Contrato de amor || Kim Taehyung

≋Capítulo extra 1.2

—Sabes, nunca he sido tan cercano a Taehyung, pero… ese día… el día del funeral… Fuí a acompañarlo. El ni siquiera parecía vivo, estaba totalmente fuera de sí. Cuando todos se fueron, ambos nos quedamos. Fue la primera vez que lo ví tan vulnerable. Se dejó caer al suelo castigándose a sí mismo… No tuve más remedio que agarrarlo y sacarlo de ahí. Pero incluso para mi fue duro verlo así. 

Mis lágrimas se hicieron más intensas de tan solo imaginar todo eso. 

—Desde entonces él tiene un problema. No puede entrar a un quirófano ni mucho menos ver a pacientes gravemente heridos. Sus manos empiezan a temblar y parece que un zumbido interrumpe en su conciencia. 

—¿Por qué no me lo dijeron antes?—lloro bajando la cabeza. 

—Taehyung te buscó, pero Hye Sook duramente le dijo que no te buscará más. Que te habías ido y no pensabas regresar. No la culpo, ella no sabía nada de lo que había pasado. Intenté llamarte pero él me detuvo, me decía qué no te lo dijera y que él estaba bien… pero mientras decía eso sabía que se estaba hundiendo en una profunda oscuridad—pausa—T/n, solo tú puedes ayudarlo. Por favor… ayúdalo—los ojos de Jungkook se iluminaron y reflejaban sinceridad. 

—¿Pero qué puedo hacer yo? si de alguna forma yo terminé empezando esto. 

—No hay nada más reconfortante qué tener a la persona que amas a tu lado en tus peores momentos. 

—Tengo que verlo—me seco las lágrimas 

—Tienes que darte prisa—lo miro atónita—Taehyung ha sido obligado a realizar una operación. Tienes que llegar a tiempo, podría ocurrir una desgracia. 

No lo pienso dos veces y salgo corriendo. 

De inmediato tomé un taxi y me dirigí al hospital. 

 

Taehyung. 

Suspiro con dureza mientras ingresan al paciente al quirófano. Me detengo en la entrada y dudo en entrar. Mi mente me juega una mala pasada. Otra vez… los sonidos empiezan a sentirse como ecos… 

—¡Doctor Kim!—grita la enfermera. 

—Lo siento—ingreso a duras penas y veo el rostro del paciente. 

Un hombre de 68 años más o menos. Al mirarlo no puedo evitar recordar el rostro de mi nana. Parece la misma situación. Un calor sofocante me aprieta la garganta y la respiración se me hace difícil. 

—Controle sus latidos. Podemos empezar doctor… ¿Doctor? ¿Me está escuchando?—sus voces van desapareciendo alrededor. 

—Lo siento… no puedo hacerlo… —tiro lo que llevaba puesto para la operación y salgo corriendo de ese lugar. 

No puedo. No puedo hacerlo. 

Los temblores empiezan y la conciencia no me deja tranquilo. 

Me dirijo hacia las escaleras de emergencia y subo rápidamente sin medir hacia donde voy. 

 

En un intento por continuar caigo al suelo y no puedo levantarme. No siento mi cuerpo, la desesperación se ha apoderado de mí… 

—¡Taehyung!—alguien se acerca y me abraza por atrás—Te encontré, al fin. 

Levanto la cabeza y mis ojos se encontraron con los de T/n.

—T/n...—mí cuerpo tiembla y me aferró de su cintura—No puedo hacerlo, no se que me pasa. 

—Tranquilo, tranquilo, estarás bien—acaricia mí cabello. 

—No pertenezco aquí, tengo que irme… un doctor que no puede operar… no puede ser doctor—repito las palabras de ayer. 

—Eso no es cierto—se sienta y toma mí cara—Mírame, eres un gran ser humano ¿me escuchas? La muerte de tu nana no es culpa tuya. Como doctor, no siempre vas a poder salvar a las personas. Muchas veces morirán en tus manos, pero eso no es culpa tuya. 

 

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Luego de un largo tiempo de descanso, vuelvo a la realidad. Tengo que afrontar la verdad y asumirla. 

—¿Estás bien?—T/n me pregunta mirándome preocupada. 

—Estoy mejor… gracias, por todo. 

Nuestras miradas se entrelazan y no puedo detener mí impulso. Cuando menos me doy cuenta nuestros labios se juntaron saciando la falta que me ha hecho todo este tiempo. 

—Se que no es el momento indicado pero… —la detengo antes que siga hablando. 

—No digas nada, el pasado ya no importa. Solo quédate conmigo en el futuro—la toma de los hombros y la abrazo. 

Entierro mí cara y me aferro fuertemente. 

—Lo prometo—susurró—Ahora… tenemos que volver. 

Asiento—Solo un minuto más. 

 

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Toma a T/n de la mano para tener valor e ingreso a la oficina del director del hospital. 

—¡Doctor Kim! Esperen, ¿Aún se le puede llamar así? 

—Estoy aquí. Como me lo pidió—me limitó a decir. 

—Creí que ayer le había quedado claro lo que pasaría si uste-

—Pero qué le pasa—T/n lo interrumpe y se acerca a él. 

—Perdón, ¿Quién es usted? 

—Soy Lee T/n, periodista de YGN—ella le enseña su identificación. 

—Un placer periodista Lee. 

—Lamento no poder decir lo mismo—bufa—No puedo creer lo que usted quiere hacer. 

—Esto no es un asunto en el qué usted pueda intervenir. 

—A lo mejor no, pero solo quiero decirle algunos puntos. 

Todos los presentes se quedan mirando a T/n de manera extraña. Ni siquiera puedo moverme porque se qué ella no se detendrá. 

—Primero, usted quiere sacar al Doctor Kim ¿Por qué no puede entrar al quirófano? ¿Es eso razonable? 

—Un Doctor qué no puede… 

—No me venga con ese cuento absurdo. Sus socios presentes ¿Saben que el Doctor Kim operó a un familiar?—todos susurran alrededor—Por lo que se, la objetividad profesional puede verse comprometida cuando es un familiar directo; los sentimientos personales del médico pueden influir indebidamente en su juicio médico profesional, lo que interfiere con la atención que se brinda. Sin embargo, este hospital no tenía más médicos aquella noche. ¿Eso no es negligencia? Si hay algún culpable son ustedes. Deberían resguardar más la salud de las personas en vez de querer encontrar culpables. 




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