Contrapartes

Dos tontos enamorados


Los últimos días del verano suelen ser más intensos porque se aprovechan al máximo, antes de entrar a clases en marzo. Lo que se refiere a mi simplemente quiero que me trague la tierra y no me devuelva jamás. Después que le "confesé" mi amor a Grace los días transcurrieron rápido, sin embargo, desde que ella supo que yo estaba enamorado, Graicy decidió alejarse un poco de mi por un par de días y era entendible porque, tal como ella había dicho, no quiere hacerme sufrir. Ese día sábado dieciocho de febrero salí a la calle y tenía claro lo que tenía que hacer: averiguar por qué Grace se había alejado de mi, así que como Kuky estaba andando en patines por el pasaje decidí abordarla para que me diga que le pasa mi amada vecina.

—La verdad es que no tengo idea, solo sé que ella está confundida. —Movía las manos mientras me contaba.

—¿Confundida?. —La quedé mirando sin entender mucho.

Si está confundida como dice Claudia eso significa qué tal vez Grace...

—Grace siente algo por mi... —murmuré ilusionado.

—No lo sé, tal vez ella no se atreve a reconocerlo o solo es que no quiere ilusionarte en vano Benja. —Me bajó a la tierra Kuky.

Lo que sea que siente Grace por mi tenía que averiguarlo y si había una pequeñísima luz de esperanza la iba a aprovechar. Pero no solamente tenía que pensar en mi, también tenía que ayudar a Victor a conquistar a Kuky; así que aprovechando que mi amigo llegó, me excusé que tenía ganas de andar en bicicleta y los dejé solos para que puedan conversar. Entré por el portón café de mi casa y fui a buscar mi bicicleta roja con azul Bianchi, entré a buscar mi personal estéreo y me puse a dar vueltas escuchando música mientras de reojo aprovechaba de mirar como mis dos amigos conversaban, hasta que algo me detuvo en seco.

—Me llevas. —Me pidió Grace que había salido de su casa.

La verdad es que mi bicicleta no es muy grande y yo no soy muy bueno para llevar porque no tengo tanta fuerza, pero por ella estoy dispuesto a pedalear tan rápido que seguro llegamos al cielo.

—Súbete —acepté hablando en voz alta porque estaba escuchando música a un gran volumen.

—Gracias. —Se subió.

Empezamos a dar vueltas, ella se afirmaba del manubrio y de vez en cuando me miraba de reojo, además de observar a Kuky con Victor y reírnos sin que ellos se dieran cuenta, hasta que Grace me sacó un audífono para decirme algo.

—Sobre lo que pasó el otro día quería pedirte disculpas por no hablarte, es que de verdad tu confesión me pilló de sorpresa —se excusó avergonzada.

—Te entiendo, no esperabas que yo reconozca que siento cosas por ti, pero era algo que me está pasando de siempre y tenía que decírtelo —le respondí de manera honesta.

—No quiero que la relación que tenemos cambie, para mi eres importante Benjamin. —Me miró con ternura.

—Lo sé y no, no va a cambiar —le confirmé, esbozando una sonrisa.

—Entonces creo que todo está aclarado. —Me sonrió y luego se bajó de la bicicleta.

Entonces el asunto estaba zanjado, ahora todo volverá a ser como antes, con las bromas y la amistad que nos unía. Tal vez debí aprovechar el momento para seguir insistiendo en saber si Grace sentía algo más por mi, aunque no quiero presionarla, sé que a la larga eso solo iba a perjudicar la relación más que mejorarla. Me entré para que mi amigo que aún hablaba com Claudia estuviera tranquilo y tal vez logre el objetivo, conquistar a Kuky.

Luego de un rato salí a la calle nuevamente, Victor había quedado solo así que nos subimos al árbol que está frente a mi casa para conversar tranquilos. Por su sonrisa parece que le había ido bastante bien.

—¿Que pasó con Kuky? —Abrí los ojos.

—Conversamos, pero creo que ella no está segura de lo que siente por mi —resumió la conversación que tuvieron.

—Pero tú le dijiste algo, le confesaste lo que sientes a Kuky. —Le gesticulaba tratando de no caerme del árbol.

—La verdad no, creo que Claudia sabe lo que siento por ella y tiene que decidirse nomás. —Se encogió de hombros.

Me gustaría estar en la situación de Victor, sin dudas el tiene muchas posibilidades de conquistar a la chica que le gusta, solo tiene que jugársela un poco más.

—A lo mejor ella está esperando que des el paso. —Lo miré serio.

—Puede ser... —Se rascó la barbilla—. ¿Y como te fue con Grace? Te vi hablando con ella mientras andabas en bicicleta —preguntó.

Le resumí lo que me dijo ella, que para mi desgracia habíamos quedado como amigos y que volveríamos a hablar como antes. Es lo que yo entendí, entonces mi amigo me miró y dijo una de las frases motivacionales más coherente en la historia de su vida.

—Creo que ella no te ha cerrado la puerta, es cierto siguen como amigos, pero si para Grace eres importante, es porque te quiere aunque sea un poquito y ahí tú tienes que aprovechar. —Me pegó con el dedo índice en el pecho que casi me bota del árbol.

Me fui a casa con lo que me dijo mi amigo dando vueltas en mi cabeza ¿Realmente tenía posibilidades con Grace? ¿Será que está utilizando eso del "amigos" para ocultar sus sentimientos hacia mi? ¿O solo son rollos míos? Llegué a almorzar con muchas ideas en la mente; seguir intentando hasta que Grace me vea como más que amigos, olvidarme de todo y seguir todo tal como ha estado siempre, era difícil decidir, sobre todo cuando tus padres interrumpen tus pensamientos de media tarde.

—¿Te pasa algo Benjamín? —me consultó mamá.

—No mamá, no me pasa nada —contesté cortante.

—Mmm, creo que viene así porque vio a su "Graicy" ja, ja, ja —Comenzó a reírse el molestoso de mi hermano—. Y la llevaba en bicicleta...

—Esa niña te tiene bien tonto —reclamó serio mi papá, que otra vez estaba almorzando con nosotros.

En ese momento podría haberle dicho muchas cosas, pero mejor me quedé callado y seguí comiendo en silencio porque no valía la pena discutir con dos personas que nacieron en los años cuarenta y un tonto que tiene menos cerebro que un mosquito. Luego de almorzar me fui a la pieza, no sé por que pero la tranquilidad de mi pequeño cuarto con un velador al lado de mi cama y un ropero blanco contra la pared, tapizado en un papel mural color damasco con flores de adorno eran el lugar perfecto para pensar tranquilamente en lo que tenía que hacer; hasta que llegó mi hermana a interrumpir mi paz.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.