Contrato por un día.

Capitulo 29.

 

         El agua se acumulaba en los pozos existentes en el camino de material que conducía a la puerta doble de roble rojizo. Mis pies estaban bajo el ala del paraguas y aún así se encontraban empapados helando mis pies, el frío calaba hasta los huesos y a pesar de la constante insistencia de Robert para que entrara de una vez al edificio, mis pies no lograban obedecer mis ordenes. No es que estuviera poniendo mucho empeño en ello para el caso.

 

           Cada que mis ojos se elevaban hacía el tercer piso y se fijaban en la ventana de enrejado gris con cortinas azul marino, mis manos temblaban mientras mi mente viajaba dos semanas atrás cuando mi tía Gwen había aparecido de sorpresa revelando así como así frente a los hijos Gratton que los Dallas no eramos pobres como ellos pensaban. Ver la decepción en los ojos de Chris ese día, fue lo que aún no logro superar, sumado a que no tuve oportunidad de explicarme cuando él y Greison desaparecieron juntos luego de recibir una llamada urgente. Así como así se desapareció sin voltear la vista atrás ni despedirse y desde entonces solo había logrado dejar unos cuantos mensajes de texto que nunca leía, eran tantos que ya no llevaba la cuenta y cuando lo llamaba era siempre atendida por una maquina con voz femenina que indicaba que la línea estaba fuera de servicio. Pero eso no era ni remotamente cerca de ser lo peor o más agitado en mi vida en ese momento. No, lo más grande era que Gwen no solo nos había dejado al descubierto frente a ellos, sino que nos dio a conocer a Daniel y a mí el echo de que nuestro padre, el que habíamos creído muerto junto con nuestra madre por casi 10 años, estaba vivo.

 

           Al parecer habría naufragado hacia un pequeño pueblo costero, mi padre había recibido un gran golpe en la cabeza provocando que su cerebro tuviera escasez de oxigeno por lo que habían quedado secuelas en él y su memoria se había deteriorado a tal punto que no podía darnos información de lo que había sucedido con nuestra madre. A penas era capaz de pronunciar palabras, sus ojos habían perdido el brillo que tanto lo caracterizaban y la mirada estaba constantemente perdida en el vació como si él viviera en el pasado y no en el presente. Mi tía lo había logrado encontrar en una pequeña clínica psiquiátrica del poblado al cual había ido a parar luego del accidente del crucero. Sin embargo nadie supo decirle si nuestra madre también había terminado ahí o no, por lo que luego de que visitamos a papá juntos la semana pasada para comprobar que realmente era él, Daniel había partido junto con Alis para recaudar información. Él simplemente se quedo junto a nuestro padre durante tres días y dos noches esperando a que de sus labios saliera algo de información, pero nada saldría de ellos más que incoherencias sin sentidos pero que al parecer para él si lo tenían. Al tercer día se había cansado de esperar y hablo con Gwen para que arreglara un vuelo para dos hacía la isla donde había encontrado a nuestro padre un año atrás. Si, ella nos había ocultado esa información por un año entero, aunque no podía culparla del todo ya que hacia tres años nosotros dos habíamos decidido cortar el contacto con ella debido a sus insistencias para que Daniel y yo participáramos del negocio familiar. Pero teníamos otro motivo por el cual debíamos o más bien queríamos desaparecer del radar de nuestra familia materna.

 

          La voz de Robert pronunciando mi nombre hicieron que mis ojos se volvieran a enfocar y mi mente regresara al presente. Cuando me fije en él, note que el pobre hombre se encontraba totalmente empapado de la cabeza a los pies e inmediatamente me sentí culpable de su estado.

 

-Lo siento Rob.

 

-No se preocupe señorita, estoy bien. Pero debo insistir en que no debe permanecer bajo el agua y expuesta al frío…

 

-¿Hablaste con él?

 

           La esperanza que surgió como el aleteo de mariposas en mi pecho al creer que quizá su insistencia de que no debía enfermarme se debía a que Chris lo había ordenado se murió cuando vi los ojos de Robert desviarse deliberadamente hacia otro sitio que no fuera mi rostro mientras negaba con la cabeza.

 

-No, lo siento señorita. No e sabido nada en absoluto de los señores. Pero en cuanto tenga noticias será la primera en saber.

 

-Ya, llevas diciendo lo mismo desde hace una semana y media.

 

-Lo siento de verdad señorita…

 

-No lo sientas Rob, se que no tienes la culpa. Si él quisiera hablar conmigo, respondería el móvil. Vamos antes de que cojas una pulmonía.

 

           Mis pasos fueron temblorosos al principio pero luego cogí coraje y determinación y entre con paso firme a la clínica psiquiátrica donde mi padre se encontraba instalado luego de que Gwen lo trasladara. Las enfermeras me asintieron con la cabeza a modo de saludo y aprobación de mi ingreso. Ya se me había echo una costumbre el visitar a mi padre por lo que ellas ya no preguntaban si tenía cita o un familiar para visitar, sabían que era a mi padre a quien iba a ver, incluso congeniaba bien con unas cuantas enfermeras por lo que el lugar no estaba tan mal y las visitas no se hacían tan malas. Cuando llegamos al tercer piso la ansiedad por volver a ver a mi padre se hizo presente en mi cuerpo pero esta desapareció y fue reemplazada con pánico al ver a una señora mayor saliendo a hurtadillas del cuarto de mi padre.

 

                                                         ¨No podía ser ella.¨




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.