Contradictorio

Capítulo 17


Martín

No tengo la intención de olvidar nada. Al principio quería, pero... todo cambió. Me gusta Erika. Ella es muy hermosa y esa mirada... Ahora sus ojos están llenos de lágrimas y saber que es por mi culpa no es nada agradable.

Quiero besarla y abrazarla fuerte, quiero que Erika confíe en mí. Entiendo que está herida y que tiene todo el derecho a estarlo. ¡Actué como un imbécil! Y ahora ella está aquí y ese tal Noé está merodeando por aquí.

Me vuelvo a sentar derecho y dirijo el coche de vuelta a la carretera. Erika se vuelve hacia la ventana en silencio y yo... no sé qué más decir.

No soy un idiota y entiendo que el destino nos ha dado otra oportunidad de encontrarnos. Si nos encontramos al otro lado del mundo, entonces no tiene sentido huir de eso.

– Mis padres se están divorciando – digo al detener el coche frente a la casa donde vive Erika. – Esa noche mi madre me llamó llorando y dijo que mi padre tenía una amante joven. Perdí los estribos, y tú recibiste el daño colateral.

– Lo siento por tu madre – dice Erika mirando sus manos. – Pero no tenías derecho a compararme con la amante de tu padre. ¡No soy así!

– Lo sé. Lo lamento – digo. – Realmente quiero arreglar las cosas. No voy a desaparecer, cariño. Y definitivamente no fingiré que no nos conocemos. Si Noé intenta tocarte, le sacaré algunos dientes.

– ¡Eso es demasiado! – Erika finalmente alza sus ojos llorosos hacia mí, y entiendo que estoy listo para ahogarme en ellos justo ahora.

– Soy un chico celoso, cariño. Muy celoso – digo, y ella rueda los ojos hacia el cielo de manera adorable y abre la puerta. – ¡Hasta luego!

Erika no responde y se dirige hacia la casa, y yo espero a que desaparezca detrás de la puerta antes de regresar a la productora.

No me asustan los gritos del director. A pesar de que Erika me mandó a volar, actúo mi papel a la perfección. Pronto los gritos del director se convierten en elogios.

– ¿Qué te pasa? – pregunta mi mánager Chris después de la filmación. Vamos camino a mi casa, y me surge la idea de enviarle flores a Erika. Qué bien que ahora sé dónde vive. – Tienes una sonrisa extraña.

– Me he enamorado – digo, y él comienza a toser. – ¿Qué pasa? ¿Fue una confesión inesperada?

– ¡Desde luego! – asiente con la cabeza. – ¿Y quién es la afortunada? ¿Leah?

– ¿Qué tiene que ver ella aquí? – me sorprendo. – Estas flores son para Erika, la chica que recién llegó de Ucrania.

– ¿La que está trabajando con Hevil?

– Es solo por un tiempo. Dile a Rebecca que quiero que Erika esté en mi equipo – digo con firmeza. No quiero que Noé esté cerca de la chica. ¡Ella es solo mía!

– No creo que ella acepte – frunce el ceño Chris.

– Intenta convencerla. O lo haré yo mismo – sonrío.

Es bueno que Chris sepa que no tiene sentido discutir conmigo. Cuando me deja en casa, me pide que me quede en casa para evitar a los paparazzi que solo están esperando capturar otra sensación. Entiendo eso, así que decido no hacer ninguna tontería.

Llamo a mi madre para preguntar cómo están las cosas allí y me alegro al saber que su voz suena mucho más feliz.

– No has olvidado que mañana es el cumpleaños de Ashley, ¿verdad?

– ¡Cierto! – me golpeo la frente con la mano.

– Lo sabía – resopla mi madre. – ¿Cuándo puedes venir?

– Estaré allí después del almuerzo. Y no iré solo.

– ¿Qué quieres decir? ¿Llevarás a Chris? – pregunta mi madre.

– No, a una chica – digo.

– ¿Leah?

– A mi novia, mamá. Leah es solo una amiga – explico. Se queda en silencio al otro lado de la línea, y entiendo que mi madre está reflexionando.

– Lo estoy esperando con ansias – declara. – No me decepciones, hijo.

– Ella te gustará. Estoy seguro.

Cuelgo y sonrío ante mi idea genial. Ahora solo tengo que contarle a Erika al respecto. ¡Uf, eso será todo un reto!

Como había planeado, hago un pedido de flores para Erika y casi puedo imaginar su reacción ante este regalo. Espero que el ramo no termine volando por el balcón... Al fin y al cabo, no tiene la culpa de nada.

Como no tengo nada que hacer, elijo un regalo para mi hermana. Sé que sueña con un perro, así que paso toda la noche buscando un nuevo amigo para ella. Programo una cita para el día siguiente y, satisfecho, me voy a dormir.

Chris me despierta al comienzo de las cinco. Tengo que dominarme y arrastrarme a la ducha. A las seis en punto estoy en el estudio. Esperando a Erika. Pero cuando veo cómo se dirige al camerino de Noé, estoy listo para seguirla.

¿Y qué significa eso? ¿Decidió jugar con mis nervios?

– ¿Hablaste con Rebecca? – pregunto a Chris.

– Hablé – gruñe. – Dijo que Erika no quiere trabajar contigo.

¿Ah sí? ¡Qué pícara de ojos azules! Bueno, no estoy listo para rendirme tan fácilmente.




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