Me miro al espejo de cuerpo completo mientras me peino, estas 36 horas me sirvieron y ya estoy mejor porque ya sé cómo todo estará mejor y si me comparo con un auto en una carretera, sé que voy en el cuarto cambio llegando a 90 kilómetros por hora para pasar quinta.
Termino de peinarme y ahora toca el maquillaje, escojo delinearme los ojos y un poco de rímel con sombras rosas igual que la falda que usaré. Me pongo los tacones negros, la falda rosa de holanes que le dan frescura y que me llega a cubrir los tacones de 15 centímetros, uso un top negro de hombros descubiertos y con mangas largas, por lo cual se puede ver mi ombligo y parte de mi abdomen.
Tomo la cartera rosa con detalles negros. Me pongo mis aretes y mi collar con detalles de cuarzo rosa, son hermosos. Por último, van mis anillos que no puedo olvidar.
Tomo mi celular y bajo las escaleras, Jack ya me llamó para preguntar si llegaría o no, por supuesto le dije que sí. En la cocina están Mariano y Kendall que están más relajados porque estoy mejor que los días anteriores y se sienten felices por mi porque me estoy valorando como persona y mujer que puede ser independiente sin mendigarle cariño a nadie.
─Chicos ya me voy – les aviso.
─¿Alessandro no va a ir?
─No lo sé, no me ha dicho nada – abro la puerta y me encuentro con que va a llamar al timbre.
Suelto una risita y les aviso que ya llegó, se quedan tranquilos y me dejan salir. Mariano se está haciendo un gran amigo a pesar de que aún quiere intentar con Kendall y esta no está segura, pero de a poco se va intentando.
─Hola – lo saludo tranquilamente.
Caminamos a mi Z4 porque no me pienso ir en su vehículo, es cerrado y si nos queremos ir juntos no quiero respirar su aire. Subo y este se sube a mi lado de copiloto. Le escribo a Jack que voy saliendo de la casa. Me pongo el cinturón de seguridad y conduzco escuchando a Little Mix.
─La oficina quedo genial.
─Gracias, igual hay 2 chicas que se van a unir a nosotras el lunes. Siento que es un gran logro para nosotras – habló con tranquilidad.
Llegamos a la casa y hay un vehículo de más, pero luego recuerdo que está la realeza en casa, con eso me refiero a mi hermana que ahora hasta tiene un título. Aparco con tranquilidad y apago el auto.
Antes de bajar me fijo en mi maquillaje, salgo y me aseguro de llevar mis cosas, busco las llaves y abro la puerta, veo a Jack llegar y me abraza feliz al verme, amo al enano.
─Jack, él es Alessandro mi esposo, Alessandro él es Jack mi hermano menor.
Se saludan y mi hermano me lleva abrazada hasta donde están todos, la terraza, era obvio que mi mamá iba a presumir su nueva alberca que tiene, es genial y hay que admitirlo porque tiene cocina, bar y comedor exterior.
─Familia – digo alzando la voz y bajan el volumen de la música – les presento a Alessandro, mi esposo. Ella es mi mamá, mi papá, el conde Drácula, mi hermana y esposa de Drácula, y Mavis – digo señalando a todos.
Miran a Alessandro como si fuera un ser fuera de otro mundo mientras que este me mira como si fuera lo más hermoso del mundo, este chico practica sus miradas frente al espejo.
Saludo a todos dejando un beso en su mejilla y dejo que mi esposo se las arregle sólo respondiendo a las preguntas de todos. Voy donde mi hermana que es la última y tiene a una bebé en brazos, nunca me han gustado los bebés, de hecho, yo me escondía cuando veía a Jack de bebé, a ese extremo.
─Se llama Camila – susurra Drácula – Katia quería una parte de su hermana en casa.
Abrazo a mi hermana y recién ahora noto que de verdad la extrañaba, aunque a veces la detesto porque me estresa. Nos separamos riendo porque nunca hemos sido de abrazarnos y así.
Luego me voy con Jack que me pasa un vaso de jugo natural, obvio no me dejaran beber porque voy a conducir. No me puedo quedar acá porque mi habitación está ocupada por una chica que no conozco, pero ella añora conocerme.
De pronto casi en cámara lenta vemos a una chica rubia meneando su cabellera mientras baja las escaleras con tacones más altos que los míos. Viene con un vestido tan corto que debería de ser inapropiado para personas de la realeza de Inglaterra.
─Imagina que la he tenido que ver así todos estos días y no me puedo acercar, hay una carpa constante en mis pantalones – me río de mi hermano y le pego un manotazo en el pecho.
─Creo que estaba más interesada en mi marido que en mi – digo al ver como se come con la mirada a Alessandro mientras se acerca a él.
─Eso lo noté apenas llegó, porque todo el tiempo preguntaba si vendrías o no y si vendrías acompañada ─ susurra.
─Lauren, ella es mi hermana Amber y su esposo Alessandro ─ la saludo con una sonrisa porque no hace el amago de acercarse, pero a Alessandro le da un beso cerca de la comisura de sus labios.
¡Uff! De que maneras va a sufrir hoy mi querido esposo. Me siento al lado de Jack en una mecedora mientras me cuenta de cómo fue cuando tuvo que ir a conocer al bebé.
─De verdad, que si no es mío voy a morir. Juro que me vi como papá del niño. Hasta lo voy a ver todos los días.
Me muestra unas fotos del niño, porque si no fuera por Adam tampoco vería a la chica. Mi mamá me llama y voy donde ella.
─¿Qué Pasa?
─¿Tú dejas a tu marido en manos de esa arpía?
─Mamá, él se las puede ingeniar. Además, me dijiste que venga para estar con mi familia y eso estoy haciendo – le sonrío y vuelvo con Jack que ahora da vueltas entre sus manos un sobre.
Se que es el sobre donde están los resultados de ADN. Me mira casi nervioso y luego mira hacia donde Alessandro habla con mi hermana y Lauren colgada de su cuello, ni siquiera yo he estado así, no se ve nervioso así que no voy a hacer nada.
─¿Te gusta? ─ asiento con la cabeza porque es verdad y no se lo voy a negar – pero ¿Estás enamorada de él? – niego con la cabeza.
─Hay una historia que te voy a contar cuando seas más grande – sonríe y me abraza.
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Editado: 21.05.2022