No creo que haya alguien dispuesto a escribir quinientas palabras solo para imaginarte sonreír. Alguien que no refunfuñe a las tres de la mañana cuando tienes algo importante que decir. Alguien que te dé el privilegio de irrumpir en los sueños más descabellados cuando algo sucede. Alguien tan dispuesto a sentir que no es suficiente porque mereces tanto que ni siquiera la vida alcanzaría.
No creo que haya alguien tan masoquista que sonría cuando tus latidos le pertenezcan a alguien más, que soporte una luz de pensamientos y palabras sobre aquél amor.
Pero, créeme, si de verdad lo hubiera, prometo ser feliz con eso.
Al fin y al cabo tu sonrisa cabe en la mía.