Contradictorio

Capítulo 19

"Tienes una grabación", intento decir con confianza, pero bajo su mirada me siento como un ratón insignificante. "¿Quieres recibir otra regañada del director?"

"¿Crees que eso me importa?" Martín sonríe y se acerca un paso más hacia mí. Quiero retroceder, pero detrás de mí hay unos estantes llenos de cosas polvorientas. "¿Por qué rechazaste unirte a mi equipo?"

"¡Porque me gusta el equipo de Noel!", excla­­mo.

"¡Vale!" asiente lentamente. "¿Te gustó el ramo? ¿Te agradó?"

"Era normal", murmuro. Y ¿por qué no puedo encontrar las palabras correctas cuando Martín me mira así? Parpadeo sin saber qué decir, cuando debería exigirle que mantenga su distancia.

"¿Normal?" pregunta sorprendido. "Entendido."

No sé qué es lo que ha entendido, pero no voy a preguntarle. Quiero que Martín me deje en paz. Si alguien se entera de que hay algo entre nosotros, podría quedarme sin trabajo.

"Escucha, Martín...", trato de hacerme oír. "Estamos en el trabajo ahora mismo. No quiero problemas solo porque decidiste prestarme atención."

"No habrá problemas", responde. "Lo prometo."

¡Estupendo! ¡Simplemente no me escucha!

"¿Qué quieres de mí?" decido preguntarle directamente. Si Martín ha decidido jugar, debería pensar dos veces. No soy de las que arriesgan todo por él.

"Hoy es el cumpleaños de mi hermana y le dije que iría con una chica", revela.

"¡Perfecto! Y ¿yo qué tengo que ver?" No entiendo qué quiere. "¡Lleva a Leah contigo!"

"Oh, ¡ya sabes sobre ella! ¿Has estado investigando?" Martín sonríe con dulzura, como si en una tienda le hubieran comprado el juguete que siempre quiso. Pero yo no lo encuentro gracioso en absoluto. ¡Me ha descubierto!

"¡La gente habla de ustedes!", miento sin sonrojarme.

"Leah es solo una amiga, y tú, tú eres mi chica."

"¿Nadie te ha preguntado mi opinión?" exclamo indignada. –No iré contigo, Martín.

"Si no vienes, les diré a todos que somos pareja."

"¡Eso es chantaje!" Estoy sin palabras, desbordada de emociones.

"No me dejas otra opción, gatita", dice Martín tocando mi cabello, y me contengo por poco de darle otro moretón bajo el ojo. El maquillaje ni será necesario. "Después de la grabación, mi manager te llevará al coche."

Martín no me deja replicar. Se retira y luego se va, dejándome sola en el cuarto. Sé que debo irme también, pero realmente no quiero hacerlo.

"¿Qué haces aquí?" me pregunta Olga, quien llega y rápidamente se da cuenta de todo. "Solo no me digas que tú y Martín..."

"¡Cállate!" la interrumpo y finalmente salgo para unirme a ella. "Tengo una nueva ronda de noticias y problemas."

"Me lo cuentas en el descanso. Vamos, la grabación va a comenzar", me dice Olga, agarrándome de la mano y tirando de mí hacia el set.

Llegamos justo a tiempo para ver como separan a Martín de Noel. Yang escupe sangre al suelo y luego se limpia la boca con la mano. No es una vista agradable. Por suerte, la sangre no es de verdad.

Mientras Martín trabaja, puedo estar tranquila. Me doy cuenta de que él se mete bien en el papel y el director está completamente satisfecho con su actuación. Martín está hecho para ser actor.

Cuando le cuento a Olga lo que planea Yang, ella me dice que debería ir. No porque él vaya a contarle a todos sobre nosotros. A Olga le parece que está bluffeando. No es tan malvado. En verdad, es una buena oportunidad de conocerlo mejor y tal vez incluso reconciliarse.

"¿Almorzamos juntos, Erica?" pregunta Noel, después de que limpio el maquillaje de su rostro. Lisa, mientras tanto, revisa su equipo y cuando oye la propuesta, tiene un gesto extraño.

"Hoy tengo planes", digo. "Quizás deberías invitar a Lisa."

"¡Claro! ¡Acabo de recordar! ¡Yo también tengo una cita planificada!", declara Noel, y la chica parece decepcionada. Parece que alguien aquí está irremediablemente enamorado. Y honestamente, me da lástima Lisa. No hay nada peor que un amor no correspondido.

Después de terminar el trabajo, dejo el camerino de Noel y ... no sé qué hacer a continuación. Dudo sobre si seguir las indicaciones de Martín, pero, por otro lado, sé que no se dará por vencido.

"Hola, soy Chris", un chico pelirrojo y de mi edad se detiene a mi lado, mirándome con interés. "Si estás lista para ir, sígueme."

No estoy lista, pero ... voy. Salimos por una ruta desconocida para mí y veo un lujoso coche deportivo rojo. Hasta me corta la respiración de lo hermoso que es.

No tengo que esperar mucho a Martín. Como mucho, dos minutos. Se sienta al volante, y de inmediato me envuelve su costoso perfume.

– Pensé que te escaparías, – sonríe.

– ¿A dónde? – murmuro. – Sabes dónde vivo.

– Y es verdad. ¡Vamos, gatita!




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