Contrato con cláusula de abrazos

Capítulo 32 — Cláusula 29: Ensayo general para un desastre anunciado

🐾 Pensamiento inicial de Garbanzo

Hoy el canal huele a aerosol para cabello a café recalentado y a decisiones malas tomadas en grupo
Eso solo significa una cosa
hay ensayo general
y cuando hay ensayo general los humanos se vuelven más tontos que de costumbre
Valeria está intentando controlar el mundo con una carpeta
Julián está intentando controlar sus cejas
y Moka está intentando controlar su destino de estrella
Yo por mi parte solo intentaré controlar el daño emocional
pero soy un gato
no un milagro

*****

El set estaba montado como si fuera un altar para la televisión: luces, cámaras, público de prueba, pantallas con el logo del especial, y un teleprompter que parpadeaba con la misma confianza que un paraguas roto en tormenta.

Raúl caminaba con audífonos, hablando rápido y señalando cosas con un bolígrafo como si estuviera dirigiendo una misión espacial.

—Ensayo general, gente. Hoy no hay margen de error. Mañana es en vivo. EN VIVO.

Valeria apretó los dientes.

—Me encanta cuando repites lo obvio, Raúl.

—Lo repito porque lo olvidan. Y porque ustedes dos se ponen raros cuando hay cámaras.

—Yo no me pongo rara —dijo ella, sin mirar a Julián.

—Claro —respondió Julián desde el otro lado del set, sin mirarla tampoco—. Tú eres la definición de estabilidad.

Valeria lo fulminó.

—¿Ves? —susurró Rocío detrás de ella—. Ya empezaron.

Garbanzo se acomodó en su esquina, como juez de la corte.

Moka estaba en un cojín con su nombre bordado que nadie sabía quién había aprobado. A ella le encantaba.

Dante apareció con la sonrisa de siempre, demasiado impecable para un día de nervios.

—Hola, Valeria. ¿Lista para brillar?

Valeria tragó saliva.

—Estoy lista para terminar.

Julián, que estaba revisando utensilios, golpeó sin querer una cuchara.

—Perdón —dijo, con una calma que claramente no era calma.

Raúl levantó la mano.

—Bien. La dinámica del vivo será esta: se abre con ustedes entrando juntos, saludando al público, presentando a los gatos. Luego la receta. Luego preguntas del público. Y cerramos con un reto rápido. Todo ligero, divertido, romántico…

Valeria levantó un dedo.

—No romántico.

Raúl sonrió como si hubiera escuchado a una niña decir que no quiere verduras.

—Romántico en energía. No en… ya saben. Es horario familiar. No se preocupen.

Valeria quiso morir en silencio.

—Pregunta —dijo Julián—. ¿Por qué Dante está aquí?

Dante sonrió, encantado.

—Porque el canal lo pidió. Triangulación dramática, supongo.

Valeria se llevó dos dedos a la sien.

—Dios mío…

Raúl aplaudió.

—¡Posiciones!

*****

📌 Ensayo de entrada

—Entran por la izquierda —ordenó Raúl—. Julián, tú primero. Luego Valeria. Los gatos entran con ustedes.

—¿Cómo entran los gatos? —preguntó Valeria— ¿Van a caminar con tacones también?

Moka maulló, ofendida.

Garbanzo pensó que él, personalmente, podría hacerlo mejor que cualquier humano.

Raúl insistió:

—Julián, tú cargas a Moka. Valeria, tú cargas a Garbanzo. Y entran juntos.

Julián y Valeria se miraron como si Raúl hubiera pedido un sacrificio ritual.

—Yo cargo a Garbanzo —dijo Valeria.

Garbanzo, con dignidad, aceptó. Era su trabajo.

Julián cargó a Moka. Moka se acomodó como reina.

—Cámara. Acción.

Entraron.

La música sonó.

El público aplaudió.

Valeria sonrió con una sonrisa tan educada que parecía un documento notarial.

Julián sonrió con una sonrisa tan controlada que parecía un cuchillo bien guardado.

Raúl gritó desde atrás:

—¡Más cercanos! ¡Más dúo!

Valeria apretó el brazo de Garbanzo.

Julián dio un paso hacia ella.

Los hombros se rozaron.

Y el público reaccionó con un “oooooh” que les metió presión extra en el alma.

Valeria murmuró entre dientes:

—No.

Julián murmuró de vuelta:

—No qué.

—No te acerques.

—Estamos en cámara.

—No me importa.




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