Contrato por un día.

Capitulo 17.

 

             Sentía un peso sobre mi cintura y piernas, pero no era incomodo era como si algo me estuviera abrazando. Estaba tibio lo que causo que me acurrucara aún más cerca y a su vez me apretara más contra si.

 

-No quiero levantarme de la cama, quiero pasar todo el día aquí sin moverme.

 

-Entonces no te levantes bebe.

 

            Abrí mis ojos de golpe al reconocer la voz de Chris que provenía de detrás de mi nuca. Al mismo tiempo me sobresalte porque no me di cuenta que estaba hablando en voz alta. Chris se estiro un poco para quedar elevado por sobre mí y su aliento mentolado persistió cuando él me dio un beso en la mejilla acompañado de una de sus sonrisas lobunas.

 

-Buenos días gatita. ¿Dormiste bien?

 

-¿Qué?

 

             La pregunta sonaba tonta e incorrecta, pero no podía esperar mucho de mí a primera hora de la mañana. Si quería que mis pensamientos comenzaran a ser coherentes debería traerme una taza de café primero. Él solo giro su cabeza mientras me miraba con ternura en sus ojos y me apreciaba como si fuera lo más bello que había visto alguna vez. Entonces utilizo uno de sus brazos para aguantar todo su peso y con el otro saco un mechón de pelo que atravesaba la mitad de mi rostro, para colocarlo de la mejor manera posible detrás de mi oreja.

 

-Espero ser el primero y único en decirte esto: Que hermosa te ves cuando babeas... y balbuceando… eres aún más tierna que cuando te me prendes como un pulpo cuando estas soñando.

 

            Eso tuvo un efecto diez veces mayor al de una taza de cafeína. Mis ojos se abrieron como platos y mis manos viajaran tan velozmente como pudieron a mi rostro para verificar lo que él decía. Efectivamente mi barbilla estaba húmeda, al igual que mi almohada. Mortificada como estudiante en su primer día de clases, oculte mi cara bajo las mantas al tiempo que secaba la saliva que aún persistía como evidencia en mi barbilla. Aunque amortiguada, aún escuchaba las carcajadas de Christopher mientras que intentaba sacarme de debajo de la ropa de cama.

 

-Dejame en paz. Y reconozco que babeo pero se que no balbuceo y mucho menos te… te… ¡No me comportaría como un pulo en lo absoluto!

 

Eso solo causo que su diversión se duplicara, reía tanto que creí le daría algo.

 

-¿Estás muy segura de que no balbuceas?

 

            Dude por un momento en que responder, la verdad es que no quería reconocer que no era el primero en decirme que hablaba incoherencias al dormir. Cuando solíamos hacer cine nocturno con Ranjit, Daya (una de sus hermanas medianas) y Daniel, todos se hacían el gran show grabando mis monólogos nocturnos y a la mañana siguiente me extorsionarían durante el resto del día para hacer sus quehaceres a cambio de eliminar el audio u el video, según lo que hubieran grabado. Pero estaba más que segura de que no le daría la razón a Chris, sobre todo porque también estaría admitiendo que prácticamente lo acose físicamente al comportarme como un pulpo.

¨Y yo que creía estar en un sueño mientras recorría su cuerpo. ¡Maldición!¨

 

-Estoy 100% segura de que no hablo dormida. Además, no deberías espiar a una dama mientras duerme.

 

-¡Ja! ¿Ahora resulta que eres una dama? Pero si tu lenguaje es peor que un escusado Kat.

 

-¡Oye! No seas ofensivo.

 

            Chris se irguió en la cama y se coloco por encima de mí completamente. Agacho su cabeza de tal modo que sus ojos estaban a la altura de los míos y sus labios tenían una pulgada de distancia de los míos.

 

-¿O qué?

 

           Su voz sonó ronca y eso solo lo hizo ser más sexy de lo normal. En respuesta pase mi lengua inconscientemente para humedecer mis propios labios. Sus ojos captaron ese movimiento quedando fijos ahí, observando detenidamente, bebiéndome con su mirada, el hambre se instalo en sus tormentosos ojos gris azulados recordándome a un lobo que no a probado bocado en meses. Intente desviar mi propia mirada pero no lo logre, él me tenía atrapada y lo peor era que estaba consciente de ello. Su dedo indice recorrió el contorno de mi clavícula izquierda subiendo por mi cuello y continuando por mi mandíbula hasta que se detuvo en la comisura de mis labios y yo los entre abrí. Sus ojos brillaron de lujuria antes de que su boca descendiera en la mía.

 

            Como la primera vez los besos fueron salvajes, hambrientos y con deseo, anhelo y quería más. No era suficiente, no me bastaba. Mis manos sujetaron su cabello y enrede mis dedos en el. Christopher se inclino para apoyar su peso en el brazo izquierdo mientras que su mano derecha viajo asta el borde de mi camiseta, la subió un poco y cuando sus dedos hicieron contacto con mi abdomen pude sentir una corriente recorrer mi cuerpo. Mis propias manos viajaron a su remera para tirar de ella, él me ayudo y en cuestión de segundos su camiseta paso de estar arrugada en su cuerpo, a estar igualmente estropeada pero en el suelo. Su piel estaba tan caliente y sus músculos eran tan firmes y definidos, mis dedos recorrieron cada ondulación de su espalda e hicieron lo mismo con sus abdominales. Cuando sus labios se apartaron de los míos, pude sentir como me palpitaban y juraría que incluso estaban hinchados pero por sobretodo, aún querían los suyos amoldándose a la perfección con ellos. Christopher lo sabía, el vio mi deso escrito en la cara y yo sabía que él quería lo mismo. Justo cuando su cabeza descendía una vez más, en la puerta el golpeteo de un puño llamando nos interrumpió.

 

-Katylu. ¿Estás despierta? Tengo hambre pero no quiero arruinar tu cocina.




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