Contrato Equivocado

CAPITULO 8

Despierto con un dolor de cabeza insoportable, la alarma suena más ruidosa que nunca. Me levanto y voy directo al baño a darme una ducha. Hoy tengo un cumpleaños y debo hacer revisión para el evento de mañana y del día siguiente.

Busco un vestido que me guste, me decido por uno color mostaza que es ceñido al cuerpo y llega 4 dedos sobre la rodilla, tiene detalles negros como en la cintura que es marcado por un cinturón negro de encaje que combina perfectamente con el estilo. Termino con tacones negros y la cartera del mismo color.

Para el maquillaje seré simple porque no me gusta, aplico sombras café claro y voy aplicando del más claro al más oscuro partiendo desde el lagrimal. Aplico rímel, un poco de rubor, iluminador y por último un labial rosa claro.

Bajo las escaleras cuando suena el timbre, de seguro son los trabajadores porque ya ni reconozco mi casa con todo el desorden que hay. Les abro la puerta y me sorprendo porque traen muchas cosas de las que pensé que sería posible, nunca creí que esta reforma sería tanto.

Me voy a la cocina donde Kendall ya está encendiendo la televisión, esa chica me va a volver loca con todas las cosas que tengo que escuchar y que solo a ella le gustan.

─¿Será que Alessandro no está decidido entre la nueva o la ex? Vamos a ver el reportaje de nuestro colega.

No sigo escuchado y busco mi celular, le marco al idiota y no contesta, le he llamado 5 veces y no me responde las llamadas. A esta hora debe de estar en su empresa. Le marco a Christine.

─Oficina de Alessandro Mancusso, buenos días.

─Hola Christine ¿Tu jefe se encuentra por ahí?

─Espere que la comunico

~~~

─Hola Linda ¿Cómo se siente que no te contesten las llamadas?

─¿De verdad? ¿La nueva o la ex?

─No entiendo

─Puedes poner el canal E!

─Espera…Mierda, perdón lo voy a resolver.

Le cortó la llamada porque no me interesa que esté con otra, lo que me molesta es que luego cuando estemos casados públicamente siempre voy a ser la otra que no deja ser feliz a la pareja perfecta. Además, yo estoy comprometida en esta maldita cosa y él ni siquiera trata de evitar que lo vean con su ex cuando hace pocos días lo vieron comprometido con otra.

Tomo desayuno molesta, tanto así que a todos le estoy respondiendo de mala manera. Además, tengo un dolor premenstrual horrible. Hoy no es mi día.

─Tengo que irme ─ le aviso a Ken.

─Ok.

Abro la puerta y me encuentro con que Alessandro iba a llamar al timbre, lo miro de mala manera inevitablemente.

─Tenemos que hablar.

─No, lo que tienes que hacer es meterte en el maldito papel que se supone que debes actuar porque yo me estoy esforzando mucho más de la cuenta.

─Pero si no es mi culpa.

─Claramente no, la culpa es mía porque no leí antes de firmar un maldito contrato.

─Perdón, no sabía que ella iba a estar ahí.

─¿Crees que me siento mal porque la preferiste a ella? ─ suelto una risa irónica ─ ¡Pero que idiota! Estoy furiosa porque yo me esfuerzo y tu no haces nada, para mi no es un gusto tener que estar con un hombre cuando lo único que quiero es dedicarme a mi verdad y no a una estúpida farsa en la que estoy involucrada.

─Perdón

─Deja de pedirme perdón porque así no me soluciona nada.

─Mira, ya ni estamos en televisión porque Melody hizo una publicación lanzando la indirecta de que somos sólo amigos y que yo me voy a casar con otra.

─Bien, te felicito. Hasta ella es más inteligente.

Lo empujo porque Kendall me está mirando mal y entiendo que es por los trabajadores. Cierro la puerta y camino hacia mi auto mientras Alessandro me sigue, pero no dice nada.

─Bien, entonces tomémonos una foto y la subo a mis redes sociales.

─No, ya te dije que quizás luego de que hagamos esa absurda ceremonia en la otra punta del país.

─Puedo pixeliar tu cara y cuerpo para que no te reconozcan.

─Sin mencionarme.

Vamos al patio y hacemos la escena de cuando él se supone me propone matrimonio y otra en donde simulamos que nos besamos. Kendall es la encargada de tomarnos las fotos.

Salimos de la casa nuevamente, ya voy tarde al cumpleaños sólo por su culpa. Llegamos a los autos y me mira extraño cuando subo a mi Z4.

─¿No vamos a ir a almorzar?

─No, tengo trabajo que hacer ─ digo obvia y el me mira confundido.

─Pero deberíamos hacer algo.

─Lo lamento, pero mi trabajo es primero a toda la actuación del mundo.

─Pero tú me pides una cosa y luego quieres otra ─ se queja.

─No, yo te pido que trates de actuar bien. Además, nunca dije que pasaría todos los días contigo porque yo tengo que trabajar.

Enciendo el auto, se inclina para abrochar mi cinturón de seguridad, aprovecho y dejo un casto beso en sus labios.

─¡No puede ser! Siempre me tomas por sorpresa ─ se queja.

─Te odio ─ le digo sonriendo y retrocediendo para salir a la calle.

─Te amo ─ me grita riendo.

Le lanzo un beso al aire y acelero en la calle sabiendo que me está mirando, luego donde ya hay más tráfico desacelero y me voy más tranquila al cumpleaños de Tristan Beckham, actor e hijo de uno de mis mayores proveedores de vino.

Por suerte llego primero que todos los invitados, reviso si tengo todo bien y por supuesto el anillo me molesta demasiado pero no me lo quito. Llega mi cliente con su hijo que por esas casualidades de la vida está usando ropa de la nueva colección de mi marido.

─Amber ─ me saludan ambos felices y admirando el jardín de su casa.

─Esto quedó espectacular ─ dice el menor sin poder creer todo lo que hice ─ voy a recomendar a las Diosas, ten eso en cuenta.

─Cuento con ello ─ le sonrío mientras el me abraza pasando un brazo por mis hombros.

Comienzan a llegar sus invitados y yo solo disfruto de la fiesta, tengo que esperar a que llegue el Dj y luego me puedo ir a mis otras reuniones, pero por mientras tengo que estar aquí. Además, luego tengo que ir a hacer revisión y obvio ver si ya llegaron todas las cosas para mañana, además de revisar la correcta organización de todo para no estar resolviendo cosas a última hora.




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