Mi hermano corrió a mi lado protegiéndome cómo cuando éramos pequeños. Note que su respiración era algo más agitada de lo normal. Se escuchó una risa sarcástica y baja.
-No tienes porque actuar de ese modo tan protector hacia tu hermana Daniel, no les voy a hacer daño y creo que sabes eso perfectamente.
-No, no tengo seguridad de eso.
-Escuchen niños, si quisiera hacerles daño lo habría hecho hace años. ¿De verdad creyeron que estaban ocultos de mí? Se equivocaron, siempre supe dónde vivían ustedes y por supuesto veía cada movimiento que realizaban.
-¿Cómo es eso posible?
-Mi querido Daniel, en un mundo donde el dinero manda y compra lo que desea, no es difícil pagar por información y comprar un espía con grandes carencias pues digamos que es aún más fácil. El problema fue cuando deje de recibir los informes de la Sra. Maxón y fue entonces que supe que debía de estar pasando algo grave. Imagínense mi sorpresa al descubrir no solo que mi querida Katherin estaba saliendo con el Sr. Gratton si no también que mi bello nieto por fin había despertado de su coma. Pero saber que la Sra. Maxón había sido asesinada, eso sí me impacto y más al saber quién era el culpable.
Eso explicaba el hecho de que la Sra. Maxón no me hubiera puesto de patitas en la calle por atrasarme en el pago de la renta. Debía presionarme para que yo no notará que había algo extraño pero jamás estaría en la calle.
-¿Cómo sabe quién la mando a matar?
-¿A ella? No querido Christopher, no era a ella a quien querían matar. Era a Katherine y a cualquiera que pertenezca a la familia Dallas.
-¡Madre!
Una Gwen con cabello alborotado, ojeras y vestimenta casual atravesó la puerta con Greison pisando sus talones.
-Oh, pero miren lo que el viento trajo. A mí querida hija que es una insolente sin igual ya que no fue capaz de informarme el paradero de mis nietos.
En todo momento sonrió al hablar, pero era una sonrisa agria y no encajaba con su rostro en lo absoluto.
-Madre, si no lo hice fue porque los chicos querían que así fuera. Querían ser solo dos muchachos normales, vivir por su cuenta y salir adelante por ellos mismos y no por lo que el apellido Velator significa en el mercado.
-Lose cariño, estoy al tanto de sus ideales personales. Pero, ¿sabes? Eso casi les cuesta la vida.
-No fue por eso.
-En eso tienes razón Gwen. La culpa fue de su padre y su linaje.
Sentí como la cólera subía por mis venas al escucharla culpar a mi padre.
-¡Tú no tienes derecho a hablar de mi padre!
-Pero… pero tu… tu abuela tiene razón Katylu. Todo…. Todo es mi culpa.
Mi corazón dio un salto de alegría al volver a escuchar la voz de mi padre después de tantos años sin escucharla. Parecía algo ronco y le costaba un poco pronunciar las palabras pero estaba hablando. Y eso era más que suficiente.
-No, no papá, tú no tienes la culpa.
Daniel le hablo tranquilo, manteniendo la compostura como si el ver a nuestro padre con vid y dialogando fuera lo habitual, pero notaba su emoción y el nerviosismo. Lo miraba con miedo de que fuera a desaparecer de un momento a otro.
-Pero lo es mis queridos niños. ¿Alguna ves sus padres les dijeron el motivo de que me opusiera rotundamente a su matrimonio? Supongo que no por sus miradas. Bueno, la razón es simple. Jack es un huérfano al igual que su hermano, quien casualmente era Richard, por eso la Sra. Sinclare confunde a Jack con su difunto marido. Y no solo eso, si no que cuando Richard falleció Liza Sinclare estaba embarazada, pero en su locura no supo notarlo y el niño nació en la clínica y fue entregado en adopción. ¿Saben quién era ese niño? Era a quien hoy día todos conocemos como Rick Small.
Editado: 30.10.2022