🐾Notas confidenciales de Garbanzo, gato con experiencia emocional
> Mi humana cree que cuando salgo del despacho es para supervisar.
Técnicamente, no se equivoca.
Lo que no sabe es que a veces el universo necesita que un gato responsable haga rondas de inspección nocturna.
Esta noche olía a algo distinto: vainilla, madera húmeda… y un misterio con patas suaves.
*****
El estudio estaba en silencio.
Solo se oía el zumbido de una lámpara y el golpeteo distante de la lluvia sobre los ventanales.
Valeria seguía en su despacho, rodeada de carpetas y tazas vacías.
Garbanzo la observó desde la puerta: concentrada, firme, hermosa en su caos.
🐾Pensamiento de Garbanzo
>> “Mi humana tiene la habilidad de trabajar doce horas sin recordar que el cuerpo necesita comida.
Por suerte, yo existo.”<<
La dejó unos minutos.
Caminó entre los pasillos oscuros del set, siguiendo ese nuevo olor que flotaba en el aire: tibio, curioso, felino.
No era aroma de utilería ni de postre. Era vida.
*****
El sonido vino de la zona de escenografía, detrás de unas cajas de madera.
Garbanzo se acercó sigilosamente, como un guardia con título honorífico.
Un maullido corto.
Después, una sombra se movió.
Y ahí estaba.
Pelaje oscuro, ojos verdes como luces encendidas.
Una gata.
No una visitante común: tenía la elegancia descarada de quien no teme ser descubierta.
Garbanzo se quedó quieto, con el corazón en un ritmo nuevo.
🐾Pensamiento de Garbanzo
> —“Intrusa. Ladrona.
O peor… encantadora.”
Ella lo vio.
No se escondió.
Se acercó despacio, con la cola erguida, como si el estudio fuera suyo.
*****
— “¿Y tú quién eres?” —preguntó Garbanzo, con tono serio.
—“La pregunta es, ¿qué haces tú aquí tan tarde?” —respondió ella, ladeando la cabeza.
—“Trabajo. Superviso. Protejo el orden emocional del set.”
—“Oh, entonces eres el jefe.”
—“Más o menos.”
—“Perfecto. Entonces puedes explicarme por qué huele a pescado y no hay ni una ración decente por aquí.”
Garbanzo parpadeó.
—“¿Viniste a robar?”
—“A explorar.”
—“Eso es lo que dicen todos los delincuentes primerizos.”
Ella soltó un maullido que parecía una risa.
—“Tranquilo, bigotes. Solo busco algo que valga la pena.”
—“No encontrarás nada aquí.”
—“Te encontré a ti, ¿no?”
Silencio.
Garbanzo parpadeó otra vez.
—“Eso no cuenta.”
—“Claro que cuenta.”
*****
Ella se acercó un poco más.
Tenía una mancha color miel en el pecho, y cada movimiento suyo parecía calculado para distraer.
Garbanzo intentó mantener la compostura.
— “Deberías irte antes de que te vea un humano.”
—“¿Y tú? ¿Por qué no me denuncias?”
—“Porque no quiero que corras peligro.”
—“O porque te caí bien.”
Garbanzo frunció el ceño (o su versión felina del ceño).
—“Eres muy segura de ti misma.”
—“La seguridad es el perfume de los libres.”
Él se quedó callado.
Ella dio media vuelta, pero antes de desaparecer, lo miró sobre el hombro.
—“Me llamo Moka.”
— “Garbanzo.”
—“Lo sé. Tu humana te nombra todo el tiempo.
Hablas mucho en sueños, ¿sabías?”
Y se fue.
*****
Garbanzo se quedó mirando el pasillo vacío.
El aire olía a lluvia, a curiosidad, y a algo más que no sabía definir.
— “Moka.”
Repitió su nombre como quien prueba una palabra nueva.
—“¿Qué clase de nombre tiene sabor a promesa?”
Volvió al despacho.
Valeria seguía despierta, escribiendo en su computadora.
Él saltó sobre su regazo, intentando parecer normal.
—¿Qué hacías, peque? —preguntó ella, acariciándolo distraída.
> “Nada.
Solo conocí a un problema con ojos verdes.”
Se acurrucó, mirando hacia la ventana por donde Moka había llegado.
Y por primera vez en su vida, el gato más responsable del mundo sintió que quizá, solo quizá, había algo más importante que el deber.
*****
🐾 Pensamiento final de Garbanzo:
>>" Ella vino sin permiso.
Pero el corazón nunca pide credenciales"<<