Contrapartes

Todo un caballero

¿No les pasa que se ilusionan tanto con algo y todo se da de manera tan perfecta que crees qué hay algo que te quiere decir, para donde tienes que ir, pero después todo se derrumba al ver que alguien ya te ganó la jugada?. Eso me estaba pasando a mi y si, me sentía como un gran idiota. Mediados de abril de 1997 y resulta que toda mi ilusión de conocer a una chica hermosa se había ido al tacho de la basura, todo por culpa del antipático del Criser. Los días siguientes la tónica era la misma; en el recreo llega la Colorina y la chica en la que estaba interesado, se llevaban al Criser y no las veía más hasta que finalizaba el recreo, cuando subían las escaleras para volver a su sala. Él por supuesto llegaba a la sala con el pecho inflado de orgullo por tener a las dos chicas a su regalado antojo y yo tenía que mirar como ese tonton se quedaba con el premio mayor.

—Parece que no lograste mucho con la mina después de tirarle el té —opinó Iván.

—Ni que me lo digas, con suerte me saluda. —Me senté en la banca frente a nuestra sala derrotado—. Ese maldito Criser la tiene loca por el.

—Ya pero no te vas a dar por vencido tan fácil compadre —Me trató de alentar el Miguel.

—El Criser es conocido, todo lo que quieras, pero no creo que sea más inteligente que tú —apoyó la idea Victor.

Mis amigos tenían razón, no podía quedarme de brazos cruzados, necesitaba un encuentro fortuito nuevamente con la chica que canta como Shakira, para ver si podía acercarme a ella. Mientras entraba a la clase de Historia pensando un modo de lograr este "encuentro fortuito", Criser me agarró por la espalda y me abrazó, algo que no estaba acostumbrado hacer, por que no era mucho lo que hablábamos, que es lo que querrá este idiota.

—Oye Cardona, te mandaron saludos. —me contó con su estúpida e hipócrita sonrisa habitual que tanto me carga.

—Y quien me va a mandar saludos a mi. —Lo miré con incredulidad.

Seguro que este tonto me estaba jugando una broma para dejarme en ridículo frente a mis compañeros, típico del tonto que cree que por ser popular puede hacer lo que quiera, pero yo no iba a caer, no soy tan imbécil como él cree,

—La Evelyn —me respondió pegándome en el pecho.

—¿Que Evelyn? —Lo miré totalmente extrañado.

—Mi amiga, la morena hermosa, no la Colorina, porque esa es de papá. —Se pegó en el pecho—. No te hagas si sabes de quien.te estoy hablando.

Me había mandado saludos la chica en la que estaba interesada, esto no podía ser posible, pero era excelente. De improviso se me abría una puerta que tenía que usar para llegar a Evelyn, y esa puerta se llamaba el rapero de cuarta del Criser. Debo reconocer que desde el primer día que llegó al curso no me cayó muy bien, el tipo era muy seguro de sí mismo y a veces hasta sobrado, pero si lograba llegar a Evelyn mediante él, bienvenido sea.

—Pues mándale saludos también —contesté de forma reservada para que no se diera cuenta de la gran alegría que sentía por dentro.

—Ella te encuentra lindo, me lo comentó hace un rato atrás. —Me señaló poniendo su dedo índice en mi pecho.

—Ella también es linda y canta muy bien. —fue mi respuesta sincera, pero recatada.

—Ah si, en el festival de canto se lució por lo que supe. —señaló asintiendo la cabeza—. Yo que tú me lanzo ahí, creo que algo interesante puedes lograr, eso si, ojo compadre, no quiero que te hagas el lindo con la Colorina porque esa es mía compañero.

Si a Criser le gustaba la Colorina por mi era perfecto, la amiga de la Colorina estaba dispuesta para mi que era lo que más me interesaba, pero tenía que acercarme a ella. Después de esa conveniente conversación me fui a mi puesto, claro que detrás mío tenía tres sombras que me seguían para interrogarme sobre todo lo que hago.

—Que hablaban tanto con Criser —trató de averiguar mi mejor amigo.

—Me estaba hablando de Evelyn, le dijo que me encuentra lindo y me mandó saludos. —Saqué pecho orgulloso.

—¿La mina que cantó como Shakira en el concurso? —Asentí con la cabeza—. Entonces hay una oportunidad. —Se alegró por la noticia Iván.

—Pero necesito buscar una excusa para acercarme a ella, algo casual que nos permita conversar un rato y conocernos. —Me pase la mano por la barbilla—. No voy a derramar nuevamente su té Miguel, dos veces no.

—Bueno, como quieras hermano, yo estoy disponible por si necesitas un empujoncito —Se ofreció.

—Ya se nos va a ocurrir algo —me dió ánimo Victor.

Al momento que salí al segundo recreo tenía una ensalada de ideas en la cabeza, como ir directamente a agradecer sus saludos, invitarla a un té nuevamente, pero de pronto todas esas ideas se diluyeron cuando el Criser me agarró, subió las escaleras y me llevó al segundo piso.

—¿Donde me llevas? —pregunté mientras trataba de sacar el brazo de Criser que me estaba tapando la cara.

—Solo sígueme, te conviene pequeñín —me respondió muy sereno.

Caminamos por el pasillo, me sentía un poco gay con el Criser agarrado a mi aunque, para ser sincero, en el fondo de mi ser sabía muy bien para donde me estaba llevando.

—Hola guapo cómo estás. —Saludó a mi compañero una chica que por lo poco que podía ver era la Colorina.

—Y este chico quien es —preguntó Evelyn mientras Criser por fin me soltó.

—El es Cardona, mi compañero de curso. —Me presentó—. Ellas son Evelyn y la Colorincha.

—Un gusto. —Se acercó y me dio un beso en la cara Evelyn.

Estaba en el cielo, por fin el destino nos estaba uniendo para no separarnos jamás. Era hora de jugar un poco para ver si pasaba algo interesante entre ella y yo. Aunque inesperadamente, algo me detuvo.

—Ahhh, pero si este es el loco que te botó el té y casi te quema. —Se acercó muy seria a mi la Colorina—. Nunca voy a olvidar tu cara pequeño gusano

—Estás en serios problemas pequeñín. —Sacudió las manos Criser.

Oh, oh, creo que la amiga de Evelyn era un poco rencorosa y no había olvidado lo qué pasó hace unos días atrás. Tenía que salir del paso o esa fierecilla Colorina me iba a comer vivo y podía matar mi oportunidad con Evelyn.




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