Contrapartes

¿Y si me elige a mi?


Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. En mi caso la esperanza había renacido. Gracias a ese beso con Grace había revivido una oportunidad de conquistar a mi hermosa vecina, aunque el camino no era tan sencillo.

Los siguientes días no fueron muy fáciles, el beso con Grace, el cambio de actitud hacia mi de parte de Mónica y el deseo intenso de contarle a todo el mundo lo que pasó con mi queridísima vecina me tenían al borde de la locura. Verla en las mañanas irse a clases era una extraña mezcla de placer y angustia, porque no la tenía cerca mío. Nuevamente el silencio nos rodeaba cuando nos íbamos rumbo a clases y Victor sabía que algo había pasado que nos tenía distanciado como por décima vez en el año.

—Me van a decir que diablos pasó ahora entre ustedes dos. —Nos miró lateado nuestro amigo—. No se hablan, no se miran.

—No, nada. —Moví los hombros.

—Con Benjamin nos dimos un beso —habló Grace al mismo tiempo que yo.

La verdad es que Victor era amigo de Grace pero no tanto como para llegar a confiarle todo lo que le pasa, tal vez ella al igual que yo estaba tan ahogada que no pudo aguantar las ganas de contarle la verdad a alguien. Mi amigo quedó de una pieza ante la confesión de muestra vecina.

—¿En serio se dieron un beso? —Mi amigo abrió los ojos mientras nos miraba a los dos moviendo la cabeza de un lado para otro.

—Si... —fue mi no tan convincente respuesta.

—No —respondió ella al mismo tiempo que yo.

O Grace estaba jugando con nosotros o se había arrepentido de reconocer lo que había pasado entre ella y yo, lo cual por supuesto me inquietaba. Sea como sea estoy seguro que si le gustó el beso que nos dimos.

—No los entiendo, de verdad no los comprendo. —Suspiraba impaciente Victor.

—Victor, yo tengo novio, no quiero que él se entere —nos explicó.

—Y no se va enterar, eso te lo puedo asegurar. —Le prometió Victor—. Por lo menos de mi boca no va a salir nada.

Por mi que se entere Manuel para que terminen, pero tampoco era correcto, así que con mi mejor amigo le recontra aseguramos a Grace que le íbamos a guardar el secreto, aunque estaba seguro que lo que hacía Manuel de engañarla con otra era peor que lo que hizo ella conmigo. Por supuesto después vinieron las reprimendas.

—Porque no me contaste lo del beso con Grace, soy tu mejor amigo. —Me retó encabronado Victor.

—Porque no quería que nadie se entere para no meter a Grace en problemas —me excusé—. Además si le contaba a ustedes se iba a enterar todo el San Andrew.

—Que pasa muchachos. —nos consultó Miguel que venía junto a Iván.

—Nada, no pasa nada —respondí cortante.

—Porque no confían en nosotros si somos amigos ¿O acaso desconfían? —nos reclamó Iván.

Lo que acaba de decir Iván es verdad, éramos amigos, a pesar del poco tiempo que nos conocíamos compartíamos casi todo, lo que traíamos para comer, lo que comprábamos en el kiosko, la confesión de la chica que le gustaba al otro, tenía que confiar en ellos. Y como siempre ocurre hay alguien que se adelanta.

—Benjamín se dió un beso con Grace. —Abrió su bocota Victor.

—¡¡Noooo!! Con tu vecina... La suerte hermano. —Me aplaudió Miguel—. Por fin te mandaste una buena. —Me empezó a despeinar.

—¿Y qué onda? ¿Ahora la mina va a terminar con el miserable de Manu o que va a pasar? —consultó Iván desorientado.

—Ahora solo hay que esperar, es cuestión de tiempo no más... —Les cerré un ojo.

No sabía cómo pero esos dos tenían que terminar su relación, pero para eso había que seguir con lo planeado. Mi vista estaba fija en Manu, en sus movimientos, tenía que pillarlo para demostrarle a Grace que mis sospechas son ciertas. Lo seguí con la mirada en su caminata hacia el patio de atrás, mientras mis amigos conversaban animadamente. De pronto dos chica lo detuvieron y una lo apartó, empezó a hacerle cariño, él por supuesto se dejaba querer. No sé si eran rollos míos pero la chica era demasiado afectuosa para ser amigos. En ese momento supe lo que tenía que hacer.

—Es ahora o nunca —le dije a mis amigos comencé a bajar raudo la galería.

—¿Adonde vas enano? —Escuché que me preguntó Miguel, pero yo seguí mi rumbo.

—A mostrarle a Grace la verdad —Le grité decidido.

Me fui donde hasta donde estaba mi vecina, no fue difícil hallarla por que ya había visualizado su ubicación. Todo esto que iba a hacer era peligroso, pero si no lo hacía ahora no tendría la oportunidad nunca de demostrarle a Grace que le estaba diciendo la verdad en cuanto a como es en realidad Manu.

—Necesito que me acompañes. —La tomé del brazo.

—Pero donde me llevas. —Trató de resistirse.

—Donde Manuel, quiero que veas con tus propios ojos la clase de persona que es tu novio. —le conté el motivo muy serio.

Ella paró en seco y se puso las manos en la cintura, por su cara era obvio que no estaba contenta con lo que estaba haciendo. Y uno que solo quiere ayudarla y ni siquiera me da las gracias.

—Mira Benja, yo confío 100% en Manuel, así que no voy a ir a ninguna parte contigo —fue su decidida respuesta mientras las amigas de Grace nos miraban.

—Yo solo quiero sacarte la venda de los ojos, allá tú si no quieres abrir los ojos. —Me encogí de hombros cabreado.

Grace perdió la paciencia, me tomó de la mano y nos apartamos del resto para que no oyeran nuestra infructuosa discusión.

—No porque te di un beso significa que quiero estar contigo, quiero que entiendas que Manuel a pesar de todo me adora y yo a él —me dijo muy segura—. Ves porque te digo que somos tan diferentes, al final solo logras que te tenga odio en vez de cariño.

—Pero Grace, entonces por que diablos me besaste —inquirí sin entender lo que estaba pasando.

—Solo... fue un impulso del momento, nos dejamos llevar, lo sabes, pero no fue nada importante porque te repito, yo soy novia de Manu. —me aclaró—. Solo quiero que respetes la relación que tengo en estos momentos.




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