido. Logró aceptar que Gabriela se alejara de él, logró aceptar que la que fue su Mate se casara con otro hombre, logró aceptar que ella amara a otro, logró aceptar que su hijo llamara “Papá” a alguien más aparte de él y también logró aceptar que ahora el hijo en el vientre de su amada no fuera de él sino mío. Lo admito, con todo el pesar de mí ser, el hombre ha logrado aceptar mucho más de lo que yo haría alguna vez.

Sin embargo, ese no creo que haya ido el golpe más duro que haya recibido cuando lo llamé. Como le prometí a Gabriela, le conté todo acerca de nuestra situación con la Marca Mortal.

“¿Qué?” me había preguntado después de explicarle la situación. No fue sorpresa para mí que su tono fuera de sorpresa total. No fue una conversación fácil y casi pude imaginarlo dar vueltas por su despacho con una copa de Whiskey en su mano. Los engranajes de su cabeza debieron haber estado funcionando a mil por hora y no lo culpaba, no era algo fácil de digerir. Como ya dije, yo ya he estado en sus zapatos, sé perfectamente lo que estaba sintiendo en ese momento, sin embargo no sabía cómo iba a reaccionar. “Gabriela quería que lo supieras, pero no se atrevió a decírtelo ella misma, por eso lo estoy haciendo yo”, le había dicho. Nuevamente se calló por varios minutos y nuevamente lo espera, incluso creí que me iba a colgar, pero no lo hizo, no sin antes decirme “Trevor—suspiró— escúchame maldito imbécil— volvió a suspirar—más te vale salvarla, Olvídate de mí, yo resolveré todo aquí antes de que llegue el momento del parto, así que puedes decirle a Gabriela que me llamé ella misma para decirle que por mí no se tiene que preocupar, aquí la importante es ella y el bebé— nuevamente quedó en silencio. Aproximadamente cinco minutos después volvió a hablar— cuídala.” Fue lo último que dijo antes de colgar.

Después de ello la última vez que supe de Jason fue cuando Gabriela lo llamó como él se lo había pedido. Recuerdo que fue una conversación bastante dolorosa para ambos, podía escuchar como la voz de Jason se quebraba desde el otro lado de la línea. Gabriela se aferraba a mi mano cogiendo fuerza, sin embargo todo resultó mejor de lo que esperaba.

Jason, maldito hijo de perra, eres bastante valiente…y gracias.

—Papá— me llamó el niño que camina a mi lado. Lo volteé a ver y le sonreí.

—Dime.

— ¿Por qué mamá está tan pálida?— preguntó mirando el suelo. Sin pensarlo dejé de caminar provocando que él también lo hiciera ya que su mano estaba tomada de la mía. Lo miré con la frente ligeramente arrugada, tragué saliva y me dediqué a escucharlo— parece triste y la extraño ¿Cuándo volverá a casa?— preguntó soltando lágrimas. Con un dolor inmenso en el pecho me arrodillé hasta su altura, lo tomé en brazos y me senté con él uno de los asientos del pasillo. Spencer dejó caer sus piernas una a cada lado de mí y me abrazó por el cuello escondiendo su rostro en mi pecho. Cerré los ojos con fuerza, arrugué la frente y mordí mi labio tratando de calmarme y no quebrarme ante Spencer, que para mí es mi hijo. Acaricié su espalda de arriba abajo y su cabello de lado a lado.

—Mamá está bien, solo está algo agotada, pero está bien, ya falta poco para que vuelva con nosotros junto con tu hermanita— Spencer asintió. Recuerdo lo feliz que estaba cuando se enteró de que iba a ser hermano mayor. Al principio, como cualquier hombre, quería un hermano varón, pero cuando le dijimos que en realidad iba a ser niña él simplemente dijo “No importa, de todas formas seré el mejor hermano mayor de la historia”, sacándonos una sonrisa a todos. Sin embargo, a medida que los días iban pasando y Gabriela empeorando el niño se dio cuenta de que algo no iba bien y su emoción por ser hermano fue disminuyendo poco a poco.

—No quiero que se vaya como la Tía Giuliana—soltó de repente entre sollozos. El mundo casi se me cae cuando sus palabras chocaron con mi subconsciente. Abrí los ojos sorprendido, lo tomé de los hombros y lo miré anonadado.

— ¿Qué?— pregunté sin poder creérmelo. El pequeño secó sus mejillas torpemente con sus manos y me miró con sus ojitos totalmente tristes y llenos de temor. Mi corazón se partió en dos, no sabía que Spencer pensara tales cosas, nunca lo había mencionado, se lo había tenido guardado todo este tiempo.

—Dracul a veces me cuenta que está muy triste porque la Tía Giuliana se fue y que la extraña mucho—sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y mi corazón volvió a partirse— dice que a veces no logra poder recordar cómo era su mamá y que…— sollozó— que el Tío Max también está muy triste—volvió a sollozar. Tragué saliva tratando de apaciguar el nudo en mi garganta, no podría creerlo que el pequeño niño de cuatro años me estaba diciendo— ¡No quiero que mamá se valla, no quiero estar triste, no quiero que papá esté triste, no quiero perder a mamá!—gritó a todo pulmón explotando en llanto.




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