Contrapartes

Ley del hielo


Una vez finalizado las vacaciones en Loncura volvimos a la capital para pasar los últimos días de las vacaciones y preparar todo para volver al colegio. Apenas llegué a casa salí a la calle, donde mi mejor amigo me estaba esperando para compartir nuestras aventuras de verano. Victor había ido a Rapel, que queda aproximadamente tres horas de Santiago, pero hacia el sur. Nos subimos al  árbol frente a mi casa, para poder conversar tranquilos.

—¿Como te fue en Rapel? —le consulté curioso.

—Conocí a una mina súper linda, se llamaba Gloria, pelo rubio, ojos café, en las noches nos encontrábamos en los Taca-Taca y nos mirábamos y todo eso, al final me acerqué a ella, conversamos y le regalé mi gorro de Ayrton Senna. —contó emocionado.

Mi mejor amigo era fanático de la fórmula uno, sobre todo de Ayrton Senna y ese gorro era difícil de conseguir, así que, si se lo regaló a la chica, era porque tuvo algo muy especial con ella.

—Buena, ¿Pero no hubo nada más? —pregunté.

—No, lo que si nos prometimos es que el próximo año esperamos vernos de nuevo —Junto las manos con los ojos de ilusionado.

—Ojalá. —Levanté la ceja.

—¿Y a ti como te fue?

Me acomodé lo mejor que pude en una rama para contarle a mi amigo la hermosa historia de amor que había vivido en Quinteros.

—Conocí una mina hermosa, tenía una hermana gemela, andaba con un loco, pero el gil la engañó parece y en una fiesta que me invitaron, baile con ella un lento... —traté de resumir lo qué pasó.

—Te fue bien entonces. —Se alegró por mi.

—Calma, deja contarte... Cuando estábamos bailando ella salió, y yo fui detrás de ella y nos dimos un beso, lo malo es que después de eso se fue, al día siguiente volvió a Santiago y no la vi más. —Me puse triste.

—¿Y no le pediste teléfono, dirección? —Se pegó en la frente mi amigo.

—No, si no fue mucho lo que hablábamos, porque ella pasaba con el loco, pero bueno. —Empuñé la mano enrabiado.

—Buuu, tenias que haber aprovechado. —Me pegó en la espalda que casi me bota del árbol.

—Tú igual, tenías que preguntarle teléfono, si le regalaste uno de tus gorros favoritos. —Le devolví el golpe.

Parece que mi amigo también tuvo unas buenas vacaciones y conoció a una chica, me alegro mucho por el. Después de eso bajamos del árbol porque Rodrigo salió de su casa así que nos pusimos a jugar basketball y por supuesto yo traté de averiguar que había pasado durante mi ausencia, sobre todo con Grace.

—¿Como ha estado la cosa por aquí? —Miré de reojo la casa de los Miller.

—Ahhh... Bien, andan de vacaciones tus vecinos, pero creo que vuelven mañana —mencionó Rodrigo.

—Andan en Rapel, viendo el asunto de su casa, cuando nosotros llegamos a los tres días llegaron ellos —aportó Victor.

A mi mente inmediatamente vino la imagen de Grace, lo linda que es, aunque fueron tres semanas sin verla, pero por otro lado me sentí un poco mal porque en cierto sentido yo la engañé al besarme con Laura, aunque solo fue un beso nada más, digamos que un loco amor de verano.

Ese día pasó rápido, al día siguiente me levanté temprano, mirando a cada instante por la ventana de la cocina si había llegado la familia Miller.

—Parece que alguien está ansioso porque lleguen los vecinos. —Me miró con sospecha mi mamá.

—¡¡Aaay mamá!! No es para tanto. —Miré hacia otro lugar sonrojado.

—Siento que tú no te vas a dar por vencido con la chica del lado. —Hizo un gesto de desagrado mi madre.

—Le pones mucho. —Me fui nuevamente a mi cuarto.

Mientras estábamos almorzando el Nissan rojo de los Miller entró al pasaje y se estacionaron frente a su casa. Por supuesto yo tuve que aguantar las ganas de gritar de alegría porque iba a ver nuevamente a Grace.

—Alguien está muy feliz por que nuestros vecinos han llegado —Me miró mientras se reía mi hermano.

—No me hinches. —Gruñí enfurecido.

—Supiera Grace que su amado vecino la engañó con otra —me dijo al oído y luego empezó a reírse Javier.

—Eres un impertinente. —Intenté golpearlo, perdiendo la paciencia.

—Ya Javier, deja tranquilo a tu hermano. —Trató de apaciguar la situación mi madre.

Como siempre mi mamá puso calma a la situación, sin embargo me preocupaba que el torpe de mi hermano le fuera a decir algo a Grace sobre lo que ocurrió en la playa, espero que no abra la boca porque no sé con certeza cómo se pondría mi vecina si se entera de lo que ocurrió con Laura, si se enojó porque mi supuesto coqueteo con la chica de la heladería, si se entera que me besé con una de las gemelas Domínguez seguro que me mata.

En la tarde me fui al patio delantero de mi casa mirando de reojo a ver si salía Grace, hasta que por fin ella apareció, andaba con un vestido celeste y tenía el pelo tomado con un pinche.

—Hola, como estás Grace. —Me acerqué a saludarla.

—Genial, ¿y tu? —contestó sonriendo.

Hubo un minuto de silencio, Grace miraba para otro lado un poco inquieta. Era extraño, antes conversábamos sin vergüenza a nada, ahora nos mirábamos nerviosos cuando hablábamos de cualquier cosa.

—¿Y que tal estuvieron tus vacaciones? —me preguntó.

—Excelente, lo pasé súper bien. —Sonreí—. ¿Y las tuyas?

—Bien, estuvimos acampando por ahora en el terreno, pero lo pasamos estupendo —Me devolvió la sonrisa.

—Buena.

La mamá de Grace había heredado un terreno en Rapel y los papás querían construir una casa allí, así que seguro aprovecharon de ir a ver que se podía hacer en los poco más de mil doscientos metros cuadrados de tierra.

—Voy a comprar, de ahí nos vemos. —Se despidió de mí y salió del pasaje.

Verla y hablarle de nuevo aunque fuera una breve conversación después de tanto tiempo era un placer, aunque habíamos tenido problemas ya habíamos logrado la reconciliación, ahora tenía que ver si finalmente conseguía conquistarla, aunque mi querida Grace quería ir paso a paso.

En la noche nos volvimos a reunir el grupo completo, para conversar sobre nuestras vacaciones y otras locuras, pero extrañamente Grace estaba callada mirándonos como hablábamos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.