El hombre frunció el ceño y volteó su mirada hacia Ashley. -Cariño, ¿no vas a abrazar a papá?
Honestamente, pensé que Ashley se le lanzaría encantada a los brazos, pero eso no sucedió.
La muchacha está sentada, como si estuviera sumergida en agua, sin saber qué hacer. Probablemente no quiere entristecer a su madre, por eso no abraza a su padre.
- No eres bienvenido aquí. ¡Lárgate! - siseó Martin.
- No eres tú quien decide, - gruñó el hombre y lanzó una bolsa sobre una silla como si fuera un trasto cualquiera. - ¿Los has puesto en mi contra? ¿Estás satisfecha?
Si hasta ese momento aún buscaba excusas para él y pensaba que todos simplemente estaban ofendidos, ahora entiendo: este hombre es simplemente despreciable.
- ¿Qué hijos, Dave? Ellos son adultos y deciden por sí mismos lo que quieren, - dice Alison con serenidad.
- ¡Por supuesto! ¡Sé cuán bien sabes manipularlos!
- ¡Ya es suficiente! - Martin retiró su mano de mí y se levantó bruscamente. Se acercó a su padre y le golpeó la cara con el puño.
Decir que estoy en shock es quedarse corto. ¡Es su propio padre! Sí, un despreciable que vino a arruinar la celebración de su hija, pero aún así, ¡su padre!
El hombre se sujetó de la pared y se mantuvo en pie. Pero Martin no iba a detenerse. Lo agarró del cuello y lo empujó fuera de la casa. La puerta se cerró con estrépito, luego él regresó, muy muy enojado.
Miro a Martin y no reconozco en él a ese muchacho sonriente. No entiendo qué le hizo su propio padre para que él lo odiara tanto.
- Martin, - Alison quiere decir algo, pero el joven no está en disposición de hablar. Deja el salón y se dirige al patio trasero.
- Necesita calmarse, - murmuró Casey.
Mientras tanto, Ashley se levanta y toma la bolsa de regalo que trajo su padre. Parece tan destrozada ahora, y recuerdo cómo lloraba en el baño por el divorcio de sus padres.
Sin contenerme, voy hacia ella y la abrazo fuertemente. Simplemente me parece que eso es lo que necesita ahora.
- Gracias, - Ashley se seca las lágrimas y deja el salón con la bolsa en mano.
- Iré tras ella, - dice Casey y también se va. Alison y yo nos quedamos solas, y ella vuelve a servirnos vino.
- Todo es culpa mía, - suspira.
- ¿Por qué piensas eso? - pregunto sorprendida.
- Invité al padre de Ashley. Pensé que ella se alegraría, pero no consideré cuánto los niños estaban resentidos con él por habernos dejado. Especialmente Martin.
- ¿Por qué especialmente Martin?
- Siempre tuvieron una relación difícil, - frunce el ceño Alison. - Verás, Dave no es el padre biológico de Martin. Nos casamos cuando Martin tenía tres años. Casey nació tres años después.
¡Vaya revelación! Decir que estoy en shock es quedarse corto.
- ¿Dave lo trató mal? - pregunto lo primero que se me ocurre.
- Sí, - veo los ojos de Alison llenos de lágrimas, y no puedo entender qué hizo ese hombre. - Martin todavía no quiere hablar de eso, pero hubo un tiempo en que yo estaba a menudo en el hospital. Estaba enferma y necesitaba tratamiento. Luego se quedaban solos en casa, y no sé lo que pasó allí.
Entiendo que debería hablar sobre esto con el propio Martin, o quizás no debería... ¿Quién soy yo para inmiscuirme en su vida?
Pero si considero que Martin me invitó aquí, puedo reunir el coraje para interrogarlo.
Dejo a Alison en la sala y salgo tras Martin. Lo veo en los escalones, con la cabeza gacha y las piernas abiertas de par en par.
- No está bien de tu parte dejar a tu chica sola, - digo y me siento a su lado.
- Lo siento, cariño, pero quiero estar solo, - dice Martin con calma, pero entiendo que está muy tenso.
- No va a funcionar. Tú me trajiste aquí, - declaro y sonrío cuando Martin levanta su mirada hacia mí. - ¿Está todo tan mal?
- Realmente horrible, - susurra y exhala profundamente. Realmente lo siento por él ahora. Entiendo que tras ese suspiro se oculta algún trauma infantil serio. ¿Qué pudo haber hecho ese hombre para que Martin lo odiara tanto?
- Soy muy buena escuchando, - digo y toco su hombro con mis dedos. Es solo un gesto de apoyo, nada más, pero Martin lo interpreta a su manera.
Me traslada a sus rodillas tan rápido que no tengo tiempo de entenderlo. En una fracción de segundo, sus ojos están frente a los míos, y me aferro a sus hombros sin poder moverme.
- ¿Y qué significa esto? - pregunto, desconcertada.
- Es mi "Ericoterapia", - sonríe y cubre mis labios con los suyos.
- ¡Oh, qué romántico lo tienen aquí! - escucho la voz de Casey y me levanto rápidamente de las rodillas de Martin.
¡Esto es locura! Casi caí en su provocación. ¿Y cómo confiar en él ahora?
- ¡Qué mal momento, Casey! - se queja Martin y también se pone de pie. Siento su mirada sobre mí, pero no quiero devolverla.
- ¡Ya veo! - se burla la chica. - Mamá nos llama adentro. Vamos a comer pastel.
Tengo que volver. Me siento terriblemente incómoda frente a Casey, que vio todo. Ahora ella también le contará a Ashley, y tal vez a Alison. No les quedará duda de que somos una pareja. Aunque en realidad eso está lejos de ser verdad.Es reconfortante que la atmósfera en la sala de estar se haya calmado una vez más. Cantamos el cumpleaños a Ashley, Ella sopla las velas y todos disfrutamos del pastel que ha horneado Alison.
—Cariño, te he puesto un pedazo de pastel para llevar —dice la mujer cuando Martín y yo nos preparamos para irnos.
—Gracias. Ha sido un placer conocerlos —digo con total sinceridad y abrazo a todos por turno. —¡Buena suerte en la audición, Ashley! ¡Creo en ti!
—Gracias —responde ella sonriente y me envía un beso volado.