Podía sentir la adrenalina bombeando en mis venas haciendo que mis movimientos fueran más rápido y menos imprecisos. La torpeza que me caracterizaba se había hecho a un lado quedando ahora en las sombras por el temor de no llegar a tiempo, por miedo de que al llegar al sitio descubriera que una vez mas lo había perdido todo. Ese pensamiento me impulso a correr aún más rápido arrastrando conmigo a Greison quien intentaba ir a la par con demasiado esfuerzo. No importaba lo cerca que el sitio estuviera, para mí me parecían kilómetros y kilómetros, no creía lograr llegar, las lagrimas comenzaron a nublar mi visión y las aparte abruptamente ¨No es hora de llorar. Si lloras no lograras ayudarlos.¨ Sentí que tironeaban de mi brazo y supe de inmediato que se trataba de Greison llamando mi atención. Cando lo mire él me señalo el tronco de un árbol grueso que había más adelante a nuestra izquierda. Una vez escondidos nos pusimos a recuperar el aliento y cuando iba a hablar Greison coloco su mano sobre mis labios para silenciarme. Sus ojos estaban clavados fijamente en algo sobre mis hombros y su rostro palideció.
-Deja que Alisa se valla.
Mi corazón se acelero antes el sonido de aquella voz masculina. Era Christopher, pero de algún modo su voz sonaba distinta. Quise voltearme y así poder ver lo que estaba sucediendo, pero Greison me sujeto firme contra el tronco sin dejarme espacio para moverme. Sentía como la cascara rugosa y áspera de la corteza raspaba contra la tela a tal punto que pensé la rompería.
-¿Enserio te crees en posición de poder negociar Christopher? Recuerda que soy yo quien sostiene el arma y no al revés.
La voz de Rick sonaba tan despreciativa que me daba asco solo escucharla. Ese tipo se había ganado la confianza de la familia, salio con Alis durante años y resulto ser solo por la herencia que a ella le correspondía. Escuche un jadeo que sonaba a sufrimiento. Al principio creí que se trataba de Greison por haberse esforzado demasiado intentando alcanzarme y que ahora su pierna le estaba pasando factura. Pero al ver su rostro comprendí que no había sido él quien se había quejado.
-¿Qué… es lo que quieres… Rick?
-Pues, veras querido Chris. ¿Aún puedo llamarte Chris? Creo que por tantos años de ser familia me he ganado ese derecho. ¿No te parece Chris?
Christopher no respondió pero podía escuchar su respiración agitada e irregular. Algo iba mal, muy mal.
-Bien, tomare tu silencio como una afirmación. Tu querida familia llevo prácticamente a la quiebra a mi propia familia, no solo eso. Sino que incluso, se llevo a mi padre. Él intentaba año tras año alcanzar y superar a los Gratton, pero el resultado de su cometido resultaba en fracaso lo cual solo hacia que su empeño se acrecentara aun más. De tanto trabajar en exceso llegó incluso a enfermar y no revelo nada a nadie, ni a una sola alma. Nosotros eramos su familia y decidió callar para sufrir solo. Vi a mi padre marchitarse y fallecer día tras día frente a mis ojos sin saberlo y cuando quise acordar estábamos despidiéndonos de su cuerpo sin vida dentro de un ataúd y tu familia era la responsable.
-No es… nuestra culpa que seas tan egocéntrico como para no lograr notar que tu padre esta muriendo frente a ti. Debido mostrar señales pero no quisiste ver o no le prestaste tanta atención.
-¡Tu maldito! ¡No hables de lo que no sabes!
Se escucho un golpe seguido de una risa de Christopher. Pero por la reacción de Greison debió de ser su hermano a quien golpearon. Él acerco sus labios a mi oído y pude sentir su cálido aliento acariciar mi piel antes de que susurrara tan bajo que apenas pude oírle.
-Debemos ser cuidadosos. Puedo ver a cuatro hombres ademas de Rick. Tu te quedaras aquí hasta que te de la señal. Toma esto para lograr defenderte.-Me dio una rama que en realidad parecía el recorte de un tronco pero en su versión manual, recordándome a un bate. - Notaras cuando te de la señal. Cuidate Katylu.
Entonces se separo y se quedo viendo a mi rostro un segundo, sonrió y ya se iba. Pero no podía dejar que se fuera así como así.
-Greison. - Le llame susurrando.- Ten cuidado ahí. ¿Si?
-Siempre.
Ya se iba a marchar pero se entre paro un segundo y se volvió hacia mi una vez más con una sonrisa triste en su rostro.
-Lamento no haberte conocido antes que mi hermano. Y, por si no tengo otra oportunidad. - No entendí de lo que hablaba hasta que sus labios se depositaron sobre los míos dejando un casto beso en ellos.- Lo siento, pero aunque sea una vez debía hacerlo.
Y así como así el muy tonto se fue. No tenía idea de cual era su plan pero esperaba que fuera uno en el que todos salíamos con vida de este infierno.
-¿Por qué debías involucrar a mi hermana en esto?
-Sencillo. Es la única hija de tu padre, bueno, al menos eso creía yo. Si me casaba con ella entonces la fortuna sería mía ya que tu y tu hermano habrían sufrido muertes trágicas y Alisa sería la única heredera. Era mi forma de recuperar la fortuna que mi propia familia a perdido a manos de la tuya. Pero imagina mi decepción al descubrir que tu hermana en realidad es hija de otro tipo que nada tiene que ver con tu padre.
-Eres… un maldito.
-Puede ser. Pero soy un maldito que vivirá lo suficiente para ver como tu familia se hunde en el dolor de la perdida de dos de sus hijos.
Editado: 30.10.2022