Contra viento y marea

Capitulo 21

El universo es un lugar más bonito cuando estamos juntos los dos.

-Deyvid Benedith.

Adriana

-pero que..-la frase quedo suspendida al ver mi aspecto en el pequeño espejo del baño,  tenia muchos arañazos enrojecidos en el rostro,  mismos que le rogaba a Dios no dejaran una marca. Corrí a buscar todo el maquillaje de Luisa y intente tapar lo mejor que pude los arañazos,  al final logre que casi no se vieran,  a menos que fuera a poca distancia.

Me acerque a la cama de Luisa y  ella dormía plácidamente.

-Luisa-la llame en un vano intento de despertarla pero solo se removía en la cama,  murmuraba un par de cosas sobre Antoni que la verdad casi no se le entendían y se volvía a dormir.

Cansada y desesperada por levantarla corrí a buscar un poco de agua y cuando estuve frente a su cama empecé a salpicarle agua en la cara para despertarle pero nada,  como ultimo recurso le vacié el agua en la cara,  se levanto de golpe y respiro agitada.

-¡¿pero que demonios te pasa?!-solto gritando, retirándose el cabello del rostro y sobándose la frente-joder pero que puto dolor de cabeza.

-no te despertabas con nada,  que querías que hiciera-me excuse dejando el vaso en la cómoda que estaba junto a su cama-y como no quieres que te duela la cabeza después de que casi te tomaste todo el licor de la discoteca-le reproche resentida por su comportamiento infantil de ayer.

-¿que buscaras métodos más humanos talvez?-pregunto con ironía-creo que ni en los penales despiertan así a las reclusas,  además tú sabes que necesitaba ahogar mis penas de amor.

Rodé los ojos,  siempre tan dramática. Le jale el edredón para que se levantara de una vez.

-ya deja de ser tan dramática que no me tienes nada contenta, irte a tomar sin siquiera avisarme,  ¿enserio?-le recrimine con la voz ruda pues se lo merecía después de lo que había hecho.

-¿tan malo fue?-indago sobándose la frente,  puse mis brazos en mi cintura y la mire de forma despectiva.

-me hiciste buscarte por media ciudad preocupada,  fuiste a una discoteca clandestina, te tomaste más alcohol del que habías consumido en tú vida,  hiciste un stripper en la barra del sitio, al intentar sacarte se armo una pelea y a mi casi me llevan presa,  dímelo tú-la regañe.

-diablos,  por poco me dices que casi acabo el mundo-dijo tumbándose nuevamente en la cama,  hundiendo la cabeza en la almohada-¿y a ti por qué carajos te iban a llevar presa?.

Sentí un poco de vergüenza,  no quería decirle que me había agarrado a putazos con una tipa,  no,  yo quería seguir con el papel de la amiga ejemplar.

-porque cuando el caos se creo Antoni se encargo de sacarte de la discoteca y me dejo tirada,  al llegar la policía supusieron que yo había participado-dije distorsionando un poco la verdad,  aparto su cara de la almohada y me miro con el rostro desfigurado por la sorpresa.

-¿el me vio hacer esas cosas?-pregunto preocupada.

-si,  estuviste apunto de quedarte en ropa interior frente a un montón de pervertidos si no fuera por el-le conté y ella abrió los ojos como platos.

-mierda,  en estos momentos entiendo a las personas que se suicidan-dijo con voz dramática, pasándose las manos por la cara-¿Qué probabilidades hay de que muera si me tomo un frasco de acetaminofén completo?

-ninguna, asique deja de decir tonterías,  además el estaba muy preocupado por ti,  estoy segura de que te quiere.

Ella negó repetidamente con la cabeza y suspiro para comenzar a contarme lo que había visto y yo le conté lo que Antoni me había dicho, al principio estaba igual de sorprendida que yo cuando el me lo dijo.

  ¿Quién lo había hecho?, ¿Quién podia ser tan despiadado como para hacer algo tan cruel?.

Eran esas las preguntas que asaltaban mi mente constantemente pero que no podia hallarles respuestas y me daba miedo también hacerlo porque sabia que eso seria un golpe duro para Tishan.

Después de un largo tiempo de amigas que la verdad nos hacia falta nos arreglamos y salimos al centro comercial para comprar los vestidos de la graduación que por cierto estaba a pocos días y tenia que abandonar la residencia más tardar viernes y ya era miércoles,  había tenido tantas cosas que ni siquiera había buscado el lugar donde viviría.

Ya pensare después,  igual puedo quedarme en alguna pensión o algo.

Las horas fueron pasando rápido y nada, no encontrábamos nada,  ningún vestido nos gustaba. Seguimos buscando y entramos a otra tienda en el centro comercial,  era exclusivamente para mujeres,  habían infinidades de vestidos y trajes,  Luisa y yo nos separamos para buscar,  ambas sabíamos los gustos de la otra asique no había problemas.

Un vestido largo, azul,  de tirantes algo anchos, con aberturas a los lados me llamo la atención,  lo tome entre mis manos y al verlo mejor pude notar dos cosas:

Uno que la abertura llegaba hasta donde imagino deberá ir el inicio de mis bragas y dos que el escote era muy abierto para mi gusto.

-parecerás una pinche Diosa inalcanzable-dice Luisa a mi espalada dándome un susto que hace que se me caiga el vestido,  de inmediato lo recoja y lo deje  en el lugar donde estaba-ah no,  ni crees que no te lo llevaras,  es perfecto.




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