🐾 Pensamiento inicial de Garbanzo
He despertado con la sensación de que hoy mis humanos se comportarán peor que de costumbre
No es un presentimiento es ciencia felina.
Cuando dos personas que se gustan, pero no lo aceptan comparten espacio hay un olor particular en el aire.
Una mezcla de ansiedad curiosidad frustración y perfume caro.
Y hoy ese olor está tan fuerte que hasta Moka estornudó
Que empiece el caos
*****
Valeria llegó al canal más arreglada que de costumbre.
No quería admitirlo, pero sí:
Se había peinado con más cuidado.
Se había puesto su blusa favorita.
Se había puesto perfume, sin revisar si era adecuado para cámaras.
No lo aceptaría ni bajo tortura, pero quería verse… presentable.
Solo presentable.
Eso.
Nada más.
Garbanzo la acompañaba como escolta oficial de emociones desordenadas.
—Hoy solo será una grabación normal —murmuró Valeria para sí misma— Nada raro. Nada especial. Nada complicado.
Garbanzo pensó:
> Claro, humana, claro. Sigue mintiéndote. Soy gato, no tonto.
Al llegar al set, encontró a todo el equipo de producción más activo de lo normal.
Y también encontró algo que no esperaba ver.
Más precisamente… alguien.
Un hombre alto, moreno, sonrisa perfecta, cabello revuelto como si tuviera estilista personal, voz suave y un delantal de chef cruzado.
—Buenos días —dijo él con seguridad— ¿Eres Valeria? Soy Dante Ruíz, chef invitado del programa. Tendremos una sección juntos.
Valeria parpadeó.
Una
dos
tres veces.
—¿Una… sección… juntos?
—Sí. Será divertido —respondió él, acercándose—. Me encantaría trabajar contigo. Me han dicho que eres brillante.
Garbanzo abrió los ojos.
Su radar felino detectó PELIGRO.
> Este humano sonríe mucho. No me gusta. Hay algo extraño aquí. Parece demasiado amable. Como si hubiera nacido para caer bien. Sospechoso.
Moka, en cambio, lo vio y maulló feliz.
—¿Y esta belleza cómo se llama? —preguntó Dante agachándose frente a ella.
Moka ronroneó.
Valeria apretó el bolso.
—Se llama Moka… es… nueva.
Dante la cargó con facilidad, Moka se dejó querer inmediatamente.
Demasiado inmediatamente.
Y en ese momento, llegó Julián.
*****
📌 Entrada de Julián en modo tormenta contenida
Julián apareció desde el fondo del set con una carpeta en la mano y el ceño apretado.
Pero al ver la escena, el ceño se apretó más.
Mucho más.
Moka en brazos de otro hombre.
Valeria sonriendo.
El otro hombre sonriendo más.
Demasiado cerca.
Garbanzo detectó el cambio de aire.
> Oh no. Ya empezó.
—Buenos días —dijo Julián con un tono neutro que engañó a nadie—. ¿Qué está pasando?
—Julián —sonrió Valeria— este es Dante Ruíz, el chef invitado de hoy. Hará una sección con nosotros.
—¿Una sección con ustedes dos?
—Sí —Dante extendió la mano—. Un placer trabajar contigo también.
Julián lo miró.
La mano.
Luego a Moka.
Luego a Dante otra vez.
Y no la estrechó.
—Ah —respondió con frialdad—. Un placer.
Garbanzo quiso tirarse del escritorio.
Valeria sintió algo en el estómago, pero no entendió qué.
Raúl apareció como tornado feliz:
—¡Perfecto! ¡Ya se conocieron!
Hoy haremos rivalidad amistosa de chefs.
Dante versus Julián.
Y Valeria será la jueza.
Valeria casi escupe aire.
—¿Yo?
—Sí tú.
Eres perfecta para el rol.
Julián entrecerró los ojos.
—¿Jueza?
Dante sonrió como niño en Navidad.
—Me encanta la idea.
Valeria comenzó a sudar.
*****
📌 Primer momento de tensión: celos indirectos
Mientras preparaban el set, Dante se mantenía cerca de Valeria.
Demasiado cerca.
—Espero que no te moleste —le dijo él mientras tomaba ingredientes— pero me gustaría saber qué tipo de recetas te gustan. Así puedo impresionarte hoy.
Ella casi se atraganta con su propia respiración.
—No necesitas impresionarme.
—Oh —sonrió él inclinándose—. Pero quiero hacerlo.
Garbanzo levantó la cabeza lentamente.