Allí estábamos parados, Grace, yo, Brian y mi hermano, que estaba mirándonos con una sonrisa malévola, porque nos había descubierto dándonos un beso. Una gota de sudor corrió por mi frente, tenía que poner paños fríos a la situación.
—Nosotros con Grace nos perdimos y... estábamos buscando las carpas —balbucee con temor.
—Mira tu, llamativa la manera como la buscan. —Se rió de nosotros Javier
—Síganme, yo sé el camino de vuelta galán. —Empezó a caminar Brian.
Nos fuimos en silencio tratando de hacernos camino entre el pasto y la maleza. Le hice un gesto a Grace para que se adelantara con su hermano y así yo hablar con el torpe de Javier para asegurarme de que no nos iba a delatar.
—Javier, yo te quiero pedir un favor... no le digas a papá y mamá lo que viste por favor. —Le supliqué.
—No sé, yo no he visto nada. —Se encogió de hombros.
—Gracias. —Le sonreí en señal de agradecimiento.
No había sido tan difícil convencer a Javier, ahora tenía que hacer lo mismo con Brian, empezamos a alejarnos de Grace y Javier para hacerle la petición.
—Brian por fa no le cuentes a nadie lo que viste con Javier. —Le rogué nervioso.
—Tranquilo Benjamón, mis labios están sellados —contestó seguro—. Eso sí, espero que te guste de verdad Grace, no que juegues con ella y la hagas sentir mal —me solicitó.
—De eso puedes estar muy seguro, la voy a cuidar muy bien. —Sonreí.
Llegamos a la carpa, como era obvio nuestros padres nos quedaron mirando preocupados, la verdad es que no sabíamos cuánto tiempo estuvimos perdidos, por la cara de nuestros papás fue bastante.
—¿Donde se habían metido ustedes? —empezó el interrogatorio mi papá.
—Estábamos caminando por ahí —respondí escuetamente.
—¿Y tanto rato? —Se metió la tía Iris.
—Lo que pasa es que los niños se habían perdido, pero con Brian los encontramos en medio del bosque... dándose un beso. —Nos echó al agua Javier.
—¡¡Ohhh que eres maldito Javi!! —Lo quedó mirando Brian, muerto de la risa.
—Eres un... —alcance a murmurar porque si seguía lo más probable es que mi papá me vuele la cara de una cachetada.
Ese maldito de mi hermano me había vendido a la primera oportunidad y ni siquiera lo habían presionado para que hablara ¡¡Cuanto lo detesto!! Por supuesto eso no le gusto mucho a mi padre que su cara cambió a furia en menos de cinco segundos.
—Benja, partiste a la carpa. —Me mandó papá enfurecido.
—Pero que tiene que se estén besando, si se quieren —me defendió Brian, que por lo visto era más razonable que mi padre y mi estúpido hermano.
—No me gusta que Benjamin ande dando un espectáculo público —replicó mi papá.
Claro, estaba dando un espectáculo público en un bosque donde no había gente en por lo menos míl metros cuadrados, además que él mismo me había arencado para que me la juegue por Grace, en serio a veces me cuesta tanto entender a mis padres que eran tan exagerados y cambiantes. Me fui a la carpa en silencio, con la vergüenza que los padres de Grace y ella misma habían escuchado todo lo que mi padre me había dicho y el show que había armado. Entré enrabiado y me quedé un rato ahí, hasta que entró mi padre a hablar conmigo. Se viene el sermón sobre la honra al apellido Cardona y bla, bla, bla.
—Hijo, quiero que entiendas que esto que hago es para cuidarte, después no quiero que salgan con la sorpresa que Grace está embarazada —explicó su postura.
Era entendible, lo hacía para cuidarme, pero la verdad yo no miraba con ojos libidinosos a Grace, solo quería estar con ella, besarla, quererla y ojalá estar juntos para siempre, nunca he pensado en tener relaciones sexuales con mi vecina.
—Papá, ni siquiera se me había pasado por la mente esa idea. —Agaché la cabeza incómodo.
Por favor que no se le ocurra darme la charla sobre sexualidad ahora, porfa, porfa.
—Menos mal, porque no quiero que hagas algo de lo que después te vayas a arrepentir. —Me apuntó.
—Si sé papá y no te preocupes, tendré cuidado, siempre lo tengo —le aseguré.
No quise salir hasta un buen rato después, estaba tan avergonzando de esta escandalosa reacción de mi padre que ni siquiera me atrevía a asomar la nariz. En la noche hicimos una fogata, trajimos ramas que quemamos en un círculo de piedras, claro que en la búsqueda de las ramas y piedras todos nos vigilaban con desconfianza, para que no huyera lejos con Grace, como si tuviéramos muchas ganas de hacer alguna estupidez.
El tío Rudy sacó la guitarra y estuvimos cantando un buen rato, el repertorio fue variado, de los Enanitos verdes, Camilo Sesto, pasando por Silvio Rodríguez y otras canciones hasta que se nos hizo tarde. Cuando el fuego estaba a punto de consumirse Grace se puso al lado mío para conversar. La verdad es que me puse nervioso por la mirada de mis papás, pero como dicen por ahí el que nada hace, nada teme.
—¿Te retaron mucho? —me consultó en voz baja.
—No tanto, tú sabes, a veces los padres le ponen mucho. —Me reí.
—¡¡Epaaa!! Ustedes dos están muy cerca. —Se puso en medio de nosotros Javier.
—Javier, deja a tu hermano tranquilo. —Lo sacó mi mamá.
—Vamos a caminar mejor. —Lo invitó Brian.
Brian se llevó a Javier que desaparecieron en la oscuridad gritando y riéndose. Menos mal que hay un poco de consideración por este ser enamorado al que no dejaban conquistar tranquilo.
—Nunca te lo había dicho pero debo reconocer que besas muy bien —me dijo muy coqueta.
—Gracias, tu también. —Me sonroje.
—Espero que hayan más de esos besos para mi mañana —me susurró al oído.
—Claro que habrá y muchos. —Le cerré un ojo.
Si mi entrometido hermano y su hermano no se metían entre medio y nos dejaban estar en paz seguro que los habrá y será genial.
Después de esa interesante invitación nos fuimos a dormir, la verdad es que la carpa no es muy grande pero como sea nos acomodamos los cuatro y nos metimos en nuestros sacos de dormir.
#2639 en Joven Adulto
#14347 en Novela romántica
juventud, amor amistad drama y familia, juvenil sexo destino
Editado: 24.06.2024