Contradictorio

Capítulo 23

Todos corren hacia el coche que se ve a lo lejos conforme se asienta el polvo, pero yo no puedo dar ni un paso. Tengo miedo. Temo por Martín... ¡Sabía que esto pasaría!

- ¡Esto es espantoso! - se me acerca Noé con semblante sombrío, observando cómo sacan a Martín inconsciente del coche. Incapaz de resistirme, corro hacia allí para ver mejor cuán grave está Young.

Tiene una herida en la sien y sangre en la cara. No entiendo si esas son todas sus lesiones, pero sinceramente espero que no haya más.

Alguien llama a una ambulancia, y en cinco minutos llega. Se llevan a Martín al hospital, y su manager Chris lo acompaña.

- ¡Se acabó la filmación por hoy! - grita el director. - Todo el equipo que preparó los coches debe quedarse.

- Vamos a casa, Erika - Olga me saca del set, donde ya no tenemos nada que hacer.

- El director dijo que el coche estaba defectuoso. ¿Cómo es posible? - le pregunto a Olga mientras volvemos a la ciudad. - ¿Esto no ha pasado antes, verdad?

- En mi experiencia, es la primera vez - frunce el ceño Olga. - Claro, puedo estar equivocada, pero el equipo que preparó los coches no debería haber permitido que participaran en la filmación si estaban averiados.

- ¿Crees que alguien lo hizo a propósito? - exclamo con inquietud.

- Tal vez - encoge los hombros. - Hay personas a las que no les gusta cómo Martín ha alcanzado la fama tan rápidamente. La envidia es algo terrible, amiga.

Siento un escalofrío recorriéndome al escuchar todas estas historias, y además estoy preocupada por Martín y no puedo hacer nada. No sé a qué hospital lo llevaron... Si lo supiera, probablemente iría.

Tras llegar a casa, intento distraerme y no pensar en Martín. No lo logro muy bien, así que finalmente, sin poder resistirme, marco el número de Ashley. Menos mal que intercambiamos los contactos al conocernos.

- ¿Sí? - la voz de la chica se define más bien triste. Seguramente está en el hospital.

- Hola. Quería preguntar cómo está Martín - digo.

- Todavía está inconsciente. Tiene una conmoción cerebral, afortunadamente, no se rompió nada - responde. - ¿Vendrás?

- ¿Yo? - claro, ella piensa que somos una pareja...

- Es que estoy aquí sola. Todavía no le dije nada a su madre para que no se preocupe, y no puedo comunicarme con Casey. Probablemente está en el trabajo y no escucha su teléfono.

- Claro, iré. Solo dime la dirección - digo, esperando no estar cometiendo un error.

Ashley me dicta la dirección y me pide que la llame cuando llegue. Resulta que los periodistas ya se enteraron del incidente y hay muchos en la entrada del hospital.

- ¿Así que vas a verlo? - sonríe Olga mientras empaco mis cosas.

- Ashley está allí sola. Quiero apoyarla - digo.

- ¿Quieres decir que vas allí por Ashley? - parece que Olga no me cree del todo.

- ¿Me llevarás? - cambio abruptamente el tema.

- Por supuesto - sonríe Olga y no pregunta más. Probablemente ya lo entiende todo.

El viaje dura unos veinte minutos y al ver un gran grupo de periodistas en la entrada del hospital me siento mal. Parecen animales rabiosos en busca de una noticia, sin considerar que hay una persona en estado crítico adentro...

- ¡Simplemente espantoso! - frunce el ceño Olga, mirando a la gente con cámaras en la entrada. - Ahí está, el lado oscuro de la fama.

- Es terrible - suspiro.

Le agradezco a Olga por su ayuda y salgo del coche. Al pasar junto a los periodistas, nadie me presta atención. Respiro aliviada al entrar, y luego llamo a Ashley.

Un minuto después, ella baja a encontrarme y antes de que pueda decir algo, la chica rompe en llanto. Me da tanta pena que la abrazo.




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