Contrato Equivocado

CAPITULO 19

Suena la alarma, siento a Alessandro moverse y cruzar sobre mi para apagarla. Me aferro a su lado respirando en su cuello, lo siento reír y me pego a su cuerpo desnudo.

─Amor – susurra riendo.

Me muevo para mirarlo, este hombre es increíblemente guapo incluso cuando despierta. Se inclina sobre mí y toca mis labios con los suyos, sonrío y paso mis manos por sus hombros para acercarlo más a mí. Tomo sus labios y juego con ellos a mi manera mientras su cuerpo está suspendido sobre el mío y con una pierna entre las mías.

Muerdo su labio inferior cuando necesito aire, sonrío y reparte besos por toda mi cara, de mi mandíbula va bajando a mi cuello, siento que mi pulso se acelera considerablemente cuando su respiración choca en mi oído y su lengua pasa por mi garganta. Suelto un gemido suave, siento la presión de su cuerpo contra el mío y araño su espalda.

─Están tus padres – jadeo por la sensación de sentir su mano repasando mi piel desde la rodilla hasta el borde de mi ropa interior.

─Pero no van a entrar a la habitación, el único que entraría de intruso sería...

─¿Alguien sabe dónde están mis llaves y mi celular?

─Mariano – termino la oración cuando Alessandro se aparta.

Me siento en la cama y miro a Mariano que está en la puerta de la habitación sin entender lo que pasa. Me inclino sobre la cama y busco sus cosas que están sobre la mesita de noche.

─Aquí. Tu mamá dijo que te las quite porque podías cometer alguna locura.

─¿Sabes dónde está Kendall? – Mariano recibe sus cosas y se queda con nosotros.

─En una habitación que Patty me indicó – Alessandro se levanta de la cama y va al baño.

─¿No la hizo ocupar mi habitación?

─Mariano, tu mamá ya sabe que lo de ustedes es tan falso como los implantes de Nicky Minaj ─ digo evitando rodar los ojos.

─¿Cómo dejó que ustedes ocuparan la misma habitación? Ella sabe que están casados por accidente.

─No lo sé. Pero da lo mismo porque duermo bien con mi esposa, siempre y cuando no nos molestan – gruñe Alessandro volviendo del baño.

─Upss, perdón.

─¿Cómo fue que despertaste tan temprano? – pregunto confundida.

─Mamá siempre pasa frente a mi puerta a esta hora.

─¿Por qué se levanta tan temprano?

─Porque así tiene tiempo suficiente para ir a mi oficina a hacer más difícil mi trabajo – Alessandro apoya su cabeza en mi hombro.

─¿De verdad?

─Molesta durante todo el día – dice Mariano – por eso mismo decidí ir a las Automotoras.

Río y de pronto la puerta de la habitación se vuelve a abrir, es Kendall toda confundida tomando agua en una botella. Nos mira a todos porque ahora Mariano hasta está sentado en la cama frente a nosotros.

─¿Qué pasa? – pregunta Alessandro.

─Necesito mis cosas para irme a casa, Patty me despertó y dijo que venga para acá a buscar mis cosas que tu tenías.

Le paso sus cosas y ella nos mira extrañada. Alessandro suspira y se vuelve a acostar, sonrío porque pasa un brazo sobre mi cuerpo.

─Nos vemos luego – musita.

Los chicos salen y yo me inclino sobre su cuerpo para besarlo, ya hemos perdido tiempo y necesito vestirme para salir de acá e ir a casa para tomar una ducha y trabajar, cosa que no hago desde unos 3 días.

─Vamos.

Me levanto y voy al baño con mi ropa, no tengo ropa de más como para ducharme y nos tenemos que ir a nuestros respectivos hogares para ver cómo nos irá en nuestro día. Me visto y salgo del baño con el pelo tomado en una coleta y con la cara y los dientes lavados. Alessandro me estaba esperando, me abraza y me besa, toma mi mano y salimos de la habitación llevando todo lo propio con nosotros.

Llegamos a la cocina y vemos a Patty comiendo una galletas mientras ojea unas revistas. Nos despedimos y nos avisa que Kendall y Mariano ya están en los autos. Salimos y tomo la decisión de que me iré con mi amiga porque así menos distracción y más trabajo.

─Nos vemos – susurra sobre mis labios.

─Podríamos ir a cenar.

─Con cenarte a ti soy feliz.

─Idiota.

Le doy un último beso y subo al auto con Kendall, que me mira como si estuviera orgullosa de mí. Juro que en algunos momentos es como su fuera mi mamá, de hecho, hasta mi mamá cree eso.

Kendall conduce tranquila a casa mientras yo voy tratando de no dormirme, el día se ve que estará caluroso. Reviso la hora y tenemos tiempo de sobra para llegar, ducharnos y todo para luego desayunar tranquilas.

Llegamos a la casa y pasamos cada una a su habitación, creo que aún vamos dormidas. Paso a mi baño y se nota que la familia de Ken estuvo acá, nada está en su lugar y ya casi ni tengo shampoo. Me ducho con agua helada y despierto completamente.

Salgo envuelta en mi toalla, me aplico mi tratamiento facial. Busco ropa y tenía un outfit perfecto para usar con tacones, pero tengo que cambiarlo porque recuerdo que tengo que usar zapatillas. Mejor escojo un kimono de short con rayas diagonales de verde y blanco, van perfecto con mis zapatillas Nike verdes.

Me visto y me maquillo porque mi tratamiento se da por terminado. Uso un delineador verde y sombras blancas para iluminar. Labial Damasco y rubor. Termino aplicando rímel y dejando mi cabello suelto peinado lisadamente.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras con cuidado porque el pie me duele considerablemente. En la cocina está Kendall vestida y con tacones que me pertenecían, sonríe porque sabe que vi mis zapatos.

─Quiero que me lleven desayuno a la cama algún día – digo lloriqueando.

─Algún día cuando estés casada – la miro enarcando una ceja – verdad, ya estás casada – suelta una risita.

Me pasa mi taza de café con leche y un poco de vainilla. Busco Instagram, hago un Boomerang de la taza en mi mano para dar los buenos días. A los pocos minutos suena mi celular, pienso que puede ser Alessandro, pero por lo contrario es mi hermana.




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