Contrato con un Multimillonario

=15=

Le grité a mi propio jefe. Una gran continuación de un día perfecto. ¿Tal vez él me despida y el dilema desaparecerá?

–– Disculpe, Damir Rinatovich, yo solo…

–– Damir, –– corrige insinuante. –– Prescindamos de las formalidades.

El hombre da un paso adelante y se sienta en una silla, directamente frente de mi mesa y apenas logro tragar saliva.

Aidarov permite a algunos empleados que le llamen por su nombre, pero para esto debe demostrar que está por encima de la media, demostrar que eres un empleado brillante. Se suele tardar al menos un año. Se necesitan grandes avances para reducir la distancia oficial.

–– Estoy impresionado con tu presentación, Lika, –– dice. –– La mejor propuesta de la temporada. Aprecio a quienes están dispuestos a arriesgarse y probar cosas nuevas y, lo más importante, a quienes saben defender su punto de vista.

–– Me gustaría realizar un proyecto publicitario yo misma, pero entiendo que las ordenes no se discuten.

–– ¿Por qué no? –– arquea una ceja. Estoy listo para reconsiderarlo. Todo depende de los resultados.

El frío corre por mi espalda.

¿ Aidarov admite la posibilidad de cambiar su propia orden? ¿He escuchado bien?

–– Volkov exigió que el proyecto lo dirigiera concretamente usted, ––continúa el jefe. –– Lo confieso, evalué su petición hasta el último momento, pero la reunión de esta mañana me ayudó a tomar la decisión.

Vaya. Bueno, por supuesto. ¿De qué otra manera podría confiarme un proyecto tan grande? Mil millones más deseos personales. Gleb Alexandrovich no trabajará con Boyko, quiere obtener un botín completamente diferente.

–– Me sorprendió que no se mostrase contenta con el nombramiento, ––insiste Aidarov y me traspasa con su dura mirada. –– Usted y Volkov os conocéis, lo que significa que no habrá dificultades. ¿O me equivoco?

Maldita sea. El jefe sospecha que me acuesto con este cabrón, por eso le pidió una candidatura concreta, me asciende. Por supuesto, ¿qué más puede pensar? En general, el bastardo podría contarle cualquier historia. Seguramente, conoce a Aidarov desde hace mucho tiempo, las personas ricas pertenecen al mismo círculo.

–– Nos vimos un par de veces, ––digo. –– Le puedo asegurar que nuestra comunicación se tratara únicamente a cuestiones de trabajo.

––No lo dudo, ––asiente Aidarov. – Si de repente comienzan los problemas, siempre puedes contactarme directamente.

– Gracias, Damir Rinatovich, pero…

Bajo una mirada expresiva me corrijo instantáneamente.

–– Damir, ––sonrío nerviosamente. ––No le molestaré por tonterías. Creo que puedo hacerlo yo sola.

––Lika, se ríe. –– Esta no es la primera vez que trabajo con Volkov, así que sé que él no puede prescindir de los excesos. Puede contar con mi ayuda en cualquier momento.

Es raro. He estudiado cuidadosamente los archivos de nuestra empresa. No recuerdo que Volkov haya aparecido nunca en nuestros proyectos anteriores. Sin embargo, Aidarov no solo se ocupa de la construcción. Podría haber sido en otro negocio.

El jefe se levanta y se dirige a la salida.

–– Por cierto, lo olvidé por completo, ––lanza el hombre, girándose hacia mí. Le espero en la recepción este viernes.

¿Éstá bromeando? ¿Se está burlando de mí? Es difícil de creer que el jefe realmente me invite a una fiesta privada para la élite. Mis colegas se matarían unos a otros por tal oportunidad. Allí se reúnen empleados más cercanos a Aidarov y las personas más influyentes del país.

–– Gracias, ––respondo.

–– Hasta luego, Lika.

El jefe se aleja, dejándome completamente desconcertada. ¿Qué significa todo esto?

Vuelvo al trabajo, trato de pensar menos. El camino a la capital está por delante. Allí tendré tiempo para pensar, analizar la situación, pero por ahora tengo un montón de tareas que solo yo puedo manejar. Habiendo terminado de estudiar la información, miro mi reloj y suspiro contra mi voluntad. Es demasiado tarde para llamar a Danil, apenas tendré tiempo de llegar a casa, ducharme y preparar la maleta.

Recojo rápidamente los documentos necesarios y salgo de la oficina. Mi coche está esperando abajo. No el regalado, sino el mío. Lo han reparado. No tiene ni un solo rasguño.

El primer impulso es negarme. Pero maldita sea, es mi coche. Sería absolutamente estúpido de no aceptarlo.

Cerca está esperando un tipo con un traje negro. Al verme, el asistente sonríe feliz, se acerca y me entrega las llaves.

–– Gleb Alexandrovich me dio esto para usted.

Doy las gracias al hombre y subo al coche. Como era de esperar, las sorpresas no terminan ahí: hay una carpeta en el asiento delantero. Una mirada superficial es suficiente para captar la esencia, me han asignado dos garajes, uno al lado de mi casa, y otro en el centro de la ciudad, donde es poco realista obtener tales beneficios, porque toda la propiedad esta vendida desde hace mucho tiempo.

El segundo coche no ha desparecido, simplemente lo trasladaron a otro lugar, como el smartphone.

¡Joder, necesito un móvil urgentemente!

Compro un teléfono por el camino, entro en el apartamento e inmediatamente me dirijo al baño. Después de un día tan intenso, necesito refrescarme. Una ducha de contraste ayuda a sobrellevar el estrés, energiza. Luego cojo mi maleta, tratando de no olvidar nada importante.

Maldita sea, ni siquiera sé cuánto durará el viaje. ¿Un día? ¿Dos? No se puede confiar en las promesas de Volkov. Él siempre se sale con la suya. No me sorprendería si terminamos en México el miércoles y amaneceríamos en el Polo Norte el viernes. Intento prepararme para algo extremo.

Tengo que resolver los problemas yo misma. No se puede simplemente lloriquear delante de Aidarov y pedir que nombre a otra persona para el proyecto. El jefe me ayudará, pero recordará esa debilidad para siempre, en el futuro no me confiará nada serio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.