Contrato por un día.

Capitulo 7.

 

          Me dirigí a la cocina donde la comida preparada había sido cruelmente abandonada y olvidada. Divise el saco de Chris sobre el respaldo de una silla cerca de la encimera, el muy tonto lo había olvidado aquí, lo tome pensando si llamar a Alis para advertirle o no. Mientras dudaba pude sentir un aroma exótico y delicioso, al acercar el saco a mi rostro comprendí que el olor venía de el.

 

-Por supuesto tenía que ser del caro saco de Christopher. Ni pagando el mejor servicio de limpieza podría lograr que mi apartamento huela así de fino.

 

           Lo deje nuevamente donde estaba, ya me encargaría de el más tarde, tal vez incluso podía llevárselo mañana y entregárselo durante la celebración de la boda. Me sentía mal por el hecho de que Alis me agradara tanto y debía admitir que Chris no parecía tan malo tampoco. Pero entonces recordaba a Dani, postrado en una cama de hospital y la culpa hundía mis hombros con su peso. Pase mis manos por el rostro como si de ese modo lograra que esta disminuyera. El timbre sonó haciendo que me sobresaltara con un pequeño grito. Imaginando que podría ser Chris regresando al darse cuenta de la falta de su abrigo lo tome. Aunque algo me decía que debía de tener cientos de sacos como ese y no notaria la mera falta de uno, o incluso cinco. Antes de abrir la puerta puse mi mejor cara de ¨no estoy para nadie¨ para que el intercambio fuera rápido y que no naciera ningún tipo de conversación. Pero esa expresión fue borrada cuando lo que encontré al otro lado de la puerta no fue el rostro de Chris si no el de un sonriente oso panda de felpa de un tamaño considerable que abrazaba una caja de bombones roja con bordes dorados indicando que eran los de mi marca favorita. Solo habían dos personas en esta ciudad que sabían ese detalle de mí. Una era Daniel y la otra persona era…

 

-¡Ranjit! ¿Qué es esto?

 

          De detrás de la cabeza del peluche él asomo la suya con sus labios estirados en una sonrisa que igualaba a la del oso, con la diferencia de que la suya luego mostro unos dientes perfectamente blancos y alineados. Sus ojos mostraban un brillo juguetón mientras mecía al pobre panda para luego hacer una absurda imitación de caricatura fingiendo que era el peluche quien hablaba.

 

-Hola Katy, no se de que hablas. No conozco a ningún Ranjit. ¡Soy Pandi!

 

          La risa comenzó en el centro de mi vientre para ir subiendo hasta que se hizo audible acompañada de unas lágrimas.

 

-No puedo creer que recuerdes eso. Fue hace como… ¿seis u ocho años? Y no puedes culparme por eso, era el cumpleaños de tu hermanita pequeña. ¿Qué esperabas que hiciera? ¿Aparecer con un peluche gigante y que este hablara con voz de asesino serial? ¡No le podía hacer eso a la pobre Asha! Habría traumado a la pequeña desde temprana edad, así que trate de hacer una voz infantil… y el resultado fue peor que la opción impensable del asesino.

 

          Entonces fue él quien se río como si le estuvieran torturando con plumas bajo sus axilas. Cuando por fin decidió que había logrado controlar su ataque me miro al rostro intentando ser serio y fallando terriblemente.

 

-¡Oh vamos Katy! Debes admitir que fue realmente gracioso ver como la niña se hecho a berrear.

 

-Si tu lo dices Ran.-El pronunciar el diminutivo que yo había escogido para su nombre cuando eramos pequeños al encontrar dificultad para pronunciarlo completo, tuvo el efecto que esperaba. Miro a mis ojos sorprendido pero complacido.- ¿Vas a entrar o no?

 

-Hace mucho que no me llamabas así.

 

-Como sea, la oferta de entrar expira en… tres, dos y…

 

-¡Muy bien entrare ya que insistes!

 

-Ahora por ese comentario esos bombones serán solo míos.

 

-¿¡Qué!? ¡No es justo!

 

-La vida tampoco Ran.

 

          Entramos al apartamento aunque él tuvo unas dificultades al hacerlo debido al tamaño del panda. Yo aproveche para colgar el abrigo de Chris en el perchero de la pared detrás de la puerta de entrada.

 

-Ten, es para ti.

-No lo habrás comprado, ¿verdad? Por que e visto estos animalitos en los puestos y cuestan bastante.

 

-Tranquila Dallas. Ni que fueras tan importante para que mi sueldo se valla en ese panda inútil.

 

         Me quede de piedra mientras sostenía a ¨Pandi¨ apoyado sobre mi cadera, caja en mano y miraba a Ranjit. Sus ojos se veían serios cuando lo dijo, pero las comisuras temblorosas de su boca le delataron como pésimo bromista. Voltee los ojos para hacerle saber que era un idiota y que su broma no me había causado ninguna gracia.

 

-Admite que por un momento te creíste lo que había dicho.

 

-Si eso te hace feliz, lo admito. Eres muy cruel Ranjit.

 

          Mi tono de voz le hizo saber lo sarcástica que estaba siendo y eso solo le causo más risa. La cual fue opacada por el sonido del timbre, nuevamente. Yo estaba tratando de acomodar a Pandi por lo que mire sobre mi hombro y le indique con los ojos medio suplicando a Ran si podía ver de quien se trataba. No hizo falta mucho esfuerzo para que él asintiera con la cabeza, siempre le ganaba cuando ponía ojos de cachorro desamparado, regrese con mi intento de que el oso se quedara sentado sobre el esquinero, pero era pequeño para él. Mientras Ran abría la puerta me voltee para verlo y él hizo lo mismo, entonces extendió una de sus sonrisas radiantes que te contagiaban mientras me señalaba de forma acusadora.

 

-Sabes que te ves muy linda cuando haces esa mirada y te abusas nena.

 

         Me hubiera reído de su estúpido comentario, pero mi risa murió antes de que siquiera tuviera la oportunidad de brotar. Para ser exactos fue cuando la puerta se abrió para revelar a un Chris en todo su esplendor y muy cabreado. Mis manos soltaron al pobre Pandi como si este tuviera la peste. Entonces Ran se giro para ver de quien se trataba. Cuando sus ojos hicieron contacto con los de Christopher, pude distinguir como sus hombros se tensaban mientras su mandíbula se cerraba apretadamente.




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