Capítulo 23 — Cláusula 21: Cosas que no deberían sentirse así… pero se sienten

🐾 Notas confidenciales de Garbanzo, gato con estabilidad emocional dudosa

"A veces creo que mis humanos no entienden la magnitud de mi trabajo
Yo soy un gato con responsabilidades emocionales
un puente entre dos personas que no saben conversar sin pelear
sin mirarse raro
sin respirar demasiado fuerte cuando están cerca
Hoy despierto y sé que algo grande pasó anoche
Puedo olerlo en el aire
en el humor de Valeria
en el silencio de Julián
y en el ronquido satisfecho de Moka
Este capítulo será agotador
pero alguien tiene que mantener el orden
y ese alguien soy yo
Garbanzo
Supervisor de romances no declarados."

*****

Garbanzo despertó primero.
Como siempre.
Era un gato responsable, guardián de la paz emocional y testigo presencial de decisiones humanas cuestionables.

Lo primero que notó fue que Valeria no respiraba igual.
Lo segundo, que Julián estaba demasiado cerca de ella.
Lo tercero, que Moka dormía entre ambos como una princesa exhausta después de un drama histórico.
Y lo cuarto… que el beso del día anterior seguía en el aire como perfume caro.

Garbanzo se estiró, tocó con la pata la mejilla de Valeria y ella murmuró:

—Cinco minutos más…

—Estamos en el canal —contestó Julián sin abrir los ojos.

Ella se incorporó como si hubiera despertado en Marte.

—No no no, dime que no nos quedamos aquí, que no dormimos todos juntos, que esto no pasó

—Técnicamente —dijo Julián— dormimos cuidando a Moka… y luego tú te quedaste dormida antes de que pudiera despertarte. Lo intenté… varias veces.

—Yo no me duermo tan fácil.

—Te dormiste mientras decías no me voy a dormir.

Ella cerró los ojos avergonzada.

—Hicimos el ridículo.

—No —él sonrió— solo dormimos. Y ella nos necesitaba.

Moka abrió un ojo.

Garbanzo tradujo en su mente:

🐾— Mil perdones por ser adorable y causar trauma emocional colectivo.

Valeria suspiró.

—¿Qué hora es?

—Muy tarde. Reunión con producción en veinte minutos.

—¡Qué!

—Quince.

—Julián…

—Doce.

—¡¿Por qué no lo dijiste antes?!

El caos empezó.

*****

Cuando entraron a la sala de reuniones, todos los productores levantaron la vista.
La mirada decía:

“Sabemos lo que hicieron.”

Valeria quiso evaporarse.
Julián quiso incendiar la sala.
Moka se acomodó en el bolso de Valeria y Garbanzo caminó al frente como propietario legal del edificio.

La jefa de producción habló:

—Primero… nos alegra que Moka esté bien.
El video de ustedes buscándola se volvió viral anoche.

—¿Qué video? —preguntó Valeria con horror.

—Uno donde Julián corre por el pasillo diciendo: Moka mi amor no te muevas voy por ti.

Julián cerró los ojos.

—Está sacado de contexto.

—El contexto es que estabas desesperado —dijo un asistente.

Valeria tragó saliva.

—También —continuó la jefa— circula un video del momento exacto en el que sacan a Moka del ducto y se abrazan con ella.
Muy tierno.
Muy íntimo.
Parecían…

—Por favor —interrumpió Valeria— no termine esa frase.

—Una familia —concluyó la jefa con una sonrisa de villana de novela.

Garbanzo rodó los ojos.
Literalmente.

—Debido a todo esto… —la jefa puso una carpeta sobre la mesa— el canal quiere hacer un especial con ustedes dos y los gatos.

Silencio absoluto.

—¿Cómo que especial? —preguntó Valeria.

—Un episodio completo con ustedes como dupla principal.
Chef guapo.
Abogada brillante.
Dos gatos icónicos.
Química irresistible.
Internet está obsesionado.
Sería irresponsable no aprovecharlo.

Valeria sintió que se asfixiaba.

—No somos pareja.

—¿Están seguros? —preguntó la jefa.

Julián abrió la boca.

La volvió a cerrar.
Y mejor no dijo nada.

Moka ronroneó.
Garbanzo se limpió la pata con elegancia felina.

La jefa continuó:

—Ya hay contratos para los gatos también. Derechos de imagen. Custodia. Presentaciones. Ambos son estrellas.

Valeria quiso llorar.

Julián tocó su mano bajo la mesa
suave
rápido
pero real
y todo su cuerpo reaccionó de manera peligrosa.