Adiós

Mientras Selene soportaba mis llantos y dolor inexplicable por mis pesadillas y bueno termino convenciéndome de platicarle a alguien de esto pero solo recibimos risas y burlas por personas mayores, pues nadie se atrevía a creer en aquello, por suerte se lo tomaron como a broma y no volvimos a hablar de ello con esas personas. Pero algo era raro cuando intentaba hablar con la gente de eso mis pesadillas cesaban temporal mente y cuando me callaba volvían, y decidimos hacer una locura, en las vacaciones de invierno Selene acompaño a mi Familia a Sihir pues ahí nos quedaba mucho más cerca unas colinas que nos interesaron, para crear aquel refugio en el que había soñado, mi madre y familia pensaba que solo solíamos a recorrer el lugar pero más que eso salíamos lejos a buscar el lugar perfecto, gracias a mis poderes solo nos tomaba una hora y media llegar al lugar que elegimos, sería un refugio escondido por las montañas, y bueno y si no resultaba según mis sueños sería mejor y además así me divertía con Selene, y por si fuera mejor así mis pesadillas desaparecieron, decidimos que cada vacaciones vendíamos aquí para terminar el refugio, aunque a Fernando le parecía muy raro que casi no pasara tiempo con el pero sabía que era muy importante para mi aunque aún no sabía porque, pero aun así no hacia preguntas ni me reclamaba por ignorarlo mucho tiempo, más bien me comprendía y cuando se nos hacía tarde a Selene y a mí él nos cubría, algo que me hacía sentir más cerca de él, y bueno a Daniela no le tomaba mucha importancia a eso, todo mientras seguirá ayudándola con sus experimentos, y bueno más que unas vacaciones fueron días de mucho trabajos, tanto que había Días enteros en los que descansaba, pues usar mis poderes de manera excesiva no era bueno, pero cada vez mi cuerpo se acostumbraba a eso y podía usarlos mejor. Aquel año estuvo lleno de sentimiento encontrado, a veces estaba feliz, a veces triste y melancólica, pero a mediados del ciclo escolar o a inicios del año ya regresando a nuestra ciudad, comencé a asistir a un curso de idiomas extranjeros, aunque la idea para mí no era buena, me serviría mucho para poder asistir a la universidad que quería, además de que las clases eran gratuitas, pues era una asociación que cambiaba de lugar cada año, en el curso primer día del curso llegue media hora antes, exagerando de puntual, y vi que no era la única que había llegado, había un chico como de mi edad estaba bien vestido y usando unos lentes, así como los míos, bueno parecido, estaba concentrando leyendo unos papeles, sentado hasta enfrente en una de las bancas, yo me senté a su lado para tratar de hacer amistad, al principio la conversación fue muy neutra, pero poco a poco fue más abierta comenzando una linda amistad.

(Chico) y dime ¿Por qué asistirás a este curso?

(Halia) bueno esta materia no me gusta mucho pero siempre he tenido problemas con aprender otros idiomas y es necesario para la universidad a la que quiero asistir, solo es pero que el profesor me tenga paciencia.

El chico soltó una ligera risa pero no como de burla más bien como de sorpresa, se puso un poco sonrojado ante mi comentario, y bueno era cierto siempre me he tenido que esforzar mucho más para la materia idiomas.

(Chico) yo creo que si será paciente

Ahora que lo pensaba ni siquiera sabía el nombre el chico, no nos presentamos formalmente, la plática fue tan entretenida que así lo conocí un poco, pero olvidando preguntar nuestro nombre, hace rato el salo se había empezado a llenar y sin darme cuenta la hora para iniciar la clase comenzó, diciéndome lo último él se levando del lugar donde estaba y comenzó a tomar sus cosas, pensé "se ira sin que siquiera empiece la clase" pero antes de decir algo el camino hacia el escritorio que había enfrente y coloco ahí sus cosas, se paró en frente de todos un tanto nervioso y comenzó a hablar

(Chico) muy buenas tardes a todos mi nombre en Edgar Ruts, tengo 17 años y en todo este curso seré su maestro de idiomas

Estaba completamente sorprendida ante aquello, no solo porque había estado hablando con el como si nada, más que nada por la edad que tenía, ni siquiera era mayor de edad y ya estaba trabajando y sobre todo en lo que a mí más me cuesta, para mí era real mente sorprendente, no hice más que reír ante aquello, pues ahora mi profesor sabía que la materia no gustaba y además se me dificultaba, así que solo reí de mi suerte queriendo desaparecer en ese momento, arrepintiéndome de haber asistido, hasta que me miro y me dio una cálida sonrisa, ahí supe que todo está bien que mis palabras se las tomo bien y que no habría ningún problema, al final del día nos pusimos a platicar y en poco tiempo se volvió un amigo, y aunque sabía que su estancia en este lugar seria corta, solo hasta finalizar los cursos, me apegue mucho a él, pues en el encontraba fuerzas, siempre lo veía muy seguro de sí mismo, sonriendo y dando lo mejor de sí, pensaba que su actitud era así porque llevaba una vida perfecta, pero como fui conociéndolo me di cuenta que su vida nunca fue fácil.

(Halia) tu vida es prácticamente perfecta, siempre riendo, ayudando a los demás, y viendo lo mejor de las personas, como me gustaría ser así

(Edgar) mi vida no siempre fue así, recuerdo, que cuando era niño mis padres siempre peleaban, discutían, mi madre nació con poderes como tú, pero se casó con mi padre que nació sin ellos, toda la familia de mi madre tiene poderes, y el hecho que yo no los tuviera para ella era una vergüenza, y por ello siempre discutían, un día se fue y nunca regreso, mi padre hiso su esfuerzo para sacarme a delante pero murió hace algo de tiempo, por suerte mi padre era maestro de idiomas y me enseño de pequeño y un día vi la oportunidad de impartir cursos a pesar de mi corta edad, pero lo acepte pues era el único trabajo que encontré, donde no pedían experiencia.

(Halia) no tenía idea, siempre te vez tan feliz, lleno de vida que pensé que tenías una vida perfecta, y yo me quejo por tonterías, quisiera ser tan fuerte como tú lo haces