Dicen que después de la oscuridad viene una luz en el camino y la verdad es que un rayo de esperanza estaba iluminando mi vida para mi fortuna. Después de lo que pasó la situación dio un giro sorpresivo, Evelyn me miraba con interés, aunque andaba con el Criser para todos lados. Aparte de eso mi relación con Grace había vuelto a ser la misma de antes, aunque solo éramos amigos. Tres día después de mi conversación con Evelyn salí de mi casa y allí estaba Grace esperándome para irnos juntos al colegio.
—Echaba de menos irme contigo. —le comenté.
—La verdad es que yo también, era aburrido irme sola al colegio.—Puso cara de pena. —. No tenía a quien molestar.
—¿Y que hizo que me volvieras a hablar? —pregunté.
—Además de la conversación con Victor, ese día sábado que me fuiste a buscar con Kuky y hablaron con Brian yo estaba adentro y me di cuenta por lo que escuché que tú querías arreglar las cosas y no podíamos seguir así, era hora de dejar de lado el orgullo y volver a ser amigos.
Había vuelto Grace, la súper comprensiva, la amable, la que me trataba con cariño, que bueno era escucharla tan sincera, tan interesada en mi, tan bromista.
—Que bueno que te diste cuenta porque en serio te echaba de menos. —Suspiré.
—Yo también, yo también Benja —Esbozó una sonrisa.
Llegamos al colegio, nos separamos con Grace y me dirigí hacia mi curso. Afuera de la sala estaban Evelyn con la Colorina y el Criser conversando, la verdad es que quería seguir de largo y no saludar a nadie de pura rabia por ver a ese tonto cerca de la chica de secretariado, pero no podía hacerle eso a la pobre Evelyn. Me paré frente a ellos y los saludé como de costumbre. Eso sí algo llamó mi atención, la Colorina andaba con un yeso en el pie derecho.
—¿Y qué te pasó a ti? —pregunté mirándole el pie.
—Me caí en la casa y me torcí el tobillo así que me tuvieron que poner yeso. —relató lo lo que le sucedió mientras sacaba un plumón azul—. ¿Me lo firmas?
—Bueno, no hay problema. —Le sonreí.
—Eso te pasa por andar siempre tan volada. —Se burló el Criser y ella enojada le empezó a pegar.
—No huyas maldito cobarde. —La colorina intentó pegarle a Criser pero no pudo por su problema al pie.
Me agache a firmar el yeso, mientras de reojo me di cuenta que Evelyn me miraba con insistencia, tenía ganas de saber que estaba pensando, pero también entendía que con la última conversación que tuvimos algo había quedado pendiente entre nosotros dos.
—Tengo la idea que algo quieres decir pero no sabes como...—Miró a Evelyn la Colorina.
—Tengo que hablar contigo después. —me pidió sin siquiera esbozar una pequeña sonrisa.
—¿Conmigo? —Me hice el inocente.
¡¡Bingo!! Aunque ella lo negara lo que le dije el otro día tuvo un buen efecto, seguro que mis palabras le estaban dando vueltas en la cabeza y no se podía resistir a mi encantadora sonrisa y mi trato caballeroso. Por desgracia estaba la competencia que por supuesto deseaba saber todo lo qué pasa entre Evelyn y yo.
—¿Y que tienen que hablar ustedes dos? —me preguntó el Criser mirándome con desconfianza luego que se fueron a su sala las chicas.
—Ni idea. —Hice como que no sabía.
—No te hagas el gil, si sabes muy bien que quiere la Evelyn. —Me pegó en la frente.
—Te juró que no lo sé. —Me hice el confundido—. Hace tanto que no hablamos con Evelyn que no sé qué es lo que quiere, a lo mejor quiere saber porque no converso con ellas como antes .
Si lo sabía, pero era obvio que no se lo iba a decir porque es lo mismo que queremos el y yo, conquistar a Evelyn, algo por lo que no iba a ceder hasta llegar al corazón de ella primero que mi estúpido compañero.
—No juegues con fuego pequeño que te puedes quemar. —me amenazó con su dedo índice en mi pecho.
—Yo no juego com nada Criser, así que tranquilo —respondí.
Entramos a clases de Historia, deseando que llegue el recreo para conversar con Evelyn. Cuando por fin sonó el timbre para salir, el Criser salió volando de la sala, era obvio que quería adelantarse a la jugada, pero yo no me iba a dejar vencer.
—Victor, acompáñame a comprar por favor —le pedí apresuradamente.
—Vamos. —Aceptó mi invitación.
—Espera un poco. —Lo retuve con el brazo.
Nos quedamos debajo de las escaleras, hasta que pasaron los tres, el Criser abrazado de Evelyn y la Colorina, este tipo es astuto, sabía que por algo la chica de secretariado quería conversar conmigo, pero yo no me iba a rendir hasta tener ese diálogo que podía ser el comienzo de algo maravilloso e inolvidable.
—Ahora, vamos —Le señalé
—¿Que te traes entre manos? —Me miraba con desconfianza mi amigo.
—Tu solo acompáñame y después te vas donde los chiquillos. —Le expliqué mi plan—. Necesito acercarme a Evelyn que quiere conversar conmigo, tengo que sacarla del lado del Criser.
—Allá tu, si quieres seguir con algo muy difícil.... —Me "animó" mi amigo.
Nos pusimos en el kiosko para comprar, intencionalmente me puse cerca de Evelyn para que me viera, pero hice como que no la había visto. Compré unas galletas y cuando iba voltear para "volver a mi sala" Evelyn se puso frente a mi.
—Y tú ¿En que andas? —Achinó los ojos.
—Pos en los pies —respondí aguantando la risa.
—Eso es obvio, pero en qué onda, que traes —Insistió.
—Aquí solo, como siempre. —Me encogí de hombros.
—Ven con nosotros entonces. —Me tomó del brazo.
Nos fuimos los cuatro a sentar a la galería, nos pusimos abajo para no hacer sufrir a la Colorina y su bota de yeso. Criser no estaba muy contento con mi presencia, pero no me importaba mucho, yo seguía en la lucha que era lo más importante. Evelyn sacó galletas del paquete que compré y me agradeció con su bella sonrisa. De pronto Criser me miró, esbozando su estúpida sonrisa y luego se puso cerca de Evelyn.
—Tienes migas de galleta en la cara. —Le limpió.
—Adonde... —Ella se pasó la mano por la cara—. Eres un antipático... molestoso, tan odioso.
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Editado: 24.06.2024