Cuando aprendas que el amor es lo único que nos hace sentir vivos aunque pueda doler no querrás dormir porque la realidad será mejor que tus sueños.
-Crissbell Martínez.
Adriana
Salí de la residencia para empezar a buscarla, le llame más de cinco veces pero no contestaba y eso solo aumentaba mi preocupación, no era normal que saliera a estas horas al menos no sin avisar, algo pudo haberle pasado. Recorrí varias calles pero nada, yo sola no la encontraría nunca y decidí pedir algo de ayuda.
Saque mi teléfono y le marque al primer numero que encontré, que para mi sorpresa era de Antoni, ¿Cómo carajos llego su numero a mi celular? Luisa lo debió de poner sin que yo me diera cuenta, más tarde tendría una extensa charla con ella sobre no tocar mi celular.
Espere impaciente que contestara y justo cuando creí que no contestaría lo hizo.
-¿Hola?-dijo con la voz ronca seguramente estaba dormido.
-Antoni soy Adriana, Luisa no esta y necesito de tú ayuda para buscarla-le informe sin dejar de caminar, mis dedos estaban temblorosos por el frio y me sentía desesperada por no saber donde estaba Luisa.
-¿Cómo que no esta?¿estas segura?
-llegue de trabajar la busque y no estaba, no sé donde estará, ella nunca sale de noche, al menos no sin avisarme
-¿No has intentado llamarle? Preguntó preocupado
-Claro que sí, ya la he llamado, pero nada que me coge el teléfono -le avise.
-Envíame tú ubicación, voy para allá.
Hice lo que me dijo y minutos después estábamos buscándola entre los dos, fuimos a todas las discotecas a las que ella iba pero no tuvimos éxito, buscamos en bares y nada, eran más de la una de la mañana y no la habíamos encontrado.
Justo cuando estábamos por rendirnos vimos las luces del letrero de una nueva discoteca, compartimos una mirada de complicidad y estacionamos lo más cerca que se pudo, el lugar no daba muy buena espina, era inmenso y adolecentes menores de edad entraban sin problemas, esto seria una de las cosas más intensas que haría en mi vida.
Todo sea por Luisa, me decía a mi misma para convencerme de entrar.
Entramos sin problemas y nos separamos para buscarla, la musica estaba tan alta que casi hacia que me dolieran los oídos y había demasiada gente pero gracias al cielo la encontré en la barra tomándose un trago de no sé que bebida, llevaba una falda de vuelos, corta, negra y una blusa de tirantes blanca, me moví con dificultad entre la multitud de personas y cuando estuve junto a ella le quite el trago haciendo que me observara inmediatamente, sus pupilas estaban dilatadas y tenia la cara roja, a causa de la ebriedad.
-¡Adri!-grito parándose con dificultad.
La sujete lo más fuerte que pude para que no cayera y ella rio como un loca.
-¿Cuántos tragos te has tomado?-le pregunte gritando pero la musica estaba tan alta que hacia que ni yo misma pudiera escuchar mi voz.
Ella se me separo tambaleándose y me quito el trago tomándoselo de una sola sentada, le hizo señas a la persona que atendía la barra, el le llevo una botella de licor y se sirvió la copa, me quite la botella y ella se tomo lo que ya se había servido.
-Luisa deja de tomar, vamos afuera -grite lo más alto que pude y esta vez si pareció escucharme porque se levanto y creí que era par irnos pero no fue así, me arrebato la botella y se tomo un trago.
-deja de ser tan aguafiestas-grito riendo y sacudiéndose el cabello.
Estaba por responder pero empezó a sonar Omi-cheerleader de Felix Jaehn, la canción favorita de Luisa desde hace dos años, ahora si me lleva la que me trajo.
Lu empezó a saltar en su sitio emocionada.
-esa es mi canción-chillo, volvió a tomar un trago y dejo la botella en un lado de la barra, mi cerebro reprodujo una imagen de ella bailando en la pista y luego yéndonos pero no, ella tambaleándose se subió en la barra, intente bajarla pero alguien me inmovilizo por atrás y tapo mi boca, me retorcí en su agarre, lo pise, patee pero nada, era mucho más fuerte y grande que yo.
Ella en cambio bailaba sobre la barra con una sensualidad que dejaba a todos hipnotizados, deslizando sus palmas abiertas por su falda, mostrando sus muslos y el inicio de sus bragas, busque con la mirada a Antoni pero no lo encontré, seguramente estaba lejos de la rueda de personas que se había formado alrededor de la barra.
-¡mucha ropa!, ¡mucha ropa!-gritaban las personas y le rogué a Dios internamente para que no los escuchara pero al parecer el había sido el que se hizo oídos sordos porque ella se llevo las manos al borde de su blusa y con dificultad se la saco dejando a la vista sus enormes pechos protegidos por un sostén de media copa blanco, intente zafarme pero fue en vano, llevo sus manos al inicio de su falda y …
Antoni se encamino mediante empujones hasta estar frente a Lu y la bajo, el tipo que me sujetaba me soltó y se le fue encima, no supe ni en que momento se formo el caos pero todo el mundo repartía golpes, la mayoría de las personas salieron huyendo pero yo como buena amiga me quede buscando a Lu y Antoni, la musica había parado, sirenas se escuchaban cada vez más cerca, seguí buscándolos, evitando golpes y por fin pude verlos, el llevaba a mi amiga sobre sus hombros como un saco de papas y quise alcanzarlos pero en eso alguien jalo con fuerza mi cabello, haciéndome caer de culo.
Editado: 15.12.2022