CAPITULO 18

Llegamos a la casa de sus padres que es enorme y está casi a lo más alto de Hollywood Hills, no sé cuánto tardamos en llegar, pero fue demasiado. Kendall ya llegó porque su auto ya está aparcado, pero no se ha bajado y nos está esperando.

Alessandro me abre la puerta y me ayuda a bajar, Kendall baja de su auto y me abraza apenas estamos cerca, nos hemos separado por demasiados días y con suerte nos hablamos para saludarnos y despedirnos diciendo que estamos bien.

─Deja a esa pecadora y ven conmigo – dice Mariano llegando con nosotras.

─¿Por qué pecadora? – inquiere mi amiga con curiosidad.

─Por nada, luego te cuento en la casa.

─¿Recordaste que vivimos juntas? Ya había pensado que te habían borrado la memoria y por eso no sabías como llegar a la casa.

─Que chiste Ken.

Tomo la mano de mi esposo y entrelazamos nuestros dedos porque es una manera muy cool y como que ya nos acostumbramos a eso. Caminamos con cuidado porque hay gravilla y en cualquier momento me puede pasar algo.

─Mira, tu usas las zapatillas de mi socia y yo las mías. Estamos combinando amor – susurra Alessandro.

Sonrío y niego con la cabeza divertida, me inclino y sus labios topan los míos en un beso que quizás sorprenda a la que viene detrás de nosotros con el chico que la está cortejando. Nos abren la puerta y pasamos a donde el mayordomo nos indica. Yo no conozco la casa, pero Alessandro ya sabe por dónde ir.

Tenemos que subir escaleras y creo que Alessandro nota que el Doctor me dijo que no podía hacer eso, porque hace que me suba a su espalda y me carga por 3 pisos. Llegamos y me baja, caminamos por algunos pasillos y damos con una puerta que lleva a un salón donde hay de todo, están comiendo mientras miran televisión.

─Esta es la sala de juegos, cine y hasta bar para fiestas ─ dice Alessandro.

─Llegamos ─ grita Mariano y todos nos miran.

Las señoras comienzan a hablar en Italiano y la mamá de Alessandro las tiene que interrumpir porque si me están hablando a mi yo no estoy entendiendo nada de lo que hablan.

─Pero si es la chica más linda del mundo, Alessandro tiene mucha suerte de tener una mujer tan linda a su lado. De seguro tus abuelos están tan orgullosos como nosotras. Estamos seguras de que son el uno para el otro y el vídeo de la boda es perfecto, de hecho, lo íbamos a ver ahora para revivir el momento.

─¿En 3D? ─ pregunta Mariano con ironía y pareciera que 2 pares de ojos lo quieren matar.

─Sí – dicen ambas.

─Amber – me saludan los padres de Alessandro.

─J. P, Patty – saludo a ambos con un abrazo y un beso en la mejilla.

─Vamos a sentarnos – dice Patty mientras las abuelas absorben a Ken, quien tiene la misión de defender a Mariano.

Me siento con Alessandro en la segunda fila de asientos en la esquina donde realmente todo parece un cine, toma un bol que tiene pop corns. Paso mis piernas por sobre su pierna izquierda y apoyo mi cabeza en su hombro mientras con su brazo izquierdo rodea mi cintura.

─Esto va a ser extraño – me susurra.

─Se supone que en el cine hay que guardar silencio, amor.

Deja un beso en mis labios y Mariano con Kendall pasan a sentarse al lado de Alessandro. Sus papás y Abuelas se sientan delante de nosotros. Ponen el vídeo y este se comienza a reproducir.

Había cosas que yo no recordaba y tampoco había visto algunas partes donde yo era la protagonista del momento. Mis votos sonaron espectacular, además Alessandro secó lágrimas disimuladas y yo no había visto eso por estar leyendo toda nerviosa y llorosa. Lo miro y está con una sonrisa en su rostro, me mira deja un beso en mi cabeza.

─Si que saben actuar ─ susurra Mariano.

Sonrío y como algunas cabritas, seguimos viendo el vídeo, nos vemos geniales de la forma en que estamos vestidos, además el lugar combinaba con nosotros. El atardecer en la playa se veía genial y nos daba una vista privilegiada. De hecho, en el final del vídeo cuando salimos los dos de la playa, la cámara no nos termina enfocando y sólo nos vemos como si fuéramos perdidos en el atardecer.

─Son muy lindos – dice la abuela.

─Lo sabemos – dice Alessandro y ellas ruedan los ojos, ya sé de dónde viene eso.

─Vamos a tomar desayuno – dice J.P.

─No, yo tomé desayuno con la feliz pareja. O sea, ellos se desayunaron mientras yo comía en su departamento – Mariano tenía que abrir la boca.

─Comimos antes de venir, Abu – Alessandro nos excusa de buena manera.

4 se van a la cocina, mientras Alessandro quiere matar a Mariano y Kendall me mira pidiendo explicaciones acerca de que es lo que pasa, pero si me imagino que debe estar muy confundida. Le sonrío y camino al bar, se supone que me debo sentir como en casa, ya soy parte de la familia y nadie me lo puede negar.

Busco vino blanco y encuentro el que más me gusta, busco una copa y me sirvo relajadamente. Alessandro está hablando con Mariano y Kendall me mira pidiendo explicaciones.

─Lo vamos a intentar – digo antes de tomar un trago.

─¿Qué?

─Eso, lo vamos a intentar porque Alessandro por fin se sinceró.

─¿Sabes? Primero me molestaba que luego de que terminabas con Bruce pasabas una semana llorando y sin trabajar. Amber, ahora que tenemos a 2 chicas con nosotras tampoco te puedes llegar y dar el gusto de intentar lo que se te pegue en gana y dejar el trabajo.

─No he dejado el trabajo – me defiendo.

─Claro. Mira, no me opongo a que lo quieran intentar y todo, de hecho, me alegra que algo así pase porque es increíble y te veo feliz como nunca, pero una cosa es el trabajo y la otra es tu vida amorosa.

─No he dejado el trabajo.

─Vicky trabajó sola. En realidad, si fuiste a los eventos, pero de tu familia....

─No, ahí Alessandro fue parte del plan del trabajo y yo estaba pendiente a cada cosa – me excuso y me vuelvo a servir vino.

─Amor, dame la botella – Alessandro me quita la botella de las manos – no queremos que pase lo mismo del viernes. Limítate a beber de este vino nada más – deja un pequeño beso en mis labios y se va con Mariano a jugar no sé qué cosa.