🐾 Notas confidenciales de Garbanzo, gato con experiencia emocional
"Todo iba bien… hasta que empezó a oler a peligro.
Y no me refiero al tipo de peligro que huele a salsa quemada.
Este olía a perfume, a misterio y a travesura con cola.
En resumen: Moka volvió.
Y lo hizo en horario laboral."
*****
El set estaba listo para grabar una escena especial:
una receta en pareja, en la que Julián y Valeria debían preparar un “Pastel de capas simbólicas”, con el fin —según el director— de mostrar la coordinación y confianza entre los participantes.
Valeria suspiró frente a las cámaras.
—¿Confianza? Perfecto.
—Y coordinación —añadió Julián, encendiendo el horno—. Eso implica que usted me deje hacer las cosas a mi manera.
—No. Implica que las haga bien.
Rocío, desde la consola, murmuró:
—Amo este programa. Nadie cocina tanto drama.
Garbanzo estaba a los pies de Valeria, observando con atención profesional.
O eso parecía.
Porque en realidad, su olfato ya había detectado a ella.
“No, Moka, no, no, no… este no es lugar para visitas.”
*****
Y, claro, apareció.
Moka, sigilosa, deslizándose entre cables y mesas, con esa expresión felina que mezcla curiosidad y descaro.
Se movía como si supiera que el público era suyo.
—“Te dije que no vinieras.”
—“Y yo nunca prometí obedecer.”
Garbanzo la siguió con pánico silencioso mientras Valeria y Julián discutían sobre proporciones de harina.
Moka subió a una mesa auxiliar.
Luego, al mostrador de grabación.
Y luego, al lado del tazón principal.
—“No. No. Ni se te ocurra.”
Moka hundió una pata en la mezcla y la probó.
—“Demasiado dulce.”
Garbanzo casi maulló de la impresión.
*****
—¿Escuchó eso? —preguntó Valeria, girando.
—¿Qué cosa? —Julián levantó la vista—.
—Un ruido… como si alguien…
—Probablemente fue Garbanzo.
—Mi gato no toca las cosas.
—Entonces debo preocuparme más.
Garbanzo se hizo el distraído, lamiéndose una pata con toda la dignidad posible.
— “Genial. Ahora soy el sospechoso.”
Pero la mezcla ya tenía una huella pequeña y perfectamente visible.
Valeria la vio.
—¿Qué es esto?
—¿Qué es qué? —preguntó Julián, acercándose.
—Una pata.
—¿Una qué?
—Una pata en la mezcla.
—Bueno, eso le da textura.
—¡Julián!
Rocío no aguantó y estalló de risa desde la consola.
*****
🐾 Pensamiento de Garbanzo:
"Moka, te adoro, pero si seguimos así terminamos en la sección de noticias locales."
*****
Moka, mientras tanto, se había acomodado sobre una cámara apagada, observando todo el caos con placer.
—“Tienen buena química.”
— “Y tú tienes mal timing.”
—“El amor nunca tiene buen horario, Garbanzo.”
Él se giró, perplejo.
—“¿Qué dijiste?”
—“Nada. Solo observaba.”
Garbanzo se dio cuenta de que la miraba demasiado.
El problema era que Moka lo sabía.
*****
La grabación se detuvo momentáneamente para limpiar el desastre.
Valeria sostenía el tazón, frustrada, mientras Julián intentaba no reírse.
—Esto no es gracioso.
—Tiene que admitir que un postre con huellas es algo nuevo.
—Si esto sale al aire, mi reputación se va al piso.
—O se vuelve viral.
—No todo lo viral es bueno.
—Depende del contexto.
Ella lo miró con exasperación, pero con una sonrisa que no logró esconder.
Y él… la observó como si ese caos fuera lo mejor que le había pasado en días.
Garbanzo se acomodó junto al horno, resignado.
Moka se acercó, su cola rozando la suya.
—“¿Ves?” —susurró ella— “Ellos también se mueven alrededor del desastre.”
—“Sí.”
—“Entonces, ¿por qué temes el tuyo?”
—“Porque eres parte de él.”
Moka ronroneó, divertida.
—“Entonces déjate llevar, jefe.”
*****
Al final, el pastel salió mejor de lo esperado.
Las cámaras captaron sonrisas, bromas y miradas que decían demasiado.
Garbanzo fingía no ver.
Moka fingía no existir.
Y mientras todos celebraban el “accidente feliz”, dos gatos compartieron una mirada breve, honesta.
—“Moka.”
—“Garbanzo.”
—“Si esto sigue así, necesitaré una cláusula.”
—“Entonces hazla corta. Las mejores historias no tienen letra pequeña.”
*****
🐾 Pensamiento final de Garbanzo:
" El amor, en cualquiera de sus especies, siempre empieza igual:
con un desastre que huele a vainilla… y termina oliendo a destino."