Diciembre era un mes especial, ya estaba por acabar el año escolar y por suerte yo había salvado en las notas, el problema era que en el amor todo había sido muy complicado. El ambiente escolar era de relajo, ya no había tantas clases como antes, los alumnos pasaban afuera de las salas y con mis compañeros nos dedicábamos a jugar fútbol o bachillerato y por supuesto tratar de evitar a Mónica, que intentaba ponerse en la buena conmigo. Jueves veintiocho de noviembre y salí a recreo con la disposición de salir a hacer cualquier para que estos últimos días de clases fueran lo más agradable posible, para mi desgracia afuera de la sala estaba Mónica esperando, así que como el hombre "decidido" que soy, la miré de reojo y seguí de largo.
—Vamos Cardona no seas orgulloso, de verdad no quiero perder tu amistad. —Me rogó poniendo cara triste.
—Tu sabes que no puedo ser tu amigo Moni, por eso prefiero alejarme de ti —me sinceré con ella.
—Yo te quiero mucho, de verdad eres importante para mi...
Después que me sacó en cara que no me la había jugado por ella me quiere cerca, se supone que si eligió a otro tendría que alejarse de mi y acá está buscándome de nuevo. Esto era irrisorio.
—A veces no te entiendo Mónica Roa, cada día te desconozco más. —Moví la cabeza desaprobando su actitud.
—A ver, lo nuestro no funcionó como novios, sin embargo, como amigos sí y no lo puedes negar, cuando éramos amigos todo era bacán, así que quiero que recuperemos esa linda amistad que nos une. —Me gesticulaba para que dijera que si.
—¿Y qué opina de esto Daniel? —consulté serio.
—Eso da lo mismo. —Se acercó a mi y me abrazó—. Ya poh Cardonita, di que si...
Tenía que ponerme firme, ella me había rechazado y me había hecho sentir mal, si lo nuestro no funcionó es porque ella no quiso intentarlo, pero al tener su cabeza apoyada en mi pecho, sus ojitos de cordero degollado mirándome rogando mi amistad, no me pude resistir. ¡¡Maldición, que débil soy!!
—Está bien, pero después no te andes quejando... —le pedí.
—Mientras no te pases rollos... —Me tocó la cara esbozando una sonrisa.
—No te aseguro nada... —Miré hacia otro lado intentando no reírme.
Y así, obligado por ella misma, me puse nuevamente en buena con Moni, sabía que era una locura, creo que la esperanza es lo último que se pierde y un suceso esperado por todos los alumnos del San Andrew abrió una gran ventana para esa chance tan ansiada para el amor y el romance.
—No queda nada para que terminen las clases, y por fin se viene la fiesta de fin de año!! —Saltaba de alegría Angie.
—¿Fiesta?. —hablamos al mismo tiempo Miguel y yo.
—Si, el centro de alumnos tira la casa por la ventana y hace una fiesta espectacular. —Se sobaba las manos Johana.
Una fiesta, suena interesante pero la verdad no andaba con ganas de ir, solo iba a sufrir al ver como la chica que me gusta se besaba y lo pasaba bien con otro que no era yo, así que prefería quedarme en casa tranquilito. Todos estaban muy entusiasmados con la fiesta, todos menos yo, como era obvio.
—Me imagino que van a ir. —Nos miró Angie.
—Pero obvio que si amiga —contestó Johana—. Voy a ir con mi chascocito —Abrazó a Miguel.
—Con él cabeza de brócoli. —Se rió Iván.
—Yo no creo que vaya —aseguré mirando hacia otro lado.
—Que aburrido eres Benjamín Cardona, deberías ir porque va a estar buenísima. —me trató de entusiasmar Rebeca.
—Naa, ya ha sido mucho sufrimiento por este año —refunfuñé con tristeza.
Con la suerte que tengo seguro que voy a pasar toda la noche sentado en la galería mirando como las parejas bailan y se besan felices mientras yo iba a seguir solo. Estoy seguro que nadie me va a sacar a bailar siquiera así que no iré.
—Va a ir Grace —me recordó Iván.
—Bien por ella, lo más seguro es que vaya con Manu. —Me encogí de hombros—. Ya perdí toda esperanza con ella o con cualquier otra mina.
Yo estaba convencido, no iba a ir a esa fiesta aunque me lleven amarrado, con mi última experiencia en este ítem prefería quedarme escuchando música o haciendo cualquier cosa que volver a sufrir, ya me han herido mucho el corazón en un solo año.
—Hola, cómo estás Benja. —Se acercó a hablar conmigo Mónica al recreo.
—Creo que bien, por lo menos pasé de curso que es lo importante —respondí sin muchas ganas.
Se supone que yo debería estar furia con Moni después que volvió con Daniel pero como soy un idiota inseguro a pesar que intentaba alejarme cuando ella se acercaba a mi le hablaba igual, al fin y al cabo Mónica me ve como un amigo.
—Eso es importante... Oye y me imagino que vas a ir a la fiesta del sábado —me preguntó muy animada.
—Esa maldita fiesta... —murmuré apenas perceptible.
Seguro que las amigas le informaron que yo había dicho que no quería participar. Analicemos, a que iba a ir, soy aburrido, no sé bailar, no tomo alcohol, la chica que me gusta está comprometida con otro. Ir a mirar como otros la pasaban bien no creo que sea un panorama muy interesante para un adolescente desilusionado por el amor.
—¡¡Claro que voy a ir!! Me encantan las fiestas —aseveré entusiasmado.
—Me alegra que vayas por que van a haber muchas sorpresas. —Me cerró un ojo y luge me tocó la cara—. Además, me encantaría bailar contigo.
—A mi igual... —Casi se me caía la baba.
Esta bien le mentí, pero es que no podía decirle que no a la chica que me gusta, además si va a ser una noche con sorpresas puede ser que entre esas sorpresas se abra una oportunidad para conquistarla nuevamente. Yo y mis malditas ilusiones.
Decidí que iba a ir a la fiesta aunque era una locura, pero después de todo lo que había pasado un intento más no le hace mal a nadie. De vuelta a casa me encontré con Grace y entre los temas que hablamos salió la fiesta en el San Andrew.
—Supiste que el colegio va a hacer una fiesta —le consulté.
—Si, Manu me contó, así que voy a ir con él. —Me sonrió.
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Editado: 24.06.2024