Contra viento y marea

Capitulo 17

El ser amados es un privilegio que muchos desafortunados nunca podremos tener y nos limitamos a soñar y vivir atreves de libros.

-Crissbell Martínez.

 

Adriana

Empezamos a adentrarnos en un camino empedrado con pinos altos a los lados. Tishan estaciona el auto,  bajamos y  empiezo a admirar la belleza arquitectónica frente a mi,  el restaurant es de tres plantas, la pared del segundo piso de enfrente esta hecha de cristal,  uno que te permite observar la hermosa vista. Al entrar intento captar lo más que pueda, los pisos son de un blanco reluciente, al igual que las paredes, hay muchas mesas, un bello candelabro cuelga en el centro,  se ve muy fino, como un sitio donde llegan solo celebridades y siendo sincera jamás espere que Tishan me trajera a un lugar como este, y aunque yo seria feliz comiéndome con el una hamburguesa en cualquier banca del parque que esta cerca a la residencia no me quejo.

Sin darme cuenta he dejado de caminar y el aprieta suavemente mi mano derecha para que salga de mi trance.

-¿te sientes bien?- inquirió cerca de mi oído y la piel se me eriza al sentir su aliento y labios rozar esa área.

Asiento sintiendo mis labios repentinamente secos.

El me guía a la azotea del restaurant donde hay un invernadero de cristal que abarca casi toda la azotea,  con rosas de colores azules,  rojas y blancas, nos adentramos haciendo resonar mis tacones en el piso de madera,  en el centro hay un circulo amplio,  muy amplio de hecho,  limpio de flores en el que esta una mesa,  la cual deduzco es la nuestra, también hay una pequeña tarima en la que esta un piano enorme de madera con un señor de unos cuarenta y tantos,  uno con una guitarra electroacústica, uno con un violín y otro tipo sentado en un pequeño banco con un chelo tocando levemente la pista de una canción (perfect de Ed Sheeran), la luna esta llena. Sencillamente perfecto.

Con la boca abierta poso mi vista a el chico que esta a mi lado, haciéndome contener la risa al ver la cara de horror que tiene, como si acabara de ver alguna escena de terror, sus ojos incluso parece que se le saldrán.

-¡¿no jodas pero que es esta mierda?!-soltó casi en un susurro

No puede evitar reírme de su reacción, la verdad.

-¿Qué pasa?, ¿no preparaste esto para complacerme? -cuestione divertida

Niega con la cabeza-yo solo pedí una mesa apartada,  para complacerte te iba a hacer el amor encima de la mesa-asegura con una sonrisa picara y siento mis mejillas arder.

-¡Tishan!-le reprendí avergonzada.

-estoy siendo honesto-se defendió riendo-tanta cursilería me va a enfermar-prosiguió haciendo una mueca de asco que me hizo rodar los ojos,  el tiene una forma única de ser romántico.

Rodé los ojos y sin esperar mas me acerque a el y lo abrace de lado- igual gracias – dije sonriendo-me ha encantado- confesé.

El me respondió al abrazo y beso la coronilla de mi cabeza.

-entonces empezare a hacerlo así aunque sienta que vomitare un arcoíris-bromeo.

Me separe un poco más hasta ver esos ojos verde oliva que me vuelven loca.

-eres un idiota-resople con apremio empujándolo,  el tomo mis muñecas y acerco mas su cara a la mía hasta que sentí su respiración sobre mis labios.

-soy tú idiota-corrigió,  haciendo que el corazón se me acelerara.

Espere que me besara pero no lo hizo simplemente beso mis muñecas y me guío a mi asiento.

Cenamos entre platicas y comentarios suyos que o me hacían sonrójame o me hacían  reí,  amaba el poder hablar así de fácil con el,  sin necesidad de forzar nada.

No note el momento cuando alguien comienza a tocar la canción you’re beautiful de James Blunt hasta que el chico que sostiene la guitarra empieza a cantar,  inmediatamente el y yo nos miramos con complicidad.

-no volveré a bailar y-se adelanta a decir como si leyera mis pensamientos.

-vamos,  no seas aguafiestas- le suplico asiendo un mohín sin dejarlo terminar.

-nada de lo que digas podrá convencerme-continuo cruzando sus brazos por encima de la mesa.

Al final termine bailando con el a pesar de que me toco casi arrastrarlo para que lo hiciera, la canción termino y nosotros seguíamos abrazados.

Una hora más tarde nos encontrábamos conduciendo de regreso a la residencia, bueno el conducía y yo iba ida viendo por la ventanilla.

-¿recuerdas que me platicaste sobre que deseabas exponer tus pinturas en una galería?-pregunto.

-sí-respondí sin apartar la vista de la ventanilla.

-pues te conseguí una representante-me conto haciendo que girara mi rostro para verlo tan rápido que sentí mi cuello doler pero, no le preste atención y lo mire estupefacta.

-y ya tiene algunas propuestas que hacerte-prosiguió volteando a verme un segundo.

-¿cuando hiciste eso?-demande sin poder creerlo.

-hace unos días-respondió con simpleza-programare una cita para que hables con ella y te explique mejor todo porque yo sinceramente no lo recuerdo muy bien.




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