Contrato con cláusula de abrazos

Capítulo 7 — “Cláusula 5: Coincidencias no previstas por contrato”

🐾 Notas confidenciales de Garbanzo, gato con experiencia emocional

Hay salidas que comienzan con “solo será un momento” y terminan con “¿por qué sonrío así?”.
Mi humana salió “a comprar ingredientes legales”.
Traducción: va directo a su destino culinario con nombre y apellido.
Y sí, por supuesto que la seguí.

*****

El sol de Valdaria tenía ese tono dorado que volvía todo más amable.
Valeria bajó del taxi frente al mercado central con paso decidido, cartera al hombro y su carpeta de documentos como escudo.
Garbanzo asomó la cabeza desde el bolso, olfateando el aire con curiosidad felina.

—No, no puedes bajar —le advirtió ella—. Aquí hay gente, perros y tentaciones.
El gato ronroneó, como si le resultara adorablemente irrelevante su autoridad.

Mientras avanzaba entre los puestos, Valeria repasaba su lista mental: los proveedores del concurso habían pedido revisar las facturas de productos locales. Era trabajo. Solo trabajo.
Hasta que una voz familiar rompió la calma.

—¿Buscando cláusulas o canela?

Ella giró y lo vio.
Julián estaba en el puesto vecino, camisa blanca arremangada, cabello despeinado por el viento, sosteniendo una cesta con frutas.
Sonreía con esa seguridad tranquila que le daba un aire peligroso.

—Trabajo —respondió ella con sequedad.
—Yo también.
—¿En un mercado?
—Investigo sabores. Los contratos aburren; las especias no.

Valeria exhaló despacio.
—Podría acusarlo de espionaje culinario.
—Y yo podría acusarla de persecución emocional.
—No me sigue el humor, Moretti.
—Usted tampoco se sigue el corazón, abogada.

Garbanzo asomó apenas las orejas, observando la escena con interés académico.

🐾 Pensamiento de Garbanzo:

"Confirmado: están en modo negación nivel experto.
Si esto fuera ajedrez, ambos estarían protegiendo el rey con recetas falsas."

*****

Recorrieron el pasillo principal entre aromas de pan, café y fruta madura.
Valeria intentaba mantener distancia, pero Julián caminaba a su ritmo, como si el mercado entero se ajustara a ellos.

—Pruebe esto —dijo él, ofreciéndole una frambuesa recién lavada.
—No acepto comida de mis oponentes.
—Soy su compañero, no su oponente.
—Depende del día.
—Entonces hoy seré su tregua.

Ella dudó un segundo antes de aceptar. La fruta era dulce, fresca, y por alguna razón, más peligrosa que cualquier cláusula del contrato.

Garbanzo observaba desde la cesta, su cola moviéndose con aprobación.

🐾 Pensamiento de Garbanzo:

"El lenguaje del amor empieza con cosas simples:
una frambuesa compartida, una mirada sostenida y un silencio que dura más de tres segundos."

*****

Siguieron caminando, entre risas contenidas y discusiones suaves sobre recetas.
Julián le contó que, de niño, su abuela tenía una panadería en Bellmare.
—Ella decía que el amor se notaba en la textura del pan —murmuró—. Si amas, no amasas con prisa.

Valeria lo miró, por un instante, sin la barrera del sarcasmo.
—Y usted… ¿a quién amó para aprender eso?
Él la miró con una sonrisa tranquila.
—Todavía lo estoy aprendiendo.

El silencio que siguió fue de esos que dicen demasiado.
Garbanzo, incapaz de resistirse, maulló para romperlo.

—¿Tu gato está celoso? —preguntó Julián, divertido.
—No, solo impaciente. Sabe cuándo alguien dice cosas que no quiere admitir.
—En ese caso, su gato es más sabio que la mayoría de los humanos.
—Eso lo digo todos los días.

*****

Cuando se disponían a salir, empezó a llover.
El cielo valdario descargó una llovizna fina, brillante como polvo de azúcar sobre el mercado.
Los comerciantes cubrieron sus puestos con lonas, y el ruido de las gotas llenó el aire.

Valeria corrió a refugiarse bajo un toldo. Julián llegó segundos después, empapado, riendo.
—¿Siempre así de puntual la lluvia en su país?
—En Valdaria nada es puntual. Ni la lluvia, ni los sentimientos.

Él la miró, serio por un instante.
—¿Y los suyos?
—Regulados por contrato.
—Debería demandar al destino por incumplimiento.

Ella soltó una risa suave. Era la primera vez que sonaba completamente sincera.
Garbanzo, desde el bolso, cerró los ojos satisfecho.

🐾 Pensamiento de Garbanzo #3:

"Progreso notable.
Miradas, risas y una lluvia cinematográfica.
Si esto no es amor en proceso, entonces soy un canario disfrazado."

*****

La lluvia cesó tan rápido como llegó.
Caminaron de regreso entre charcos que reflejaban el cielo rosado.
Julián cargaba la cesta; Valeria, la carpeta.
Garbanzo iba dormido, como si diera por cumplida su misión del día.

—Gracias por la tregua —dijo ella antes de despedirse.
—Gracias por dejarme acompañarla.
—No lo dejé. Coincidimos.
—Entonces, coincidamos más seguido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.